La curiosidad no siempre es perjudicial

La curiosidad no siempre es perjudicial

Había una vez una pequeña niña llamada Atenea quién tenía 8 años, Atenea es una niña alegre que siempre contagiaba su alegría con los demás, aunque a pesar de eso, su corazón siempre anhelaba un acompañante para sus alegrías, pues siempre estaba presente la sensación de soledad.

En un día ordinario ella y su familia fueron al veterinario pues habían ido pará vacunar a una de las mascotas de sus hermanos, ella ama mucho los animales, pero en especial, la volvían loca los gatos; antes, ella tenía un lindo gatito llamado Félix pero lamentablemente, un día el gatito se escapó por la noche, y nunca más volvió… Esto destrozó por completo el corazón de Atenea, a quién le tomo tiempo afrontarlo; Posteriormente no había podido tener otro gato, pues a uno de sus hermanos mayores le habían realizado una operación al corazón, y para recuperarse no debía de haber gatos ni cualquier animal junto a el, afortunadamente de ese suceso ya habían transcurrido 3 años lo que quiere decir que ya podía tener animales junto a el sin problema alguno. Cuando terminó la revisión de su perrito se dirigió junto a su familia al carro para ya irse a su casa a descansar, pero observo algo curioso, justo en la entrada de la veterinaria vio una caja sola y apartada de los demás, la caja tenía rejilla por lo cual se podía ver un poco lo que había dentro de esa caja y Atenea con mucho interés y avidez observó, logrando vislumbrar un poco de pelaje gris y una manta, Atenea era muy curiosa y en un ligero descuido de su familia fue a ver que había dentro de aquella caja que tanta inquietud le causaba…

-Mamá, mamá, mira un gatito!!

Cuando Atenea grito que había un gatito sus padres fueron junto a ella y lograron notar que dejaron abandonado al pobre gatito, pues preguntaron por el y todos decían que no era suyo…

-No hija, ese gatito es en realidad gatita.

Le dijo su madre después de contemplar con más atención aquel gatito mencionado por la pequeña, a lo cual Atenea se emocionó mucho por esa gatita, tanto así qué cuándo la vio se enamoró de esa gatita color gris, con mirada color jade , con rayas blancas y negras, era una gatita apenas pequeña eh igual de linda y tierna que Atenea…

-Mamá, Mamá hay que llevar a la gatita con nosotros ándale!!

Los padres de Atenea no sabían si llevar a la gatita con ellos ya que era una gran obligación y mucho trabajo el cuidar a la gatita, aún más porque había sido esterilizada y se debía tener mucho cuidado para su recuperación, pero tras varios berrinches e insistencias por parte de Atenea accedieron…

-Está bien hija llévate a la gatita con nosotros.

Lo que no sabían los padres de Atenea es que esa gatita a lo largo del tiempo se convertiría en la mejor amiga de su hija por el resto de su vida y no se abandonarían nunca…

Y así fue, Atenea y la gatita (que posteriormente fue llamada chiquis) fueron creciendo juntas, jugando y divirtiéndose, además de eso, Atenea logró su mayor anhelo, pues al fin encontró la compañía que tanto ambicionaba.

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