Ricardo Zunino
El generador de ilusiones .
Cuenta la historia, que es una y nos enfrenta con el irrefutable escrutinio de los hechos que el 13 de Abril de 1949 en la hermosa localidad de Barreal del departamento de Calingasta provincia de San Juan nacerá un niño que tendrá un lugar especial en el automovilismo mundial y un cariño particular en el corazón de los que amamos el automovilismo argentino.
Sus padres bautizarán al pequeño con el Nombre de Ricardo Héctor Zunino y cuando la edad todavía le impida vestir pantalones largos se lo apodará Colorado.
Cuando Zunino contabilize 26 primaveras, se coronará campeón argentino de Turismo Nacional en la clase C, repetirá al año siguiente, siempre a bordo de su cupé Fiat 125 , formando parte de la estructura oficial.
Mientras las mieles del éxito coronaban la vida de Ricardo , la causalidad que es prima de la casualidad pero tiene mérito propio hizo que en los pasillos del automóvil club Argentino el Colorado se cruce ni más ni menos que con quien fuera el dueño de la fórmula 1 , Bernie Ecclestone.
Zunino le cuenta a este autor.
Lo vi y se me ocurrió en el momento darle la mano y decirle que quería correr en Europa, a veces en la vida tenes que tomar una decisión en segundos , de lo contrario el tren pasa y no vuelve más. ( Les suena ?)
Me dio una tarjeta y me dijo llámame, a la semana lo llamé y la secretaria me pasó el contacto de Max Mosley que era el dueño de March , él estaba armando un equipo con Bruno Giacomelli para competir en la Fórmula 2 Europea que era la antesala de la F1.
Ricardo comenzará esa primer temporada en Europa con más dudas que certezas, con más valentía que inseguridades y con el empuje del corazón, siempre con el corazón. ¿Podría ser de otra manera? , porque cuando el corazón no podía más, Cuando el corazón largaba la lengua rojo de agotamiento . A Zunino lo respaldaba la perseverancia .
Durante la temporada de 1978 las cosas no funcionaban del todo bien, o por lo menos como el temple del argentino lo deseaba, una rotura del semieje en Nurburgring a más de 270 km/h y el desprendimiento de la rueda trasera en Silverstone fue suficiente para que el piloto de hablar pausado pero de paso firme dijera basta, ese fue el momento donde para no perder sus servicios Ecclestone le ofreció un auto de la F1 Inglesa, bautizada Fórmula Aurora. Así seguiría sumando experiencia en autos de gran potencia .
En la Fórmula Aurora , Ricardo triunfaría en Brands Hatch ni más ni menos.
Luego de su triunfo en el emblemático circuito Ingles,la relación entre piloto Argentino y empresario Ingles, se consolidó, a tal punto que varios viajes por el corazón de Europa eran compartidos en el Jet privado de Bernie .
Viernes 28 de Septiembre de 1979
( Primer día de entrenamientos oficiales previó al GP de Canadá)
Ese día, amaneció con el típico clima helado que prevalece en la industrializada ciudad de Montreal.
Ricardo se despertó temprano, su rutina deportiva así se lo imponía, si bien, ese Fin de semana no tenia actividad, decidió ganarle al alba para aprovechar la jornada , iria a pasear por el Circuito, saludaría a su patrón, examinaría un poco los autos con mayor tecnología del momento y cruzaría un par de palabras con Carlos Alberto Lole Reutemann, o quizás solo lo saludaría, ya qué el Lole no era de derrochar conversación.
Luego tenía una cita en el centro de Montreal para Visar su pasaporte, debía hacerlo ese mismo viernes, ya que era el último día laboral de los horarios burocráticos, quizás ni siquiera llegaría a ver la tanda de entrenamientos, pero no importaba, era su fin de semana de descanso .
Un trámite que por mucho que nos sorprenda a los Sudamericanos a Ricardo le llevó menos de una hora, los países serios son así, al regreso, en el subte, un pensamiento le carcomía la quietud, quietud que solo era corrompida por las más de 15.000 RPM que derrochaba su Fórmula Aurora.
¿Se irá Niki Lauda de Brabham la próxima temporada?, ¿Tendré mi tan ansiada oportunidad para mostrar de una vez por todas mis condiciones en la máxima categoría? Sino , ¿A que vine ?
Al llegar al Hotel del circuito y mientras el dinamismo de la jornada imponía su paso, Ricardo hizo contacto visual con él, lo vio, estaba ahí, al lado de la recepción, era el piloto del momento, el único piloto impuesto por el Olimpo de las jerarquías, el piloto que impedía que el Colorado de Calingasta debute en la Fórmula 1, Niki Lauda , y sobre él un manto de soberbia resplandecía ferozmente .
En una fracción de segundos el mundo se detiene, los dos Gladiadores se encuentran frente a frente, se estudian, se miran, se miden, ninguno dice nada , pero sus pupilas dilatadas dicen todo , mientras se observan , el sudor cae por la quemada frente del austriaco, mientras se miden cómo dos boxeadores en celo la transpiración resbala en el largo flequillo del argentino , por un lado se encontraba el maldito ex piloto de Ferrari, quien fue vomitado desde las entrañas del mismísimo infierno para presentarse nuevamente a correr y volver a ser campeón, lo odiaba, portando esas malditas cicatrices cómo trofeo de guerra. Cómo lo odiaba .
Y por el otro lado está Zunino, el talento personificado en Juventud, una juventud que empujaba al dos veces campeón mundial al retiro, a la decisión que acababa de tomar, un piloto que por más que las hectáreas de Barreal no escrituraban a su nombre había llegado hasta ahí hipotecando su único capital . Su talento.
Mientras las dos miradas se estudian, Ricardo escucha con su oído afinado el bramar de los motores de F1 que devoran en un acto de soberbia la cinta asfáltica del circuito de Montreal , en un solo movimiento le da la espalada a Lauda y sale del hotel disparado dirigiéndose raudamente hacia el circuito, no sabe, no intuye y ni siquiera entiende que las tandas de entrenamientos se demoraron media hora y por eso todavía hay actividad, esa media hora que cuando la razón no entiende, la fe nos hace creer que ese día, Dios corría codo a codo con el Colorado.
Cuando se aprestaba a ingresar a la calle de boxes se cruza en su camino con el genial preparador Argentino Oreste Berta, que al ver a Ricardo le descarga exasperado, ¿ Dónde carajos te metiste Ricardo ?? , Bernie está cómo loco , Te está buscando , te llamo por el altavoz del circuito.
El Sanjuanino sigue su camino cómo un autómata y mientras lo deja atrás gira su cabeza hacia el Cordobés mirándolo extrañado como diciendo ¿De qué estás hablando?’
Pero al hallarse frente al Box de Brabham las horas lunáticas de Zunino entraban en una vorágine Kafkiana.
Encuentra a Ecclestone de espalda haciendo movimientos ampulosos con las dos manos diciéndole quien sabe que a un mecánico, en un momento, Bernie deja de gesticular y se queda quieto una fracción de segundos, para luego darse vuelta violentamente y con los ojos desorbitados decirle.
“Dónde estabas? ¿Dónde estabas ¿ me queres decir? Toma, Ahí tenes el auto de Lauda, subite , allá también dejó su indumentaria.
Ante la fracción de duda del piloto argentino, duda que se debía más que nada a procesar la información y no porque no se crea capaz de consolidar dicha empresa Bernie remata.
¿Sabes qué? Olvídalo, no hay tiempo. Y con la mirada busca por sobre el hombro de Ricardo al siempre precoz Rupert Keegan, Flamante vencedor de los torneos de F3 y F Aurora .
Hay tiempo, claro que hay tiempo. Grita Ricardo mientras se dirige firmemente al rincón del Box para recoger las prendas de Niki, y llevárselas al lugar más íntimo y así , con decisión y soberbia, comenzar el íntimo ritual de la desnudez.
Sin mirar a nadie, Zunino habla lo suficientemente claro y fuerte como para que el que quiera oír lo oiga. Tiempo hay y yo me quiero subir al auto, dice sin levantar la vista mientras forcejea con los díscolos guantes de Lauda que al ser dos talles más chicos se rehúsan violentamente a dejarse ultrajar.
Mientras tanto, Dios en los boxes le dijo: tengo esto para vos, y con mano impiadosa, el de arriba demoró media hora la tanda de entrenamientos, para que el argentino pueda salir, pero el Todopoderoso también le aclaró, ahora Salí y da lo mejor que tengas, dalo todo, hasta que no te quede nada, y el Colorado ese día se vació completamente .
Cuando al piloto Argentino le habilitan la luz verde, sabe que no podrá equivocarse, que si bien la empresa es desesperada, para lograrla deberá convertirse en el maldito Hiperión de las alturas.
Dará lo mejor de si en un auto completamente desconocido y en el peor circuito del calendario, la primera vuelta midiendo cuidando y controlando, la segunda vuelta sentirá en su espalda la reacción furiosa de su Cosworth, y la sentirá en sus caderas, cuando en cada salida de una curva el tren trasero espantándose se aferre a la pista con furia y desesperación y ahí, en las caderas sentirá el sacudón, en las caderas y en las costillas, al punto que el negro visor del casco de Niki se empañará con la respiración agitada y cortada de quien al borde de la desesperación intentará domesticar a la fiera.
Mientras entra en cuarta a fondo rozando el famoso muro de los campeones, una mueca feliz le llena la cara Ja ¡¡¡«No hay tiempo: dice para sí mismo mientras esboza una sonrisa, y enseguida otro pensamiento invade su cabeza ¿ Y Keegan ?? A Rupert que le den, si, que le den.
Ricardo conseguirá sentar precedentes para capitalizar su debut en el automovilismo mundial, ya que de no haber girado excusado en la carencia de tiempo le hubiese sido imposible salir a clasificar el día sábado, tanda clasificatoria que lo ubico en el puesto 17 en la grilla.
El día domingo, mantendrá un ritmo parejo, constante, preciso, superará autos por adentro y por afuera, bloqueando y pegándole a los pianitos pero también con precisión quirúrgica, El Brabham y Ricardo son una cosa, el Sanjuanino lo lleva con soltura en las rectas y lo gobierna con el culo en los curvones rápidos, con los cuatro dedos de su mano derecha pasará los cambios ascendentes y con furia y desesperación meterá los punta y taco de prepo para ubicarse cuarto detrás de Didier Pironi y así, con un golpe certero y letal hurtarle su podio. Cuenta la leyenda , que ese día, luego de bajar del tercer escalón del podio , Pironi le dirá a sus íntimos que al mirar el espejo retrovisor de su Tyrrell no veía el Brabham . Lo que observaba con espanto era que lo que se le venía encima era una locomotora cojonuda .
Dios, que desde el día viernes calza la roja gorra Parmalat de Niki Lauda , está contemplando todo desde el muro de los boxes, mientras sonríe, y mira y espera, y como sucede cuando alguien que puede hacer lo que quiere con nosotros o lo que es mejor, determinará que faltando dos, solo dos vueltas para el final, el simple comando del varillaje de la caja diga basta, teniendo que abandonar la competencia y asi quizás por el simple hecho de no llegar, la grandeza de Ricardo fue majestuosa .
¿Pero acaso, no fue ilustre el domingo para el Sanjuanino? ¿No fue acaso memorable, cuando y mientras el Brabham ronroneaba furioso detenido frente al box luego de dar 70 vueltas poseídas por las leyes de la física, a Ricardo le llenaban la espalda de Palmeadas? Mientras este todavía no había salido del Copckit.
Acaso importa que no haya conseguido un podio en el día de su debut? Podemos o tendremos el derecho para, a Ricardo, negarle o mezquinarle apenas un ápice de elogio o saludo a alguien que hizo y logró en circunstancias extremas lo que a cualquiera de nosotros nos hubiese hundido en un mar de mierda presos de un pánico y desesperación paralizante?
Nos podemos dar el lujo de negar que en su debut y en tres grandes premios más Ricardo con la puntuación de reglamento actual hubiese sumado puntos ?
7mo en Canadá, 7mo en Argentina, 8vo en Brasil y 10mo en Sudáfrica.
Y ahí tenemos a Sudáfrica, otra burla bestial y soberbia del destino, una mueca sarcástica donde bajo la lluvia marchaba en un segundo puesto sublime castigando su pertinaz Brabham para después quedarse nuevamente despojado de toda gloria.
Y el sarcasmo en estado puro que nos saca la lengua y se agarra la entrepierna riéndose a carcajadas nos grita afónico que en ese GP, el vencedor fue Carlos Reutemann y Ricardo venia para terminar segundo, segundo, ¿Pueden acaso imaginarse un primer y segundo puesto totalmente argentino?
Y cuando el sarcasmo se mofa de cada uno de nosotros , sentiremos un alivio devastador al punto que vomitáremos lágrimas de alegría al precisar que esa carrera que vence Reutemann le será robada y con ello el maldito punto que coronó a Nelson Piquet con el campeonato mundial de conductores , pero esa es otra historia.
Me pregunto, ¿No es demasiado lo que hizo Ricardo?, no es increíble que el viejo Leñador Ken Tyrrel lo adopte y cobije bajo las mismas manos prodigiosas donde en su tiempo sintieron contención Francoise Cevert, o Didier Pironi?.y hasta Jackie Stewart ?
¿No merece Ricardo estar acaso un grado por encima de la arrogancia, cuando evaluado por sus pares en materia de piloto, pero sobre todo de ser humano, Gilles Villeneuve y Jacques Laffite, en Canadá se acercaron en voz baja y paso moderado para ofrecerle sus botitas el astro local y sus guantes el eficaz y siempre amable piloto Francés y así, el Argentino poder disputar su primer GP?.
¿¿Podemos acaso olvidar cuando huérfano de todo equipo, desamparado de toda posibilidad para seguir en el gran circo, el viejo y querido Leñador le daba lo poco y mucho que tenia, todo lo que le quedaba, un obsoleto pero rendidor Tyrrell 011 para disputar el GP de argentina y con ese trasto frente a su público , Ricardo hizo que Gilles lo maldiga durante varias vueltas , agradeciendo incluso que el de San Juan , no este con un auto un poco más competitivo.
Esta fue la historia que yo quería contarles, la historia de un hombre que es mucho más que un piloto, es un ser humano con principios, que llegó donde llegó y obtuvo lo que obtuvo, solo y sin deberle nada a nadie.
Y nosotros, que somos una sociedad por demás exitista no le dedicamos la tinta ni el tiempo que Ricardo se merece.
Ricardo no obtuvo podios en la Fórmula 1, no sumo puntos ni siquiera tuvo continuidad, pero. ¿Acaso por eso mismo no es más grande su figura? Para mi si, y yo, un poco cansado de que se adornen de palabras bonitas a las personas cuando ya no están , me propuse hacer este pequeño homenaje de alguien que no solo admiré de chiquito ( Tenia el Brabham Galgo de Zunino ) no solo lo hice porque jamás me cortó el teléfono ni me negó una entrevista ni un mensaje, sino porque nos representó con la frente en alto y cuando se fue, salió por la puerta grande de la fórmula 1 ancho y soberbio como buen criollo nuestro.
Gracias Ricardo. Por todo, de verdad.
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