El camino hacia el bienestar: La importancia de la inversión en la salud mental en el Perú

El camino hacia el bienestar: La importancia de la inversión en la salud mental en el Perú

Equipo 14

05/07/2024

El camino hacia el bienestar: 

La importancia de la inversión en la salud mental en el Perú



La salud mental no solo es un trastorno mental. Tiene su complejidad. Tiene sus antecedentes a partir del siglo XVII. En el Perú desde finales del siglo XX adquiere una perspectiva comunitaria. En las dos últimas décadas, las enfermedades mentales vienen siendo un tema de interés. Ante ello, es necesario preguntar: ¿Sabías que, en el Perú, según el Plan Nacional De Fortalecimiento De Servicios De Salud Mental Comunitaria, aproximadamente, cinco millones de personas padecen de algún tipo de problema de salud mental? ¿Cuánto sabes de los recursos públicos destinados a la salud mental en este país? Estas preguntas nos hacen reflexionar acerca de la controversia que genera este tema sobre la salud mental en el Perú : ¿Se deberían destinar más recursos públicos para mejorar el acceso a los servicios de salud mental en el Perú? Al respecto, por un lado, la Organización Panamericana de la salud (2023) declara que el enfoque de la salud mental conlleva al reconocimiento del valor intrínseco, por ende, es un derecho inherente al ser humano. En estos casos, nos preguntamos ¿el Estado peruano ha implementado políticas efectivas para garantizar un adecuado acceso a la atención de los servicios públicos de salud mental en un marco de estricto respeto a los derechos fundamentales de las personas y comunidades? Así mismo, Vanessa Herrera-López y colaboradores. (2018) afirman que la participación conjunta del Estado y los ciudadanos favorece la integración y el fomento de las relaciones interpersonales. Esto evidencia los avances y los desafíos de la reforma de la atención de la salud en el Perú. Por otro lado, la integración comunitaria, evidencia varios desafíos en el proceso de mejora emocional y laboral para los ciudadanos, sabiendo que, la discriminación juega un papel en contra en este proceso. Además, como firma Marcelino López y colaboradores (2008) caen en la «autoestigmatización». Es decir, se ven envueltos en opiniones y sentimientos opuestos y muchas veces negativos. Asimilan algunos estereotipos que llevan a la baja autoestima y al distanciamiento de los otros. Por esta razón, se afirma que las autoridades peruanas deben destinar más recursos públicos para mejorar el acceso a los servicios de salud mental en nuestro país. Por ello, el objetivo principal de este artículo es concientizar a las autoridades y público lector sobre la importancia del trabajo conjunto, la implementación y funcionamiento de los recursos públicos para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos que padecen alguna enfermedad mental.

Las autoridades deben destinar recursos para mejorar el acceso a los servicios de salud mental, porque estos servicios ayudan a los pobladores a interactuar con los demás ciudadanos. Una organización internacional comprometida en la salud pública es la Organización Panamericana de la Salud (OPS), quien afirma que la calidad de vida de los pobladores dependerá de los recursos destinados para este fin. Esto ha llevado a que los individuos “al hacer uso de estos recursos” – tales como: La estrategia Sanitaria Nacional de Salud Mental y Cultura de Paz, el Centro de Salud Mental Comunitario (CSMC), Plan integral de Reparaciones en Salud, entre otros – puedan afrontar y asimilar las diferentes situaciones en el momento de interactuar con los demás y así puedan encontrar un significado a sus vidas. Además, la participación conjunta entre agentes de la salud y las familias ha llevado al fortalecimiento de las habilidades sociales. La contribución de ambas, son esenciales para ejercer sus derechos frente a cualquier discriminación. Incluso, señala la OPS, que se ha implementado programas y servicios desde diferentes áreas del Estado, con el fin de poder llegar a toda la población. Se ha instalado un Consejo Nacional de Salud Mental con la finalidad de elaborar planes, programas y proyectos de salud mental a favor de la población. Otro importante aporte en el tema lo realiza Marcelino López y colaboradores, quienes evidencian que la autoestima tanto personal como comunitaria es un factor importante dentro de la vida cotidiana. Muchos que padecen enfermedades mentales se ven afectados por ciertos estereotipos y actitudes discriminatorias teniendo como consecuencia el aislamiento. Además, la interacción comunitaria plantea desafíos por las diferencias de cultura, raza y condición social. Finalmente, no hay que olvidar que los medios de comunicación social son también un factor determinante. Serán las autoridades quienes hagan de estos medios un recurso para mejorar la convivencia social.

Los gobiernos deben destinar mayor presupuesto para poder diagnosticar oportunamente las enfermedades mentales, ya que la falta de profesionales y equipos generan que la población en busca de una recuperación, recurren a realizar gastos innecesarios en medicamentos y tratamientos. Esta problemática es evidente en diversos contextos y se puede ilustrar con el caso de Iquitos (Herrera-López V, et. al. 2013 – 2016). Durante este período, la región experimentó un notable deterioro en la calidad de vida, manifestado en el incremento de comportamientos violentos y delictivos. En la Región Loreto, según el estudio de evidenció conflictos entre los que sufrían un trastorno mental y sus parientes cercanos produciendo enfrentamientos familiares. Además, las Instituciones Educativas enfrentaron dificultades en el desarrollo de habilidades socioemocionales entre los estudiantes, lo que exacerbó los problemas sociales y de convivencia. Por otro lado, el diario El Peruano (13 de noviembre del 2023), da a conocer que el impacto de la salud mental en el desarrollo de un País no se limita a los aspectos individuales, sino que se extiende al ámbito social y económico. Un País que invierte en la salud mental de sus ciudadanos promueve un entorno laboral más eficiente y satisfactorio. Es decir, los trabajadores con buena salud mental tienen un mejor rendimiento y mayores niveles de satisfacción personal y empresarial, lo cual repercute positivamente en la economía del país. Asimismo, la promoción de una cultura de salud mental en el trabajo es esencial para crear ambientes laborales saludables y productivos, que a su vez reducen la incidencia de problemas relacionados con el estrés y otros trastornos mentales. O sea, los problemas de salud mental sin tratamiento adecuado pueden derivar en enfermedades físicas, aumentando así los costos de atención médica. Los empleados con problemas de salud mental no tratados son más propensos a ausentarse del trabajo, ser menos productivos y cometer errores, lo que genera pérdidas económicas significativas para las empresas y el País. Por lo tanto, es fundamental que los gobiernos reconozcan la importancia de la salud mental y destinen los recursos necesarios para garantizar un acceso adecuado y oportuno a los servicios de salud mental. Esto no solo mejorará la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también contribuirá al desarrollo sostenible y al bienestar económico de la sociedad en su conjunto.

Se debe aumentar la inversión pública en infraestructura y fortalecimiento del personal de salud mental, porque incrementa la colaboración entre el estado y los ciudadanos en cuanto a su participación y formación. Esta colaboración, en primer lugar, ha generado la confianza en las instituciones públicas. Actualmente las instituciones públicas están promoviendo estrategias de promoción y prevención en cuanto a la salud mental. Actualmente la OMS esta muy comprometida en aplicar diversos planes de acción para lidiar con esta realidad. El Plan de Acción Integral de Salud Mental 2013 – 2030 establece medidas claras paras promover la salud mental y el bienestar de todos. Propone cuatro objetivos, y una de ellas es liderazgo y gobernanza. En la que manifiesta que es una tarea de los gobiernos el poder garantizar el bienestar de todos y aplicar medidas adecuadas para prevenir los problemas de salud mental y aún más, lograr que la atención llegue a todos (OMS, 21 de setiembre 2021). Sin lugar a duda, el trabajo de las instituciones públicas es un reto, ya que sus planes y políticas en cuanto a salud mental deben adecuarse a cada realidad porque nuestro país es una realidad diversa. No obstante, en el Perú a través del Ministerio de Salud se viene realizando todo un esfuerzo en favor de la salud mental se ha incrementado la inversión y más centros de atención. La Ministra en una nota de prensa del 10 de octubre del 2020, señaló que se invertirá 551 millones de soles para logar atender el bienestar de las personas, además, manifestó que se cuenta con más módulos de atención, casas de acogida para el proceso de rehabilitación y recuperación. La atención telefónica como parte del acompañamiento y soporte emocional supera las cuatro mil atenciones diarias. En segundo lugar, esta gestión por parte de los gobiernos ha generado mayor participación ciudadana. Al involucrar a los ciudadanos en el desarrollo de las políticas de salud publica se fomenta mayor comprensión y sensibilidad de los problemas y necesidades de las personas. La creación de Centros de Salud Mental Comunitaria en el Perú a partir del 2015 distribuidos a nivel nacional haciendo un total de 256 ha llevado a promover un enfoque comunitario en donde el bienestar emocional no depende solo de la persona sino genera un impacto comunitario. También, la participación de los ciudadanos promueve la responsabilidad y la transparencia. Se convierten en garantes de que los recursos invertidos por el estado para que se utilicen de manera correcta y que los servicios que presten los médicos de la salud mental sean éticas y respetuosas. La disposición de los ciudadanos promueve el desarrollo social sostenible en mutua colaboración con el estado. La colaboración conjunta aporta diversos conocimientos y experiencias para elaborar estrategias y soluciones contribuyendo al crecimiento de una sociedad más sana y próspera. Por lo tanto, se debe aumentar el presupuesto del estado en la infraestructura y la capacitación de los médicos de la salud mental porque genera mayor cooperación entre el estado y los ciudadanos.

En resumen, es imperativo que las autoridades peruanas asignen más recursos públicos para mejorar el acceso a los servicios de salud mental en el país. En primer lugar, la calidad de vida de los ciudadanos depende en gran medida de los recursos destinados a este fin. En segundo lugar, la colaboración entre los profesionales de la salud y las familias ha fortalecido las habilidades sociales. Tercero, según la OPS, se han implementado programas y servicios desde diversas áreas del Estado para llegar a toda la población. Cuarto, la autoestima, tanto a nivel personal como comunitario, es un factor crucial en la vida cotidiana. Por lo tanto, es esencial que los gobiernos reconozcan la importancia de la salud mental y asignen los recursos necesarios para garantizar un acceso adecuado y oportuno a estos servicios. Esto no sólo mejorará la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también contribuirá al desarrollo sostenible y al bienestar económico de la sociedad.

Referencias

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