entre los pedruzcos duros que afilados rebanan mis pies, me acerco hasta el borde,
un viento salobre me despeina y me hiela hasta el tuétano, provocando escalosfrios,
nunca he temido al mar, nunca tuve miedo a nada en verdad, por eso me asomo,
me asomo, hasta sentir mis piernas flotar, hasta que la caída ahora inminente
me obliga aletear buscando sosten , uno que ya no esta, se me aleja el cielo y
se acerca el mar, el golpe frio y doloroso, los ojos ahumados, las olas bailando ,
en mis oídos la musica final .
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