
CUANDO ALGUNOS HOMBRES J. QUISIERON SER neo
Estamos a 19 de mayo y es un domingo especial. Voy con mi marido en el coche atravesando las tierras de Burgos, en el medieval reino de Castilla, seguramente poco acostumbradas a esta primavera atípica y lluviosa con la que nos premia el clima.
Me entretengo con este paisaje de espacios amplios y lisos que se funden con el horizonte y se me viene a la mente la frase que Ortega le susurró a Machado en una ocasión: ”Ancha y plana es Castilla como el pecho de un varón” y pienso que es una buena descripción de esta tierra sobria y resistente.
Estamos en Aranda del Duero. A ambos lados los campos arden de amarillo y rojo, salpicados de amapolas y flores de colza, que adornan como diademas los terrenos de siembra. Unos kilómetros más allá, las cepas bajas, bien enraizadas en el suelo, sencillas y resilientes se preparan tras el invierno para un nuevo fruto y una nueva vendimia en llegando los meses de septiembre y octubre.
Nosotros vamos de visita. Una visita esperada y retrasada por diferentes razones personales. Una visita a las Bodegas Neo situadas a tiro de piedra de Aranda del Duero.
Cuando nos acercamos, lo primero que llama la atención es el colorido de la estructura, muy visible en el paisaje uniforme de la estepa.
Lo segundo es el original guardián del portalón de entrada: un robot Mazinger Z de buena estatura que aviva la nostalgia de los que ya somos mayores y seguramente también atrae la curiosidad de los que aún son niños.

Pilar nos espera. La bodega está en silencio al ser día de descanso para los trabajadores. Nada más entrar nos recibe un espacio social donde lo más impactante son los increíbles retratos fotográficos de personajes conocidos del presente y del pasado, separados por una gran mesa de cristal para eventos del espacio acristalado de oficinas orientadas al norte, como corresponde para protegerse de los rigores del sol de verano.
Todos los retratos parecen mirar a una pequeña mesa de cata donde las nuevas botellas de vino DISCO, cosecha del 2020, se pavonean vestidas con su exclusiva etiqueta personal creada por el equipo de diseño de las propias bodegas.
Tras ellas, en las oficinas, como arropando su puesta en escena, un mapamundi lleno de puntos nos indica a qué lugares se exporta el vino que va ganando presencia en otros muchos países, llevando la denominación Ribera del Duero y la imagen de España fuera de nuestras fronteras.
Un gran sofá rojo pone el colorido junto a una pequeña cocina. Es bien sabido que el vino entra igual de bien acompañando a un humilde picoteo que a un yantar copioso a base de morcilla, o lechazo asado muy típico en los mesones de la zona.
Pilar nos lleva luego a la nave donde los grandes tanques preservan el vino en proceso de fermentación o elaboración. Junto a un montacargas para subir los toneles, me llama la atención un cuadro tipo cómic donde los tres hombres J: Julio, Javi y Jose, los fundadores de bodegas Neo, conversan en bilingüe (inglés y español).
Son un trío de profesionales muy bien estructurado: Julio diseña y cuida las bodegas, Javi vende los vinos en más de 50 países y Jose se encarga de la parte administrativa.
Hay otros trabajadores de la zona, que hacen que este proyecto, que empezó siendo el sueño de tres amigos en un antiguo molino, haya ido creciendo con los años hasta hacerse internacional.
No solo hacen vino tinto y rosado. También se atreven con el blanco, rescatando la variedad de uva Albillo cuyo cultivo estaba cayendo en desuso.
No solo tienen un estudio de diseño propio (el Neo Design Estudio), sino que han creado Mondoneo, una iniciativa solidaria que a través de conciertos, exposiciones y otras actividades promocionan la cultura del vino y colaboran con proyectos humanitarios.

Cuando bajamos a las bodegas, la temperatura constante y el silencio le dan al espacio una atmósfera especial. Al fondo, sobre la pared, un gran mural representa al detalle una escena de vendimia. En el resto de las paredes, otros cuadros muestran eventos sociales de la vida diaria. En los toneles apilados hay mensajes alusivos a la experiencia de visita y grabación en el estudio discográfico.
—¿Cómo?¿Un estudio de grabación dentro de una bodega?.
— Pues sí. El Neo Music Box.
En la entrada, y por si hubiera dudas, una frase de Frank Sinatra La Voz nos recuerda que ”Solo vives una vez, pero si juegas bien tus cartas, una vez es suficiente”.
Entonces entramos al universo de puertas cerradas y paredes acolchadas que dejan el ruido fuera y la música dentro. Ahí, músicos noveles y artistas conocidos cantan por igual estrofas de palabras, notas musicales y sentimientos. Porque esto son las Bodegas Neo y cualquier sueño o proyecto elige su propio recipiente y casi como el propio vino, su forma única de expresión.
Soy hija de agricultores que en mi Galicia natal creaban de la uva mencía, la de treixadura y godello, vinos humildes para el consumo de casa, con la bendición de una cosecha espectacular cada cierto tiempo, (porque la tierra y el clima a veces se dan un capricho). Aquellos recuerdos de niña pisando uvas al estilo artesanal van asociados al olor del vino en las bodegas. El mismo que me llevo de estas bodegas cuando terminamos la visita.
Pilar nos despide en la entrada alzando la mano. Le agradecemos su amabilidad por sacarla de su casa en una tarde lluviosa de domingo y aguantar la batería de preguntas con las que la acribillamos.
EL Mazinger nos despide imperturbable bajo la lluvia. Con mi agradecimiento dejo el deseo sincero de que, cuando llegue la próxima vendimia y los grandes portalones de las naves de atrás se abran al atrio, encuentren una cosecha espléndida repartida como siempre en cajas de quince kilos. Porque el vino es más que una bebida, y se une con nosotros y los nuestros cada vez que hemos de celebrar la vida.
Con mi agradecimiento
Bilbao, mayo de 2024.
——————————— ———— —————————————–
El año pasado tuve la suerte de ganar el II concurso de Relatos Musicados de esta plataforma Fuentetaja. Uno de los premios era una visita guiada a las conocidas Bodegas Neo, ubicadas en Aranda del Duero, en la provincia de Burgos (España).
Resultado de la experiencia es este modesto escrito, que comparto con todos aquellos que aman los viajes y en definitiva el placer de vivir cada momento de la vida, saboreándolo como quién saborea una copa de buen vino.
OPINIONES Y COMENTARIOS