Bajo las ruedas: la crueldad del sistema educativo

Bajo las ruedas: la crueldad del sistema educativo

Nacido en 1877 en Calw, Alemania, Herman Hesse creció en una familia de misioneros protestantes, una influencia evidente en la temática espiritual presente en gran parte de sus escritos. Trabajó como asistente de librero antes de dedicarse por completo a la literatura. Sus primeros intentos con poemas y relatos no tuvieron éxito, pero en 1904 su suerte cambió con la novela Peter Camenzind, marcando un punto de inflexión en su carrera. Este éxito inicial llevó a la publicación de su segunda novela, Bajo las ruedas, en 1906, consolidando el inicio de su prolífica trayectoria literaria. Esta novela es una obra fundamental en la carrera de Hesse, que junto con otras como Demian y El juego de los abalorios, contribuyó a que le otorgaran el Premio Nobel de Literatura en 1946.

Aunque puede ser arriesgado buscar características comunes en la obra de un autor tan complejo y diverso como Hesse, sus narrativas suelen enfocarse en los conflictos del individuo por construir y preservar su identidad, lo que explora el dualismo del ser humano. Este enfoque se hace evidente en Bajo las ruedas, donde Hesse aborda el autoritarismo del sistema educativo como parte central de la trama. Con esta obra el autor germano logra describir con agudeza y sensibilidad las etapas iniciales de la vida humana captando de manera conmovedora tanto la luminosidad como la oscuridad de un alma joven y angustiada, ofreciendo una crítica perspicaz del sistema educativo y promoviendo el desarrollo de talentos individuales por encima de las antiguas normas y patrones de comportamiento que responden a las exigencias de una sociedad estandarizada.

En Bajo las ruedas, Hesse nos sumerge en la trágica historia de Hans Giebenrath, un joven talentoso y sensible que se ve atrapado en un sistema académico opresivo y exigente. La obra, dividida en siete capítulos, abarca en profundidad los distintos aspectos de la vida de Hans, desde su prometedor inicio académico hasta su trágico desenlace.

La novela explora temas profundos como la presión social, la búsqueda de la excelencia y el conflicto entre el individualismo y las expectativas de la sociedad. A medida que Hans se esfuerza por cumplir con las expectativas de sus padres y profesores, se priva de juegos infantiles y amistades propios de su edad, dedicando todo su tiempo al estudio. La intensa presión académica y las altas expectativas comienzan a afectar su salud física y mental, siendo este uno de los momentos más impactantes de la novela. Este desesperado afán de alcanzar la perfección lo sumerge en un estado de agotamiento, reflejando las devastadoras consecuencias de un sistema que sacrifica el bienestar individual por la búsqueda de la excelencia académica.

La llegada de Hans al seminario y su encuentro en el lugar con su compañero Hermann Heilner, un joven de espíritu libre y crítico, revelan aún más las grietas en su sueño. Hans y Hermann representan dos aspectos opuestos pero complementarios del ser humano como un yin y yang: el primero equilibrado, calmo y ordenado, y el segundo impulsivo, alocado y crítico. Aunque esto no es impedimento para su amistad, este vínculo se convierte en un pilar emocional para Hans, proporcionándole un respiro en medio de la presión constante. Sin embargo, la salida de Hermann del seminario, debido a su naturaleza indisciplinada, marca el comienzo del declive de Hans. Sin la motivación y el apoyo de su amigo, Hans no puede mantener su rendimiento académico y eventualmente abandona el seminario, regresando a su pueblo natal sin haber cumplido con las expectativas que se habían puesto en él.

La metáfora del título Bajo las ruedas se hace evidente cuando el párroco del seminario advierte a Hans:

 «Y ahora a no ser débil, porque si no es fácil resultar atropellado y quedar bajo la rueda.» (Hesse, s.f., p.48)

Esta imagen poderosa refleja cómo Hans es aplastado por las expectativas y la presión social, una víctima del sistema insensible. De vuelta a su pueblo, Hans se enfrenta a una vida monótona y sin propósito, trabajando como mecánico. Su relación fugaz con Emma, que termina abruptamente, y la experiencia con el alcohol y el tabaco, sumen a Hans en una espiral de decadencia. Su trabajo en el taller, limando metal, es repetitivo y sin sentido, reflejando su vida interior vacía y desprovista de esperanza. La rara y temprana muerte de Hans reaviva el interés del pueblo, pero sólo para lamentar lo que podría haber sido una vida de renombre y éxito. La tragedia de Hans Giebenrath sirve como una crítica incisiva del sistema escolar y las expectativas sociales que aplastan a los individuos en lugar de nutrir su crecimiento y desarrollo personal.

En la novela se puede apreciar cómo la sociedad y la institución académica ejercen una presión despiadada hasta el punto de deshumanizar al estudiante; en efecto, es evidente que la estructura educativa y las expectativas sociales sofocan la individualidad y la humanidad de Hans Giebenrath, convirtiéndole en una máquina de memorizar y obedecer, antes que promover el desarrollo de sus emociones y sentimientos: 

«Ellos le inculcaban y marcaban la importancia de abocarse totalmente al estudio para que tuviera un resultado excelente, ya que el primer lugar le daría prestigio al pueblo.»(Collado, 2017, párr. 2) 

Esta dinámica, que le priva de su libertad y derechos, genera en Hans una profunda ansiedad y estrés, pues se siente constantemente controlado y sin un espacio de autonomía para tomar sus propias decisiones. Así, Muñoz (2021) señala:

Cuando los adultos se comportan como niños, para eso los ha formado el sistema, los niños se ven obligados a comportarse como adultos. Y comportarse obligatoriamente como un adulto cuando eres un niño trae consecuencias trágicas: a veces se manifiestan unos años después, unas décadas o hacia el final de la vida. (párr. 8)

La presión académica y social coarta a Hans, atrapándolo en un ciclo de estudio y obediencia que lo aleja cada vez más de su esencia humana. Este aspecto de la obra resalta la importancia de mantener un equilibrio entre el éxito externo y la satisfacción personal, así como la necesidad de apoyo emocional y conexión humana en momentos de dificultad.

Por otra parte, al parecer, el autor nos conduce a sospechar que entre Heilner y Hans hay una relación homoerótica. Hesse nos narra de manera muy sutil el deseo que había entre los dos jóvenes, esto se puede apreciar en un pasaje en el que Heilner se aproxima de manera especialmente cálida:

Heilner extendió lentamente el brazo y apoyó la diestra en la espalda de su compañero. Luego le atrajo hacia sí hasta que sus mejillas casi se tocaron. Y entonces Hans sintió, lleno de asombro y de temor, cómo los labios del otro se posaban levemente sobre los suyos. (Hesse, s.f., p.37)

Estas menciones, las circunstancias, el encierro y estar en una escuela exclusiva de varones probablemente llevaron a estos dos chicos a experimentar el deseo sensual propio de la pubertad. Esa idea se afianza aún más tras la expulsión de Heilner del seminario lo que provoca una separación abrupta, dejando a Hans devastado, solo y perdido. No solo se representa como algo más que la pérdida de un amigo, sino también como la pérdida de una parte esencial de sí mismo. Esta separación puede tomar el significado de una ruptura amorosa, ya que deja a Hans sin apoyo emocional y privado de la única persona que realmente lo comprendía. Esta intensidad de su relación y el impacto de su ruptura evidencian una conexión que trasciende la mera amistad, sugiriendo una profundidad emocional que rara vez es abordada en la literatura de la época.

Asimismo, el desenlace de la novela se presenta como una acción premonitoria sobre las profundas luchas internas del protagonista y las circunstancias que lo rodean. La ambigüedad sobre si Hans se suicida o tiene un accidente tras una borrachera refleja la complejidad de su situación emocional y del entorno agobiante en el que vive. La falta de claridad en el desenlace de la novela puede ser interpretada como una crítica a la falta de soluciones frente a las dificultades que enfrentan los jóvenes en un mundo que muchas veces los empuja hacia el abismo. Esto último, por ejemplo, queda plasmado en este pasaje:

Nadie supo tampoco cómo se había caído en el agua. Quizá se equivocó de camino y resbaló en algún despeñadero, acaso quiso beber y perdió el equilibrio. O acaso le atrajo tanto la contemplación de las aguas que se inclinó sobre ellas y al ver que la noche y la palidez de la luna le miraban desde su inmensa paz se sintió impulsado por el cansancio y el miedo a buscar refugio en las sombras de la muerte. (Hesse, s.f., p.86)

La incertidumbre de su destino final subraya la tragedia de un joven cuyo potencial fue sofocado por un sistema que no le permitía ser él mismo. Un poderoso recordatorio de las consecuencias de un sistema que valora más el éxito académico que la humanidad y el bienestar emocional de los estudiantes.

Bajo las ruedas ocupa un lugar significativo en la literatura de Hesse, encontrándose entre las mejores novelas escritas por el autor, como ya ha sido mencionado. Por esto, esta obra ocupa un lugar de privilegio en el panorama de la literatura contemporánea. La novela ilustra cómo el entorno de Hans lo convierte en un aparato capaz de retener información y cumplir órdenes. Su relación íntima con Hermann Heilner le brinda un apoyo emocional fundamental, pero tras la expulsión de Heilner, esa conexión desaparece, intensificando su sensación de abandono. El desenlace incierto, con el fallecimiento de Hans, destaca la falta de medidas de ayuda para los jóvenes en un sistema asfixiante. Esta historia no solo es una reflexión sobre los desafíos del crecimiento personal, sino también una llamada a reevaluar y humanizar nuestras expectativas y sistemas educativos para fomentar el desarrollo integral de cada individuo. La historia de Hans Giebenrath resuena como un llamado a la reflexión sobre cómo nuestras estructuras educativas deben evolucionar para apoyar no solo el éxito académico, sino también el desarrollo integral y el bienestar de cada estudiante. En un mundo donde las tasas de ansiedad y depresión entre los jóvenes están en aumento, es crucial considerar enfoques educativos que valoren su individualidad y fomenten un entorno de apoyo emocional, asegurando que los estudiantes se puedan desarrollar tanto académica como personalmente.

Referencias

Collado, M. (2017, 12 de septiembre). Hermann Hesse- Bajo las ruedas: la crítica del sistema educativo de Hesse y Paulo [Freire]. Un puñado de literatura. https://laliteraturaysuanalisis.blogspot.com/2017/09/hermann-hesse-bajo-la-rueda-la-critica.html?m=1

Hesse, H. (s.f.). Bajo las Ruedas. https://infolibros.org/libro/bajo-las-ruedas-hermann-hesse/

Muñoz, R. (2021, 18 de marzo). Bajo las ruedas. Literatron | Cultura En Todas Sus Dimensiones. https://literatron.wordpress.com/2021/03/18/bajo-las-ruedas/

Autoras

Cotrina Pérez Marjhory Jessica

Cruz Lavado Nayelly Marilu

Escalante Mejía Nadim Jhadira

Sanchez Flores Melanie Andrea

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