Esa de la que hablaba el enojo enrojecido.
Esa irrespetuosa acomodada en caras frivolamente buenas.
que no tienen quejas porque su rostro se la lleva una tal Magdalena.
La mierda se fue por una salida,
convertida antes en una entrada que no estaba bien registrada.
Como vampira chupa las bocas que no se forman,
intoxica las letras que no se amargan,
en los rincones de pisos que no se lavan.
Ahí va la maldita inventada por un troglodita.
Ahí va ella, la mierda desfilando con el cuerpo que no tiene.
la cara que no sonríe
y el amor que no sorprende.
Ahí llega la que se va y vuelve, porque todo ser humano frustrado regresa siempre de ella.
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