Elaborado por: Moreno Martínez Natali Yulieth
Había una vez una dulce y amorosa pareja de ositos que vivían en una pequeña cueva en lo más profundo del bosque, muy alejados de la ciudad y al parecer, para ellos eso era lo más grandioso y fabuloso, pues no tenían que estar ahuyentando a los entrometidos humanos, que lo único que generaban era furia en los osos y un gran descontento al observar todo lo que habían provocado por su avaricia de obtener dinero, talando árboles y dejando al bosque en gran parte destrozado.
Al pasar los años, esta parejita tuvo un lindo osito, al cual llamaron Pedrito. Pero a él no le gustaba ya vivir ahí, soñaba con un pueblo mágico, en donde todo era muy lindo, los demás animales hablaban, no existía la guerra ahí y la amistad era lo primordial. Sus papás se burlaban de él, pero no le importaba nada de lo que decían, solo pensaba en poder escapar de “ese horrible lugar” algún día.
Llegó el momento más doloroso y triste para Pedrito cuando le contaron una bestia salvaje había devorado a sus papás mientras intentaban conseguir un poco de carne fresca y frutos rojos para la cena, Él todavía sin poder asimilar lo que había pasado, los buscó por todas partes, por cada rincón de aquel bosque, sin embargo, no había rastro de ellos y con una pequeña esperanza, siguió buscando, hasta llegar a lo que parecía ser, lo más conocido y famoso del bosque. Pensó que a lo mejor habían ido a buscar comida en ese lugar por lo mismo que la fauna en donde habitaban ya era muy escaza, pero al no encontrarlos por ningún lugar, no le quedó más remedio que aceptar que no tendría a sus papás una vez más y que ese abrazo que les dio, sería el último.
Al llegar a casa, Emili, que era su amiga más cercana, le comentó que, al no tener padres, ambos deberían ir a vivir al pueblo mágico del que tanto hablaba porque ahí no existía peligro alguno. Pedrito recordó todo lo que sus papás le decían sobre aquel lugar, el cómo los humanos mataban a los animales, se los comían, usaban su piel para abrigarse y para elaborar infinidad de objetos. Pero eso no fue un impedimento para él y al final, acepto ya que seguramente se lo decían para provocar un miedo en él sobre aquel lugar que tanto amaba.
Un poco aterrador por todo lo que se decía de ahí, emprendieron su viaje y llegaron a un pueblo llamado ‘la caverna mágica ‘ no le tomaron tanta importancia al nombre, de cualquier manera, se llamaba casi igual. Estaban muy nerviosos y ansiosos de lo que pasaría y con qué tipo de gente se encontrarían. Fue grande su sorpresa al ver que el pueblo estaba abandonado, solo se oía un gran sonido de vacío por todas partes. Parecía que no habitaba nadie en ese lugar hace muchísimos años y ni si quiera el sonido de algún animal hacía eco, concluyendo con la idea de que serían los únicos habitantes.
Muy decepcionados al no poder llegar al lugar deseado, asimilaron su soledad por el resto de sus vidas y decidieron habitar ahí, realmente ya estaban muy cansados y no pensaban seguir caminando en busca del pueblo mágico si sabían que nunca la encontrarían y que quizás todo era parte de la imaginación de Pedrito, pues aquella vez que la soñó, no parecía ser tan real.
Los dos amigos no hicieron nada más por encontrarla, no imaginaban que a tres kilómetros lejos de donde estaban, existía un lugar llamado “el pueblo mágico», en donde todo lo que Pedrito soñaba de pequeño, existía. Desde pájaros contándose como robarían semillas y se los darían de comer a sus pequeños, hasta gorilas y serpientes charlando sobre su día y lo mal que la pasaban con sus maridos.
Lamentablemente, nunca pudieron disfrutar de aquel lugar y vivieron en su triste burbuja de que nunca existió aquel pueblo, por eso es muy importante no rendirse y siempre buscar más a fondo, a lo mejor hasta encuentras algo mejor de lo que buscabas.
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