En un momento donde el termino «polarización» parece ser el que auténticamente puede describir un proceso social intervenido por la política actual en el país, es clave comprender en qué lugar queda el lenguaje para las personas. El lenguaje, que no son solo palabras, que esta comprendido por un entramado histórico, donde el cerebro manifiesta sus propias relaciones y las relaciones sociales del nivel simbólico/físico/sonoro, en medio de un contexto donde las viejas estructuras piramidales se derrumban sobre las arenas movedizas de su propia existencia, el lenguaje (entendido en este texto como la sociabilización de las ideas) a su vez, parece fragmentarse, repartiéndose entre los distintos trozos de esas estructuras derrumbadas. Cada «bloque» por llamarlo de alguna forma, sostiene lo suyo, sin soltar aún del todo la modalidad de la vieja estructura, sostiene también el momento/circunstancia o convocatoria donde cada sector se reúne y allí se comparte un mismo lenguaje en si, pero automáticamente, sin saber como adecuarse a una nueva era, cada bloque parte para «su lugar» (lugar regido por el molde de la vieja estructura) y vuelve a la tarea cotidiana de sostener «su lenguaje propio». Aquí la paradójica y hambrienta palabra «polarización» empieza a empaparnos con su boca toda salivada.
¿Qué es la polarización? o mejor dicho ¿Qué es esta polarización que estamos viviendo?
Donde se derrumba una vieja estructura, busca avanzar una nueva modalidad. (Digo modalidad dado que la palabra estructura como tal, entiendo que con el tiempo quedara obtusa). Ningún proceso a nivel social se da de manera aislada claro, venimos de un período de años muy tétricos donde la cima de esta cúpula de estructura piramidal desarrolló e insertó todos los caminos para intervenir, maniobrar e impulsar los procesos sociales según las necesidades del capitalismo como tal. Esto no se puede ignorar. Pero no se puede ignorar en la medida que se comprende que esta estructura en si esta en proceso de derrumbe ¿Y qué ocurre cuando algo se derrumba y lo que estaba arriba llega a bajar? La cúpula cae al suelo, nos encontramos lado a lado, como iguales. Y en este punto, la «polarización» trabaja arduamente por tensar fuertemente los hilos sociales, en la búsqueda de hacernos creer que no estamos lado a lado como iguales, que por mas que estemos a nivel del mismo suelo, somos rivales.
Hay sectores que representan los intereses no solo de unos pocos, sino de políticas que están nacidas estrictamente, con la intención de sostener a lo largo de la existencia humana, una posición de privilegio de unos sobre otros, una pirámide en fin. Son estos sectores los que se sirven de la polarización, que hoy, en el acertado reconocimiento de la necesidad de tender nuevas instancias o nuevos puentes para abrirle paso a una nueva modalidad/era, pero solo en el afán de sostener sus políticas esclavistas, buscan hacerse un lugar a través de las nuevas circunstancias con la idea de una unidad total, una unión sin limite, unidos todos por igual. Aunque a la lupa de este mecanismo, se evidencia que, quien quiera remarcar que esa intencionalidad no da lugar al pensamiento divergente, es automáticamente polarizado.
«Al pedo pelear, el mundo esta difícil, no da buscar separaciones, hay que unirse.»
Una estrategia sin dudas muy bien pensada, ya que ante la incertidumbre, el miedo, la crisis, fomentar el pensamiento -no critico- facilita la entrada de este tipo de líneas entre las personas que con el deseo de pertenecer con urgencia, se funden en esta «unidad» buscando no estar solos, huirle al miedo y a la crisis individual. Propiciando un reclutamiento ciego.
Pero yo creo que algo muy importante es en esencia la critica, es en esencia la discusión, la polemización. El pensamiento divergente, al ser puesto en palabras, tanto como las dudas, en un espacio en común, abre discusiones sobre las bases de un dialogo.
Este ámbito del lenguaje facilita no solo una nueva comprensión, sino el asimilamiento de esta modalidad donde las cupulas están paradas a la par nuestra.
Es entonces que, sostener el propio lenguaje (hacer el rancho aparte), luego de haber transitado una instancia formal de discusión, es redirigir una energía naturalmente creadora, potenciadora, polemizadora, constructora y luchadora, a la interna de un espacio que por más que se quede fuerte, se mantiene entre sus cuatro paredes.
El lenguaje hoy, es el método transparentador por excelencia, de qué estamos dispuestos a hacer por esta nueva era. ¿Estamos dispuestos a mirar a ambos lados, comprendiendo que debemos despedirnos de un arriba y un abajo? ¿Estamos dispuestos a abrir la ronda? ¿Estamos dispuestos a alzar la mirada mas allá de los nuestros? ¿A abrirnos a una mirada periférica? ¿A prestar atención con detenimiento? ¿A querer conocer a quien está al lado nuestro? ¿A ir mas allá de la corteza de las primeras palabras?
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