Cuando me encontraba en el punto más bajo de mi vida, siempre pensaba en como podría salir de ahí, en todo lo que quizá merecía y en todo eso que quizá “me hacía más fuerte “ como todos decían; pero a quien le mentía, de quien me escondía, cada día en mi vida era un recordatorio de todo lo que no quería en ella, todo lo que me hacía sentir que no era yo, todo lo que cada vez me hacía sentir más desconocida y fuera de mi.

Aun recuerdo como ese rayito de sol llegó a mi vida, aquel día en que simplemente algo tenía sentido; recuerdo perfectamente bien cuando te vi llegar a esa fiesta, eras bastante conocido para mí, pero no importante, durante la noche me dedique a simplemente a llenar ese vacío con gente desconocida, hasta que entre copas te encontré, estabas en una esquina de la fiesta, te pedí un beso y tu respuesta fue “que nadie nos vea” y claro después de todo solo éramos “conocidos”.

Durante ese beso experimente toda clase de sentimientos, todo eso que siente un adolescente enamorada y que hace mucho no sentía, pero muy dentro de mi sabia que era solo un simple beso, que para ti no significaría nada.

Cuando la fiesta terminó y llegue a casa, eras mi único pensamiento, eras eso que me distraía de mi realidad y aunque sabia que nada entre nosotros pasaría no podía evitar pensar en todo eso que sentí.

Días después los comentarios de la gente preguntando por nosotros me abrumaban y aunque a todos les decía que no eras importante claro que me emocionaba, pues sabia que a ti también te mencionaban constantemente mi nombre y fue la excusa perfecta para hablar contigo sobre eso, recuerdo bien como te pedí que lo escondieras, como por más que quería besarte frente a todos y gritar que eras mío actuaba totalmente indiferente, creía que reprimiendo mis sentimientos se irían, pero era todo lo contrario, cada día eran más los pensamientos amorosos en los que aparecías.

Luego de días me llegaron esos rumores de que sentías lo mismo que yo y no puedo negar que me emocione, que una lluvia de buenos y malos sentimientos se apoderaba de mi, pero seguramente eran solo inventos, como es que aquel chico que vivía novia tras novia se iba a fijar en mi, así que decidí seguir reprimiendo todo lo que me hacías sentir. 

Un mes después por fin aceptaste hablarme sobre lo que sentías y debo admitir que fue un día absolutamente feliz, no podía pensar en que tal vez era solo un juego o una broma, pero no quería volver a sentirme vacía, así que decidí dejarme llevar, tenía demasiado miedo pero tenía en mente eso que siempre dicen “el que no arriesga no gana” así que arriesgue la estabilidad emocional que claramente no tenía, te hable de todo lo que quería hacer contigo y todo lo que me provocabas, mientras me decías lo que tanto esperaba escuchar sentí como explotaba de emociones y cuando por fin pudimos salir a demostrar que nos queríamos, yo deseaba gritarlo a todos y así fue, ahora lo presumo por todos lados.

Hace tiempo me siento diferente y aunque se que puede sonar bastante absurdo te debo gran parte de eso, me has dado muchos momentos felices, me has hecho volver a ser yo.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS