
Un ángel que ya no puede volar, al que la vida le fue cortando las alas.
Un ángel amarrado de pies y manos, al que el tiempo, le fue robando poco a poco, su memoria, sus ganas, su alegría, su energía, sus recuerdos, su postura erguida y hasta sus graciosos andares.
Un ángel que se llevo toda la vida iluminando el camino de otros, sufriendo por las tristezas de otros, solucionando problemas de otros, limpiando heridas que no eran de su propia piel y curando enfermedades que no correspondían a su cuerpo.
Un ángel, al que todos acudían, al que todos buscaban, al que todos llamaban.
Un ángel, que nunca pidió nada a cambio de su tiempo, pero que al cabo de los años, se le esta cobrando la factura de todo lo que hizo por los demás.
Y sus alas, ya están agotadas de volar; su boca, no recuerda como hacer para sonreír; sus manos, sólo entienden de temblores; sus piernas, no saben que camino ha de seguir y su mente, esta confusa intentando olvidar todo lo que hizo por otros; y ellos, ¡ingratos!, no son capaces de regalarle un poco de su tiempo.
Pero yo, sigo viendo en ti a ese ángel cuando te miro a los ojos, yo se que sigue ahí dentro escondido; porque todo lo que tu hiciste, lo que viviste, lo que sacrificaste; eso no lo puede superar cualquiera, eso sólo es tarea para alguien muy especial, para un ángel como tu; y yo, siempre me sentiré agradecida, por haber tenido en mi vida a alguien como tu, porque para mi, siempre fuiste…
…un ángel en mi vida.
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