Decidí dejar de correr.
Dejar de correr tras un corazón que está en otras manos.
Dejé de mirar estrellas en donde realmente solo había un vacío.
Dejé de pensar en el futuro que en mi mente ya estaba grabado.
Dejé de enviar cartas para alguien que tan siquiera abría su buzón.
Dejé fotografiar una sonrisa que no era mía.
Dejé saltar por palabras que no tenían significado.
Dejé de resaltar esos hermosos ojos ipnotizantes.
Dejé de creer que éramos una posibilidad.
Dejé de hacerme ideas.
Pero, por un largo tiempo, no dejaré de quererte. No dejaré de apoyarte, aún cuando tu corazón salta por alguien más.
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