Es corta la distancia entre una sonrisa y una lágrima, solo basta con mirar la línea de tiempo, las dificultades son directamente proporcionales a los momentos de gozo, y es por eso que cada día después de bañarme me echo mi mejor perfume, «uno nunca sabe para quien se baña».

La perfección es sobrehumana, no puedes esperar que alguien termine siendo lo que esperas, porque entonces puedes tener otra decepción.

Te haz venido dando cuenta de todos mis defectos y no terminas de conocerme, estoy loca, loca de atar, de esas que tienen rayones profundos, de las que sanaron sus heridas a solas, de las que pueden ser ternura y calma o un huracán de pasiones.

Yo solo diré que doy cuanto tengo, no me reservo nada y eso, eso viene siendo otro defecto.

Ahora que ya tienes la lista de ellos te será más fácil olvidar, aunque creo que ya lo tienes resuelto.

A mí me costará un poco más, así como no sé soñar, tampoco sé soltar, me gana la emoción y todas esas cursilerías que atán y encoñan.

Dirás acaso que no tienes responsabilidad en ello, pero esta vez si la tienes, querías que hiciera lo correcto y eso estoy haciendo, no tendrás que cargar con la culpa e irás al cielo.

Pudiera escribir un libro ahora mismo, quizá ni quieras leerme, pero tengo en mi cabeza miles de emociones cruzando en varias direcciones, dejaré algunas plasmadas aquí, por algún tiempo.

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