Unas velas que encender.
Una nota y su silencio.
Lo que nunca pudo ser
de la cita que tenemos.
Y las flores que agonizan
en la noche apasionada.
Y la mesa que está lista
esperando tu llegada.
Las fragancias impacientes
van flotando por la estancia.
Mientras un poema duerme
entre nervios y palabras.
Y de pronto tan hermosa
has llegado a nuestro encuentro.
Imagino tantas cosas
y a ninguna yo le acierto.
Mientras ríes y platicas
yo me arrullo en tu mirada.
Ya no importa la comida.
Y ni escucho tus palabras.
Sólo pienso cómo logro
darle besos invisibles.
¡Qué no piense que estoy loco
por querer algo imposible!
Pero la amo en mi silencio
y mis versos no le llegan.
Mientras tanto vivo un sueño
cobijado en un poema.
(15-julio-22)
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