EXPORTACION
La prosperidad de un país no solo radica en sus recursos naturales, sino en su capacidad de exportar productos, destacando la calidad de sus talentos y la destreza en los negocios. A través de la exportación, se establece una reputación que impacta directamente en la economía y en la percepción global del país. Así como las naciones desarrollan planes económicos basados en la exportación, nosotros, en el ámbito espiritual, tenemos la oportunidad de ser exportadores de la gracia divina.
Cuando nos acercamos al tiempo de cosecha, la anticipación crece, al igual que cuando nos damos cuenta de que nuestras acciones y palabras son una exportación constante de nuestra identidad. Dios nos ha dotado de dones y talentos no solo para nuestro beneficio, sino para compartirlos con el mundo. No necesitamos cruzar fronteras físicas, ya que, con un simple clic en internet, nuestras exportaciones espirituales pueden llegar a cualquier rincón del planeta.
La propuesta es clara: aprovechar el tiempo de siembra espiritual. Plantar semillas de aliento, esperanza y fe. Mantenernos conectados con la fuente eterna, Dios, para que cuando llegue el tiempo de cosecha, nuestras vidas sean una exportación directa del amor divino. Seremos portadores de un trigo invaluable: el pan de vida y el agua que sacia toda sed espiritual.
Imaginemos nuestras vidas como exportaciones tangibles del cielo, donde nuestras acciones y palabras sean un reflejo de la luz de Dios. De la misma manera en que José, durante la hambruna, fue un proveedor de vida, podemos impactar a aquellos que nos rodean con nuestro trigo inmortal, llamado Jesús.
La conclusión nos desafía a ser conscientes de nuestra exportación espiritual constante. ¿Qué estamos sembrando hoy? ¿Estamos exportando amor, esperanza y fe? El desafío es claro: ser personas cuya vida sea una exportación impactante del cielo, provocando un cambio positivo dondequiera que vayamos. Nuestra exportación puede ser el catalizador que el mundo anhela, demostrando que la gracia de Dios es el recurso más valioso que podemos compartir.
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