¿Cuándo se nos olvidó a llorar?
En nuestros primeros años de vida nos comunicamos con los otros por medio del llanto, lloramos porque tenemos hambre, lloramos por frio, por calor, por tener el pañal sucio, exactamente, lloramos por TODO. De allí nace mi pregunta ¿Cuándo se nos olvidó a llorar? En qué parte de la vida se ve al llanto como debilidad y solo es socialmente aceptado en ciertas ocasiones.
Creo, que esta pregunta se responde al momento de reflexionar en nuestra infancia, donde tristemente el llanto es permitido hasta el momento en el que empezamos a balbucear y de allí pasamos a hablar. A partir de aquí se inicia un camino en el que poco a poco se reprime el llanto, en frases como: -No, es para tanto. -Usted si que llora por todo. – Pero no llore, dígame en donde se pego y donde le duele y muchas más frases por el mismo estilo. Dando, así como resultado que el llanto poco a poco pase a ser sustituido por las palabras.
Ahora, surge lo siguiente, cuantas veces nos quedamos sin palabras para poder expresar eso que sentimos, entonces si no tenemos las palabras adecuadas o correctas para desahogarnos y el llanto al parecer no es una opción ¿QUE NOS QUEDA?
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