Manipulación Y Control Social De La Clase Gobernante A La Población

Manipulación Y Control Social De La Clase Gobernante A La Población

Manipulación Y Control Social De La Clase Gobernante A La Población

Samuel Pinchi Ochavano

Katerin Rojas Mendoza

Junior Hosmer Valderrama Reyes

Edison Yañe Guillén

Michael Joseph Anderson, fue director de cine británico nacido el 30 de enero de 1920 y fallecido el 25 de abril de 2018. Tuvo una extensa carrera en el cine y la televisión, abarcando desde la década de 1940 hasta la década de 2000. Dirigiendo una variedad de géneros, incluyendo aventuras, dramas y ciencia ficción. Fue nominado al Premio BAFTA por su dirección en «The Dam Busters». La motivación de adaptar la novela “1984” de George Orwell al cine, probablemente haya sido por la exploración profunda de temas como la vigilancia, la manipulación de la verdad y la supresión de la libertad individual mediante el uso de imágenes para hacer reflexionar al público. Al igual que el desafío artístico significativo al traducir la intensidad y la complejidad del mundo distópico de Orwell en imágenes cinematográficas. En ese sentido, con este aporte cinematográfico, se quiere concientizar a las personas acerca de los gobiernos totalitarios desde el enfoque de la película denominada 1984.

Hoy en día, individual u organizadamente salir a las calles a manifestar estar en contra del gobierno ilegítimo puede ser una terrible decisión, pues uno no sabe si regresará a casa, sano y salvo, ya que a veces la realidad supera la ficción. Como se vio en la película Nineteen Eighty Four: “Winston, un miembro del Partido Exterior que trabajaba alterando la información e historia, acudió a una tienda de antigüedades ubicada en la zona proletaria, donde fue seguido por una mujer miembro del partido. Ante ello, Winston salió raudamente, escapando de ese lugar, sin esperar que se encontraría con una patrulla de policías del pensamiento; quienes le interrogaron, ordenaron y amenazaron. Durante la intervención Winston estaba asustado y confundido por la orden de uno de los policías al otorgarle una segunda oportunidad a fin de seguir lo establecido en el Reglamento del Partido” (Anderson, M., 1956, min 18:43 – 22:00). Por consiguiente, el dominio estatal sobre los derechos de la persona impacta profundamente en diversos aspectos de nuestra vida. En las decisiones que tomamos, se verán condicionadas y no verdaderamente libres, puesto que, cuando existe opresión estatal las políticas gubernamentales limitan los derechos personales y colectivos, forzándonos a actuar de maneras que no elegiríamos en un entorno de verdadera autonomía. Por otro lado, está la información, la cual tiende a ser manipulada para moldear nuestras percepciones y decisiones, distorsionando la realidad y eliminando la capacidad de discernimiento crítico. Asimismo, confunden nuestras emociones, las cuales reflejarán el conflicto interno de los individuos, que deben lidiar con la discrepancia entre sus deseos y la realidad impuesta por un control estatal opresivo. Estas manifestaciones ilustran cómo un dominio estatal excesivo puede erosionar la esencia de los derechos de la persona, llevándonos a cuestionar hasta qué punto es legítimo tal control en una sociedad que se pretende libre y democrática. En síntesis, es necesario que la sociedad permanezca atenta a pensamientos y conductas radicales de grupos políticos que quieran acceder al poder, pues vulneraría los principios de los Derechos Humanos que son la base de una sociedad libre.

Mantener el control sobre la población a través de la manipulación de la información, para moldear la percepción de las personas, comúnmente era y sigue siendo usado para consolidar el poder del régimen totalitario a fin de perpetuar la opresión, tal como se escenifica en la película 1984: “W. Smith encuentra evidencia declaratoria en la gaceta que evidencia la declaración de culpa de Jones y Rutherford, sin embargo, es ordenado a destruir dichas pruebas; y luego es obligado a olvidar y decir que no existen tales evidencias. Esta conversación es interrumpida por el inicio de los llamados “dos minutos del odio’’, dicha interrupción tiene carácter militarista en el cual se transmite contenido audiovisual acerca de los abusos cometidos en guerra con el pueblo de Eurasia” (Anderson, M., 1956, min 38:44 – 39:09). Con respecto al primer punto, la distorsión de la realidad y control sobre la información origina el sesgo informativo en una sociedad vulnerable, generando que la población de esta tenga una visión errónea, puesto que está alejada a la realidad debido a la manipulación de los medios de comunicación. Además, el forzar a visualizar mensajes con influencia militarista tiene como finalidad ocasionar manipulación colectiva dado que las personas responsables buscan incitar al odio para de esta forma poder tomar el control. No obstante, se sabe que la libertad de expresión es un derecho valioso para difundir nuestras opiniones e ideas, por lo cual es necesario para poder comunicarnos y enterarnos de los acontecimientos en el contexto en el que vivimos. Por lo tanto, una sociedad debe trabajar en conjunto de camino a la paz, no silenciando a los más vulnerables, ya que todos tenemos derecho a expresar nuestras emociones y preferencias en todos los aspectos de la vida, siempre y cuando no atentemos los derechos de las demás personas. Incluso, hoy en día gracias a las redes sociales y canales audiovisuales; tenemos un mayor alcance y una gran ventana para manifestar y compartir información de manera rápida y eficaz. Sin embargo, existen también regulaciones y normas en la comunidad las cuales permiten proteger y mantener una navegación segura.

Los dispositivos, como smartphones, cámaras de vigilancia, altavoces inteligentes, televisores y otros diseñados para mejorar la comodidad y la eficiencia, a menudo recopilan y almacenan grandes cantidades de datos personales, lo que plantea serias preocupaciones sobre la seguridad y el uso indebido de esta información, subraya la necesidad urgente de implementar medidas de protección y regulaciones estrictas para salvaguardar los derechos de las personas, como se muestra en la escena de 1984: “Mientras Winston fuma un cigarro en su habitación, la telepantalla comunica: son las 22:30 horas, el ahorro de electricidad contribuye a la victoria, las luces van a apagarse, buenas noches camaradas, mañana debes mejorar tu trabajo para el partido, recuerda que incluso cuando duermes, el Gran Hermano te vigila, el Gran Hermano te vigila.” (Anderson, M., 1956, min 38:44 – 39:09). Ante esto, la intromisión de controlar los servicios básicos como la energía eléctrica, con el propósito de forzar hábitos en una sociedad, debe ser desterrado por considerarse una violación a los derechos humanos. La implantación del miedo es una práctica que actualmente no se encuentra tan lejos de la realidad, puesto que aún vemos que los gobiernos y grupos con poder económicos nos controlan, desencadenando terrorismo de estado, propagación de virus, sustitución de puestos laborales por Inteligencia Artificial, represión a manifestantes, etc., estas prácticas atentan contra la libertad. Por consiguiente, los gobiernos totalitarios no están tan alejados de la realidad, haciendo un paralelismo con algunos gobiernos actuales encontramos similitudes políticas que aún se mantienen en algunos países del mundo, tales como Corea del Norte, China, Rusia, Cuba, etc., dado que imponen estilos de gobierno donde predomina la manipulación, disfrazando sus dictaduras con supuesta ‘’democracia’’ y haciendo uso de los medios de comunicación dominantes para adormecer la capacidad de razonamiento y pensamiento crítico de las personas. Distrayéndolas con noticias irrelevantes y sin importancia, no cedamos más, agrupémonos y no permitamos que nos gobiernen pisoteando nuestros derechos, ¡luchemos!

En síntesis, el director sugiere que permitir estos regímenes totalitarios es equiparable a dirigir a la sociedad hacia un gobierno violento y represivo, donde toda libre elección quede completamente sometida a los mandatos del Estado, tal cual nos transmite el director a través de esta escena donde: “Apreciamos un escenario de tortura física y psicológica sobre Winston, en que se demuestra el grado de violencia al que son sometidos muchos de los prisioneros (catalogados como ‘traidores’). Estos son desfigurados, desnutridos y torturados hasta quebrarlos, llevándolos a su punto más débil; y es ahí donde supuestamente se les otorga la salvación, cuando el espíritu y la mente se rinden finalmente a la manipulación del partido, perdiendo cualquier sentido de individualidad”. (Anderson, M., 1956, min 1:13:44 – 1:23:15). Sin duda alguna, la manipulación mental y el control psicológico en las personas de esta sociedad se consiguen a través de diferentes técnicas que logran que las acciones, el pensamiento y las emociones de estos cambien completamente. Se ejecuta un control total sobre la vida privada de las personas (familia, sentimientos, trabajo, sexualidad, pensamiento, etc.), demostrando así la fuerza y poder absoluto que el gobierno ejerce sobre el pueblo sometido. La tortura física y psicológica sirve como medio para un fin específico, el cual es eliminar la subjetividad en el individuo al quebrantarlo totalmente; ya que el simple hecho de que el mismo individuo desarrolle la idea de ser un ‘’criminal mental’’ o que el líder del ministerio del amor utilice la teoría del constructivismo de una manera perversa para conseguir cambiar el pensamiento de un individuo, evidencia que la persona ha sido despojada de su libertad y pensamiento autónomo, consiguiendo que el control del partido sea absoluto y erradicando la idea de que pueda generarse una rebelión, quedando esta como una distopía definitiva. En definitiva, en la actualidad parece que, hasta cierto punto, estamos viviendo una realidad próxima a la película, pero de una manera más sutil, y obviamente menos «agresiva» para la sensación de libertad y autonomía que goza cada individuo en la sociedad. Todavía existe cierto grado de comodidad y «libre elección», o eso es lo que nos hacen creer, pero en realidad los mecanismos de control son prácticamente parecidos; utilización de los medios de comunicación para tener un control sobre la sociedad, manipulación, opresión en algunos países, etc. No llevándolo muy lejos, los sucesos mencionados en la película son como una metáfora al estalinismo. Si bien es cierto, la sociedad ha vivido todos estos acontecimientos a lo largo de la historia, cabe resaltar que aparentemente no ha sido perdurable en el tiempo de manera consistente, ya que siempre existirán grandes grupos de personas que busquen una revolución en favor de los Derechos Humanos.

Hoy en día, las adaptaciones cinematográficas no suelen “complacer” a todos los espectadores, diferentes razones son las que existen, por ejemplo: el origen del financiamiento, contexto “historial” de los actores, país donde es grabado, entre otros. “Se trata de una interpretación (película dirigida por Michael, Anderson el año 1954) que no se ajusta al texto de Orwell pues este no tiene ninguna intención profética sino descriptiva de un hipotético futuro” (Vila, 2012, p. 01). Sin embargo, si bien no fue una intención profética, hoy en día se puede ver que en algunos Estados se practica el poder concentrado en una persona o una cúpula, casos como cuba, corea del norte, etc. Asimismo, enfocando nuestro análisis a una realidad más cercana como es en nuestro país, se verifica que los medios de comunicación, en su mayoría, tienen una misma línea editorial por ser parte de los mismos dueños (grupo el comercio). La policía ya no custodia los principios de la democracia, como es la libertad, sino que atiende a quien se encuentra en el ejecutivo.

Por otra parte, la dirección de Anderson abarca varios aspectos como la ambientación y estética, representación visual, actuaciones, temas y mensajes, pero:

En cuanto al material escrito, la película naturalmente se toma algunas libertades con el libro. Condensar cualquier novela en 90 minutos de película es un desafío, especialmente una novela que a menudo se ha considerado imposible de filmar porque gran parte de la historia tiene lugar dentro de la cabeza de Winston Smith. Además, como la mayoría de la obra de Orwell, no pretende ser una novela de entretenimiento, no tiene el arco narrativo habitual de una novela, sino que es un libro sobre ideas, y las ideas son difíciles de plasmar en una película sin dar una conferencia sobre ellas. En esa misma línea, es un libro increíblemente sombrío, que analiza el totalitarismo y la desilusión de Orwell con el comunismo como vehículo viable para realizar una forma de socialismo justa y funcional (Wass, J, 2021, p.01).

Dicho lo anterior, al ser una adaptación cinematográfica, esta es filmada a grosso modo según la interpretación que le da el director para abordar los temas centrales de la obra y a su vez, cargar con la responsabilidad del impacto cultural que esta cinta tendrá de un contexto histórico que trascenderá en el tiempo. Así pues, al ser un filme sombrío que analiza y critica el totalitarismo y la opresión que este trae consigo para la sociedad, es importante subrayar que de este se interpreta que el ‘‘socialismo demócrata’’, se podría ver como expectativa para una sociedad más libre e independiente. Teniendo todo esto en cuenta, consideramos que la película se ciñe bastante a las líneas generales de la novela.

La interacción entre la política y el arte ha comprobado cómo la narrativa puede ser moldeada para servir a intereses específicos, distorsionando las intenciones originales de los autores, como afirma el texto crítico “El cine y la industria de Hollywood durante la Guerra Fría 1946-1969:

La CIA financió y distribuyó por todo el mundo, cambiando el final de la novela para que no se pudiera identificar la corrupción comunista con la decadencia capitalista como ocurría en la obra original. Lo mismo hicieron con 1984 (Michael Anderson, 1956), identificando la crítica de Orwell a todos los totalitarismos con un tratado exclusivamente anticomunista (Crespo, A, 2009, p.178).

En definitiva, independientemente a la ideología, Anderson M., en su adaptación nos muestra que el poder detentado en manos extremistas desnaturaliza a las personas, transformando a las personas en seres no pensantes y sin poder de discernimiento. Por ello, no debe ser de preocupación que el poder esté concentrado en grupos de izquierda o derecha, sino que este poder extremista no se le desarrolle, indiscriminadamente del tinte político, y para eso debemos educarnos.

Sin ir muy lejos, este filme es una idea reflejada de lo que podría haber ocurrido si Alemania ganaba la II Guerra Mundial o si la Guerra Fría se convertía en la III Guerra Mundial, si bien es cierto nada de esto ocurrió, 1984 no se aleja mucho de 2024, ya que hoy tiene cierto sentido lo que acontece en la política y sociedad de algunos Estados mundiales. Así pues, esta película es una adaptación del libro Nineteen Eighty-Four escrito por George Orwell, en la que Anderson trata de recoger la esencia del libro mismo bajo una estética vanguardista:

Bajo la dirección de Michael Anderson, no cabe duda de que mucha de su imaginería ha quedado desfasada, soñando con un futuro que ya ha quedado anticuado, pero quizá sea una versión inteligente, refinada y muy sugerida, con grandes detalles que ponen de manifiesto a quién quería realmente criticar el escritor y de qué modo. La derrota de las ideas y de los sentimientos en aras del lavado de cerebro se torna angustiosa, difícil y arrasadora porque la esperanza, sencillamente, no existe en este futuro distópico y más cercano de lo que se pudiera pensar. Sólo hay que ver cuántos puntos en común se establecen en comparación con nuestro presente y darse cuenta de que la tendencia es convertir a la inmensa mayoría en un rebaño obediente y sumiso, exento de responsabilidades más allá de las de cumplir con las normas que se han convertido en ley represora del pensamiento (Bardés, 2020, p.01).

En consecuencia, parte de lo plasmado en la historia fílmica ha dejado ver la crítica al totalitarismo que quiso transmitir Orwell en la novela misma. Al dejarnos un escenario de resignación ante el poder del Estado, el cual se maneja a través de los medios de comunicación y las autoridades, manipulando a la población a su antojo, comparándolo con la actualidad, ha sido una visión sorprendentemente real para todos aquellos que han sufrido las dictaduras más terribles de la historia de la humanidad. Así mismo, es un recordatorio permanente para los que viven en democracia sobre lo que puede ocurrir en las peores circunstancias.

La película «1984» de Michael Anderson, basada en la célebre novela de George Orwell, es una obra cinematográfica que no solo captura la esencia de la distopía literaria, sino que también la enriquece con una poderosa narrativa visual. Dentro de los aspectos positivos, podemos rescatar la fidelidad al texto original, ya que la adaptación de Anderson respeta los temas centrales de la opresión, la vigilancia y la manipulación de la realidad por parte de un gobierno. Por ende, esta película se convierte en una opción ideal para quienes desean una representación visual fiel del clásico literario. Por otro lado, podemos observar un ambiente distópico dentro del filme, porque Anderson logra crear una atmósfera opresiva y sombría que refleja perfectamente el mundo distópico de Oceanía. Los escenarios, la iluminación y el diseño de producción están cuidadosamente diseñados para sumergir al espectador en este entorno desolador. A pesar de haber sido estrenada en 1956, la película mantiene una relevancia sorprendente en la actualidad, con temas que invitan a reflexionar sobre la libertad, autonomía, la verdad y el poder. Su mensaje sobre los peligros del totalitarismo sigue siendo oportuno hoy en día. Michael Anderson, conocido por su habilidad para contar historias, logra una dirección que mantiene al espectador cautivado de principio a fin. La narrativa fluye con buen ritmo, subrayando la importancia de la vigilancia crítica y la resistencia ante la manipulación de la verdad y recordándonos cómo el poder absoluto puede corromper absolutamente a la humanidad, manteniendo la tensión y el interés. Si te apasionan las historias profundas y provocativas que desafían tu percepción de la realidad, «1984» de Michael Anderson es una película que no puedes dejar pasar. No solo es un tributo respetuoso a la obra de Orwell, sino también una experiencia cinematográfica que te dejará reflexionando mucho después de que terminen los créditos. Sumérgete en este viaje distópico y descubre por ti mismo por qué esta adaptación ha perdurado como una pieza esencial del cine clásico.

Referencias

Anderson, M. (Director). (1956). 1984[Película]. Columbia Pictures Corporation.

Bardes, C. (29 de septiembre de 2020). 1984 (1956), de Michael Anderson. Los Ojos del Lobo. https://losojosdellobo.blogspot.com/2020/09/1984-1956-de-michael -anderson.html

Crespo, A. (2009). El cine y la industria de Hollywood durante la Guerra Fría 1946-1969 [Tesis Doctoral, Universidad Autónoma de Madrid]. http://hdl.handle.net/10486/2672.

Vila, X. (2012). Nineteen Eighty-Four 1984 [Crítica de Cine-Forum].https://www.vila-coia.com/sites/default/files/textos/otros-textos/1984_critica_cineforum.pdf

Wass, J. (2021). 1984. [Crítica de Scifist]. https://scifist.net/2021/10/24/1984/

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS