Bajo un cielo carmesí
expresión serena del día que acaba
con su manto bañado de rubí
con extraños recuerdos y ensueños
a mi mente tristeza marcaba
como siglos los años.
Cuando el cielo escondía su tesoro
en el claro de tus ojos hermosos
para con su relucir de oro
tornarse luz y estrella del norte
corazón marino que presuroso
se lanzó a la mar de amarte
tabla de esperanza y salvación
de este náufrago perdido
que pide por tí en su oración
aunque fugaz un sólo instante
ver tu rostro henchido
de felicidad que te sea constante.
A tí que con nombre de emperatriz y reina
de mi alma tu trono hiciste
de las estrellas te creí vecina
por tu brillo tan lejano y frío
que un día tan cercana fuiste
tus alas en vuelo han cortado el mío.
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