Y pensar que… la historia que nunca inicio acaba de llegar a su fin.
Y pensar que pude haber hablado con mayor sinceridad, pero tu mirada me llenaba el alma de dudas y miedo… ¿Qué porque dudas y miedo? Es simple, tenía la maldita duda de que ibas a responder si te hablaba con sinceridad y… el miedo a que lo que pensaba se haría realidad.
Pero bueno, ahora me toca escribirte, a ti estrella fugaz que paso una vez por mi cielo tan obscuro como de costumbre, pero, a decir verdad, gracias a ti pude apreciar una de las mejores vistas que sé que jamás voy a poder tener de nuevo.
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