Contra la corriente: La lucha de Hans Giebenrath en Bajo la rueda

Contra la corriente: La lucha de Hans Giebenrath en Bajo la rueda

Ana Rudas

09/07/2024

Hermann Hesse, gran novelista alemán, que nació en Calw en 1877, fue un escritor, poeta y pintor que obtuvo reconocimiento debido a la calidad de su obra. Entre sus libros más destacados figuran Siddhartha, Demian y El lobo estepario, que contienen temas como la alineación y la búsqueda del autoconocimiento propio del mundo exterior. Hesse se formó en una familia de misioneros con una progenitora nacida en la India y una fuerte influencia religiosa que permaneció en su hogar. Sus viajes a diferentes países y culturas fueron la fuente de inspiración en sus novelas. Durante su juventud fue expulsado de varios colegios, abandonando sus estudios teológicos para trabajar en una biblioteca, donde surgió su amor por la literatura. Por su gran obra recibió el premio Nobel de Literatura en 1943. Hesse en sus distintos escritos expresa sus inseguridades y dolencias, pues desde muy joven empezó a demostrar una inestabilidad emocional que lo acompañó en toda su vida.

Su inicio en el mundo literario fue con la publicación de Peter Camenzind (1904). Los descubrimientos que realizó en el ámbito de psicoanálisis los trasladó a la historia que abordo en Damian. Además de esta obra, destaca en la producción literaria de Hesse Bajo la rueda. Unas de sus obras más conocidas, Bajo la rueda, cuenta las limitaciones unilaterales, destacando la educación, pubertad y desarrollo psicosexual mediante el sobre estímulo de habilidades del protagonista olvidando su desarrollo emocional. Así nos da una mirada crítica abordando serios problemas frente a un régimen educativo exigente donde la desmedida exigencia académica prioriza el éxito académico por encima del bienestar intelectual y moral del estudiante.

Esta emblemática obra, se distingue por su profunda reflexión tanto psicológica como social, además de contar con elementos singulares que enriquecen su narrativa. La repetición de la metáfora de la «rueda» en el título de la novela es especialmente notable, ya que simboliza tanto la sociedad como el sistema educativo, los cuales consumen y maltratan a las personas sin piedad.

La historia gira entorno a la vida de Hans, un joven talentoso que, bajo la presión de su padre y la comunidad, se dedicara intensamente a los estudios, logrando pasar un importante examen del seminario. Después, de las vacaciones de verano, Hans vive un corto periodo de alegría y libertad, disfrutando la naturaleza alejándose de manera temporal de las expectativas académicas que lo agobian. Sin embargo, al ingresar al Seminario Superior Evangélico-teológico de Tubinga, se enfrenta a una estricta disciplina y a la constante presión para sobresalir, lo que lo aísla y lo hace añorar la libertad perdida. A medida que avanza en sus estudios, el protagonista lucha por mantener su identidad frente a las demandas del sistema educativo y las expectativas impuestas por su entorno. Obligándolo a cuestionar el verdadero propósito de su sacrificio personal y académico buscando una autenticidad cada vez más difícil de conseguir.

Se presentan varios personajes que influyen significativamente en la vida y decisiones de nuestro protagonista. Uno de los más importantes es Hermann, con una personalidad rebelde, independiente y poco convencional. A pesar de las advertencias y presiones de los profesores para que se aleje de Hermann, argumentando que su influencia negativa podría perjudicarlo, Hans desarrolla una amistad profunda con él. Este vínculo se fortalece aún más debido a la oposición de las autoridades, poniendo a prueba el amor y la lealtad que Hans siente por su amigo. Por otro lado, Emma muchacha de la cual Hans se enamora y fracasa, representa un extremo que nuestro protagonista no había considerado nunca, el mismo se aleja ante las lujuriosas pretensiones de ella. La experiencia de la chica que abandona el pueblo sin un aviso y la experiencia del alcohol, la borrachera y el tabaco se complementan con el nuevo estilo de vida de Hans después de dejar el seminario por la falta de Hermann.

Al volver al pueblo Hans se da cuenta que las personas de su comunidad, ya no lo miran como antes, aquel “niño prodigio”. Así, al darse cuenta de que todos sus antiguos compañeros tenían algún oficio decide, empezar a trabajar. Sin darse cuenta estaba entrando a la vida conformista que tanto aborreció, una vida simple y sin ningún mérito o reconocimiento. En esta etapa comienza su decadencia y futuro deceso. El punto más alto de su colapso emocional llega tras la marcha de Emma de este modo, cae en una vida pecaminosa de fiestas, alcohol entre otras banalidades, y pone fin a su vida después de una de ellas, al caer al río. Su nombre volvió a causar revuelo en el pueblo, cuando se anuncia su muerte. Se muestra un padre frío pese a la muerte de su hijo, y, lejos de mostrar tristeza por ese suceso, solo deja notar una indiferencia significativa, dejando en claro su postura tan distante y fría, como si estuviera más preocupado por su reputación y estatus social que por esa pérdida.

En la obra encontramos una fuerte crítica al sistema educativo y sus efectos en el desarrollo personal y emocional de los jóvenes. Este tema es relevante porque Hesse examina cómo un sistema educativo excesivamente rígido y competitivo puede tener consecuencias devastadoras para los estudiantes. La historia de Hans Giebenrath, un joven talentoso que es aplastado por la presión académica y las expectativas de la sociedad sirve para ilustrar cómo este enfoque puede sofocar la creatividad, la individualidad y la salud mental. Hesse critica la falta de equilibrio en la educación, que prioriza el rendimiento académico sobre el bienestar integral de los estudiantes, y aboga por un sistema más humano y holístico que valore tanto el desarrollo intelectual como el emocional y espiritual: “El verdadero aprendizaje, aquel que deja huella en el alma y que no se limita a llenar la memoria con datos y fórmulas, no se puede alcanzar a base de la presión y el miedo.” (Hesse, S.F, p 20)

Sin embargo, El sistema educativo genera inseguridad y dependencia al priorizar la memorización sobre el desarrollo emocional. Esto es debido, a que desde temprana edad ha estado sujeto a expectativas y presiones de su comunidad, lo que lo ha llevado a una profunda inestabilidad y temor al fracaso. Además, el sistema educativo se centra en la memorización y el rendimiento académico, dejando de lado el desarrollo personal y emocional de los estudiantes: <«El Gobierno, a cuya costa vivían y estudiaban los seminaristas, había procurado que sus educandos fueran unos espíritus infantiles a los que pudiera por ello reconocer más tarde. Era una especie de fino y seguro estigma y un ingenioso símbolo de servidumbre”. (Hesse, S.F, p.27) 

En este contexto, el suicidio surge la opción trágica para resolver los problemas. Se van dando acontecimientos anticipatorios del desenlace suicida. Al principio de la historia, antes y después de presentar el examen para el seminario, el protagonista se tuvo que adaptar a los cambios de su rutina por la presión de su padre y de su comunidad, donde ya no había tiempo para descansar, sus horarios rutinarios fueron reemplazados por los estudios de diferentes temarios, las noches para Hans ya no eran cálidas, sino angustias por memorizar y priorizar los temas dificultosos para él. Asimismo, Heilner le mostraba ese reconfortante deseo de seguir viviendo a través de los paisajes, experiencias vividas y temáticas de sus escritos en versos inspirados en Homero. Cuando Heilner ya no estuvo a su lado, Hans ya no contaba con esa inspiración de vida y se hizo más monótona que antes, el cuerpo débil que poseía no le daba fuerzas para seguir su camino mostrando estos pensamientos pesimistas y erráticos. Así, Hesse (S.F) señala:

la mitigación del ánimo de Hans fue el trastorno de las primeras impresiones y desde que no creía siquiera en las ventajas de un suicido liberador donde el protagonista cae en una indiferente melancolía que le iba tragando poco a poco, como la arena movediza de un pantano, las ansias de muerte parecían poseer toda su naturaleza en él, con pensamientos llenos de tristeza, sintiendo el deseo insatisfecho de evadirse, de dormir, de morir, y sufría al ver su propia juventud y fuerza vital. (p. 67)

Además, la novela muestra que la opresión y falta de sentimiento materno no influyó mucho en su vida, pues se refugió en la confianza y calidez de los brazos de Heilner, que le enseñó todo sobre la vida y experiencias que conlleva esta. Cada vez que Hans y Heilner discutían, el protagonista sentía un oscuro e íntimo dolor al no tener contacto con su amigo fiel. Al irse de su lado, todo lo vivido en el seminario mediante el régimen educativo opresivo, estresante y deplorable afecta sus pensamientos y pasa a desequilibrar al mundo exterior e interior de Hans. Esto último, queda plasmado en este pasaje: << el corazón de Hans se llenó aquel instante de dolor y vergüenza, las lágrimas avanzan de sus mejillas frías, sino su amigo Heilner dispuesto a llevarse consigo el dolor y la ira de su infidelidad a otro mundo donde no contaban los estudios, los éxitos y los exámenes, sino la blancura o la macula del alma>> (Hesse S.F., p. 44)

La representativa novela de Herman Hesse critica duramente el sistema educativo, enfatizando sus efectos perjudiciales en el crecimiento personal y emocional de los jóvenes. En un principio, Hesse ilustra la historia de Hans Giebenrath sobre un entorno educativo extremadamente riguroso y competitivo puede tener consecuencias catastróficas para los estudiantes. Así mismo, Hans un joven talentoso pero frágil, es aplastado por la presión académica y las expectativas sociales, lo que afecta su creatividad, individualidad y salud mental. Sin embargo, Hesse cuestiona la falta de equilibrio en la educación moderna, donde el enfoque en el rendimiento académico eclipsa el bienestar integral de los estudiantes y aboga por un sistema más humano e integral que valore el crecimiento intelectual, emocional y espiritual. El autor enfatiza que el verdadero aprendizaje no se limita a acumular conocimientos, sino que debe dejar una marca duradera en el alma, algo que las presiones y los miedos del exterior no pueden lograr. Las ideas de suicidio surgen como una trágica salida a las abrumadoras presiones que enfrenta Hans. La historia explica cómo Hans se ve empujado hacia un estado de desesperación y desesperanza por la rutina opresiva del seminario y la pérdida de una figura guía como Heilner, quien representaba una conexión vital con la vida y el arte. La novela destaca la importancia de una verdadera conexión humana y el apoyo emocional en contraposición a un sistema educativo que, de manera inadvertida, deja a los jóvenes vulnerables a la desesperación y el aislamiento.

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