Alas de lana

Rancias, añejas, lágrimas erradas,

saltan de todos los rostros,

se mojan montones de caras.

Cubriendo contornos, no saben desertar.

Agua y salitre ungen los vientos,

condenados a vivir aglomerados,

y a morir menos juntos, menos acompañados.

Antigua soledad que me acapara,

pendenciera de subastas largas,

vendedora de alhajas falsas, proscritas.

Delega en mí te lo imploro,

los pasos con los que huiré mañana,

Mi vuelo será silencioso, las alas serán de lana.

Que no me acorralen, que no desplieguen los toldos, 

que entre rauda la luz

sé por donde hay que saltar.

Han llegado antes que yo,

el mes de abril,

mis pesuñas astilladas,

baratas rimas,

pradera de lugares rotos,

rocas y arenas, ensangrentadas.

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