Dueño del atardecer
A veces los sueños mueren y hay que sepultarlos sin ceremonia, pues nacieron en secreto. Hay sueños que agonizan retando la inmortalidad, aferrados a esta inmundicia de sociedad que vive su carrera mortal hacia un destino desconocido. Por momentos sucumben y se rinden pero luego toman fuerzas y defienden tenazmente la existencia. Yo los he visto morir cantándoles una canción en los confines de mi tarde y forjando una espada de olvido he vencido la eternidad en un suspiro.
He tratado de ser valiente y olas de nostalgia me arrastran a mi atardecer donde he peleado mis mejores batallas ,pero al parir el cielo sus estrellas he llegado a dudar de mi existencia. Pesa tanto la amargura que trato de huir pero es imposible. Aquí nadie permanece, todos volamos al horizonte huyendo o arrastrados ya no importa pues esta tarde mi eternidad volvió en silencio gritando de emoción.
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