Hice de la vida un contraste, aprendí a bailar bajo la lluvia y caminar bajo la tormenta, aprendí del silencio y el ruido de las olas, conté tantas estrellas como luces en la urbe, a caminar en bosques solitarios y entre multitud de las calles, hice de la vida una amalgama de colores, sabores y experiencias, reí hasta que dolió, llore hasta sanar, y así, dopado por la música, embriagado por la luna, loco, soñador y melancólico dance con mis demonios hasta desaparecer.

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