Hace muchos años, en un pequeño pueblo poco conocido de Madrid, había un chico llamado leo, era una persona muy reservada, se pasaba los días ensimismado pensando en sus cosas. Era un amante de la lectura y de la buena música, sobretodo de rock, todo tipo de rock: queen, metálica, nirvana y muchísimo más. El nunca había tenido muchos amigos, de hecho no tenía casi ninguno, toda la gente le trataba de friki, de pirado, nadie quería saber nada de él, siempre pasaba desapercibido, era un simple rarito. Su lugar favorito era la biblioteca, allí simplemente podía sumirse en sus pensamientos sin que nadie le molestará, se pasaba allí los días enteros sin salir. Un día normal como cualquier otro Leo se dirigía a la biblioteca, pero hubo una cosa extraño, no era nada físico, era algo raro, como una sensación de miedo que le corrompía, al principio solo fue eso, pero luego empezó a empeorar todo, la sensación de inquietud se hacía más fuerte y después de un rato hasta empezó a escuchar voces. Leo pensaba que se estaba volviendo loco o algo así, como era posible que estuviera escuchando voces, era imposible y en caso de que fuera verdad alguien más las tendría que estar escuchando. El chico se giró hacia todos los lados en su asiento, pero no vio nada extraño, todo el mundo parecía estar completamente normal. Pasado un rato ya no podía aguantar más ¿Que estaba pasando?  Los murmullos que escuchaba empezaban a tomar forma y le decían «ve hacia la puerta negra, ve hacia la puerta negra»   todo con una voz muy espeluznante, Leo ya no aguantaba más entra las voces y la curiosidad le estaban matando, la verdad es que no sabía muy bien a qué puerta se referían las voces, pero tenía que ir a investigar. Después se un largo tiempo la encontró, una puerta negra, cada vez las voces sonaban con más fuerza, como si esperasen ansiosas a que alguien abriese la puerta, el lo hizo, abrió la puerta, todo parecía normal hasta que algo le empujó hacia dentro. No se veía nada, todo estaba oscuro, solo veía dos ojos rojos muy lejos de él, las voces volvieron a hablar «no le importas a nadie, nadie te quiere, nadie se dará cuenta si desapareces, ahora eres uno de nosotros, una sombra, una voz en la consciencia de los humanos, si quieres salir de aquí tendrás que encontrar a alguien como tú, alguien como todos nosotros, entonces serás libre, aunque para ese entonces ya todo el mundo te habrá olvidado» Leo intentó protestar pero sintió como si no pudiera hablar, no tuvo opciones, simplemente se quedó ahí, esperando. Todas las personas solas escuchan voces y estás se van haciendo más fuertes y más fuertes hasta que al final desapareces y todos te olvidan y te conviertes en una sombra, en un olvidado, como todos ellos

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