El León Rojo de la Soledad Parte 3

El León Rojo de la Soledad Parte 3

Elifas Sator

25/05/2024

El café humea en mi taza de aluminio como si una chimenea estuviera encendida.

Escucho el trino de las aves por la mañana mientras observo mis pensamientos. No me dicen nada. Vacuidad absoluta.

Sigo buscando y no encuentro nada. Como si mi cerebro estuviera inerte. Un umbral de consciencia sin brillo. Donde la oscuridad ruge con desespero.

El primer trago caliente y humeante estremecen mi cuerpo. Me hace sonreír. Me gusta lo desolador, pero no lo malo. Es como si mi naturaleza fuera eso. Una máscara de sabores dulces y delicados. Pero lo que veo es la verdad. Lo amargo de la realidad y el caos de la existencia.

No hay nada dulce. Solo una acaramelada y falsa percepción.

Usamos el miedo ante la verdad. Palabras delicadas para suavizar la existencia. Salimos del umbral del dolor por momentos. Y eso, crea más sufrimiento.

Escondernos de la aflicción es la causa del mal. Y podemos verlo en nuestra vida. Sin preguntar sobre ello. Solo observar y sabremos que hacemos lo posible para darle la vuelta a la hoja.

Otro trago de café… Euforia…

La puerta rechina por el viento que nace de la naturaleza.

Solo observo.

Hoy esperábamos – al menos yo – un día de lluvia abundante pero, aun las 9:17 a.m. y no hay ni una gota. El pronóstico dado en internet nos ha engañado y con ello, dejando actividades pendientes.

A veces pienso si escribir en computadora sería mejor que con pluma y papel y creo que, la pluma y papel, tienen un punto de satisfacción que un teclado y computadora no pueden otorgar.

Como si fuera un escritor de antaño. Y es placentero.

Ser escritor es una expresión de la naturaleza de la reflexión sobre la vida. De momentos efímeros, de situaciones ilusorias. Identificación con pensamientos y sentimientos momentáneos que, si no son expresados, se desvanecen.

Leer es importante. Nos da las herramientas para encontrar la manera correcta de expresar lo que necesitamos.

La lectura hace a la reflexión y la reflexión al escritor.

Es doloroso el camino del escritor. Nos identificamos con sentimientos penosos o alegres y eso, nos inspira para crear. Si perdemos el sentir, perdemos todo.

La soledad, es la vía. El ruido de la vida nos deja sordos ante el pensamiento y el sentir.

No puede haber libros con ruido de por medio.

Sería buena idea reflexionar y escribir en una situación ruidosa. Buscar un pensamiento de calma en medio del caos imperante.

Identificar la vida en ello nos llevará a donde nosotros decimos.

Las experiencias son reflexiones, directamente proporcionales, de nuestros deseos y sentimientos.

Lo que buscas te impulsa a encontrarlo.

Ser escritor es soledad, dolor y sentimiento de vacío. Sin embargo, el vacío es necesario para buscar lo que nos de la substancia para llenar la copa.

Sin vacío no puede existir la búsqueda.

Aceptamos la vida, pero no queremos sentir el vacío. No aceptamos sufrir. Usamos máscaras que endulzan nuestros sentidos. Nos sedamos para no sentir.

Engañamos a la naturaleza. La constante del cambio nos confronta.

Quitar el velo del engaño para sentir dolor y el vacío nos llevará a la búsqueda de lo que podamos cultivar para sanar.

Mirar la vida sin juicio. Simples observadores. Identificarnos con el mundo cambia la naturaleza universal.

Aceptar lo efímero e ilusorio. Es Maya. La vida es Maya.

Lo que observamos a través del órgano visual es una expresión directa de nuestra mente. Y como energía mental, ella cambia, se transforma, no es real.

Me queda ¼ de café y creo que necesito un poco más.

Me gusta lo que hago. Me agrada ser escritor o intentar serlo. Es como si al buscar llenar ese vacío, lo estuviera vaciando más y más. Es un juego interesante. Llenar y vaciar constantemente.

Flujo y reflujo. Ciclos sobre ciclos.

Sin principio ni fin. Solo existir. Ser eterno.

Quisiera dejar todo, perderme y dedicar mis días a leer, reflexionar y escribir.

Cambiar de ciudad, de aire, de personas (aunque no tengo amigos), y buscar la piedra de la vida en el mundo. Eso, sin olvidar a mis hijos. Ellos son mi corazón. Espero puedan comprender, algún día, el camino que me toca vivir. La soledad y el dolor del cambio.

Aprecio el tiempo de soledad y poder buscar en mi interior la vida.

Esto me ha llevado a expresar lo que ahora soy (sea lo que sea que sienta que soy).

Experiencias buenas, malas, tristes y otras placenteras.

El pasado, aunque activo en el presente como recuerdo, me da la pauta para seguir. Saber qué hacer y que pasar de largo.

Iré por café extra…

Cuando trato de vivir es cuando la vida se hace difícil.

Entrometernos en el libre flujo del cambio, hace de la vida un caos total. Verdaderamente somos espectadores. Vivir sin ser un obstáculo para el cambio.

La vida es más que obtener. Y si no podemos encontrarla, jamás lograremos andar en el camino de la virtud.

Vivir bien para morir bien. Esta es la clave de la existencia.

El bien morir, sin dolor y aceptación, es una consecuencia lógica directa del bien vivir. Del soltar el mundo para existir y fluir.

Caminar entre el caos abriendo paso a un orden diferente. Ser el caos del caos.

No importa que seamos incomprendidos.

Nadie es el dictador de la realidad más que nosotros mismos.

Todo lo que experimentamos es lo que somos. Nada más.

Sin llamadas o mensajes por chat, la vida me mantiene en asilamiento.

Gracias a esta soledad inherente a mi Ser, he podido encontrar un poco de lo que Soy.

El café tiene un sabor amargo, intenso y placentero.

La magia de vivir se hace visible cuando disfruto de un buen café con soledad y melancolía.

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