Cada vez resulta más difícil saber por dónde tirar en este mundo tan convulso y tan confuso, donde con tanta facilidad se da por cierto lo incierto, por verdadero lo falso, por éxito lo que es un fracaso, por felicidad lo que es una alegría pasajera, por claro lo que es oscuro, lo blanco se hace ver negro y al revés.

Al ver las noticias en general, pero en particular las opiniones de artistas, escritores, deportistas, tertulianos, políticos y un largo etcétera, observo como cada persona está instalada en su verdad y gira en torno al rumbo que le han marcado sus creencias, sus pensamientos políticos, sus ideas o preferencias y las presentan como el único camino a seguir, pongamos por ejemplo el NORTE.

Cada opinión, cada comentario, cada publicación, debe estar llena de verdad, no de la nuestra, hay que ser honestos, objetivos, aunque nos lluevan comentarios de todo tipo de aquellas personas que están llenas de subjetivismo y por tanto solo funcionan en una dirección, pongamos por ejemplo el SUR. 

En el SUR hay mejor clima, por tanto más posibilidades de disfrutar casi en todas las estaciones del año, si solo buscamos eso ¡estupendo! ya estamos instalados, pero a veces hay que mojarse y a lo mejor tenemos que tirar en algunas ocasiones al NORTE, no porque sea más cómodo sino porque desde arriba se ven mejor las cosas.

Quizás haga más frío, el cielo esté nublado o las lluvias, incluso en verano, aparezcan y nos pueda llevar el clima al desánimo, pero insisto es importante orientarse bien y no pasa nada por aceptar que existen opiniones distintas a las nuestras, tenemos que dejar a un lado los prejuicios establecidos por nuestra forma de pensar, por nuestras creencias. 

Escuchar al otro es una terapia muy buena que nos puede enriquecer, si cerramos esta posibilidad nunca tendremos una mente abierta. Eso no significa que tengamos que aceptar el contenido sino que debemos conocerlo para poder opinar.

En el ESTE se encuentran muchas personas que ni fu ni fa, que no toman partido por nada ni por nadie, que no quieren complicarse la vida y que pasan de todo, no participan, no se mojan en el NORTE ni se calientan en el SUR, prefieren girarse para otro lado, por ejemplo el ESTE donde tienen todas las comodidades pero donde el clima es incierto, pueden pasar frío, tener muchas lluvias, pasar calor, o bochorno, no se sabe, pero prefieren la comodidad. Hacen lo de siempre, no cambian su forma de pensar aunque sepan que pueden estar equivocados, están anclados en sus ideas y prejuicios, sus mentes están cerradas a otras cosas, viven «tranquilos» pero se quejan con mucha frecuencia.

Por último nos queda el OESTE, apasionante, todos hemos visto alguna vez alguna película del oeste y ninguna de ellas nos ha dejado indiferentes, tienen emoción, muchos tiros, malos y buenos, el sheriff, las peleas en la cantina, los duelos en mitad de la calle y en algunas películas los ataques de los indios a los yanquis y al contrario, cortes de cabelleras y también momentos tiernos, quizás los menos, pero si algo no falta es emoción desde el principio hasta el final.

Es en este punto donde están todas esas personas que se embarcan en algún proyecto personal sabiendo que se pueden encontrar por el camino con indios que les pueden atacar pero no importa, como en las películas, algunos morirán en el intento y los demás seguirán adelante.

No me refiero a la muerte física sino a la de las emociones, al desánimo, la desconfianza, la incertidumbre, la cobardía en definitiva. El OESTE es pasión, emoción, lucha constante, esfuerzo, apoyo en el otro, ayuda, comprensión, verdad.

Cuenta una leyenda que en tiempos de construcción de pirámides, muchos trabajadores al servicio del faraón picaban las piedras que luego iban a ser colocadas una detrás de la otra, había muchos «pica piedras». Paseaba por la zona un señor que tenía curiosidad por el trabajo que realizaban estas personas y fue preguntando a algunos, en concreto a tres, -¿ qué estás haciendo?, -no lo ves, picando una piedra. Pasó al siguiente y preguntó de nuevo ¿y tú qué haces?, -dándole forma a la piedra para que se pueda colocar encima de la anterior. Y paso al tercero y le preguntó ¿y tú qué estás haciendo?, -estoy construyendo una pirámide.

Los tres estaban haciendo lo mismo pero cada uno estaba orientando su trabajo a un fin distinto, a nosotros nos pasa un poco lo mismo, por eso es importante orientarse, elegir el punto cardinal que nos ayude a llegar a nuestra meta en la vida, si es que la tenemos, que sería conveniente.

Hasta aquí esta pequeña reflexión que quiero compartir con todos y que espero nos ayude a elegir en cada momento el punto cardinal adecuado. NORTE, SUR, ESTE, OESTE.

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