Últimamente he percibido la fugacidad de todo, lo instantáneo que puede ser todo, y a menudo no me doy cuenta de haber pasado por alto esta realidad. En ocasiones, siento que me pierdo del presente y la nostalgia se apodera de mí, aferrándose a mis recuerdos. Sin embargo, cuando me sumerjo en el simple acto de tomar café, saboreo cada instante con plenitud, encontrando conexión con el aquí y ahora. Es en esos momentos que me siento más arraigada en el presente, permitiéndome apreciar la belleza efímera de cada momento.
OPINIONES Y COMENTARIOS