Se acerca un cumpleaños…

Se acerca un cumpleaños, el mio y aunque hasta hace unos años me emocionaba celebrarlo… Ya no.

Entiendo que cada año que pasa, es uno menos de vida y por ende, uno más cerca del envejecimiento y de la muerte. 

Cuando era niña pensaba que ser adulta sería lo mas genial del mundo. Me veia a mi misma como a una Lara Croft y sentía que mi destino era la aventura y el peligro. Nada comparado con la deprimente oficina que tengo. Lo más peligroso allí es el estrés y la infeliz impresora que huele la urgencia del momento para averiarse ¡Si que es malvada la condenada!

Sin embargo, aún tengo mucho por lo que vivir y mi miedo radica en que siga perdiendo el preciado tiempo que me queda haciendo cosas que no me gustan y que no me hacen feliz solo para poder sobrevivir. 

Porque vivir y sobrevivir no son lo mismo.

Por lo general no tengo tiempo para divertirme con las personas que aprecio y me reprocho a mí misma por ello, ya que descuido mis buenas amistades y cuando tengo algo de tiempo libre como hoy domigo, por ejemplo, paso gran parte procrastinando en el celular o durmiendo en la cama tratando de compensar el cansancio que grita mi cuerpo.

Pero hoy recibí un mensaje de una vieja y querida amiga. De alguna forma se acordó que mi cumpleaños será en unos dias y prometió visitarme después del trabajo. Ella traerá a otra vieja amiga con la que compartimos divertidos momentos de cuando éramos más jóvenes y podíamos divertirnos cada fin de semana.

Yo no esperaba celebrar nada mas allá de la típica torta y vela de cumpleaños que mi madre siempre se encarga de darme para cantarme y celebrar mi año de vida, pero la visita de estas dos viejas amigas mías me emociona un poco. Debo preparar algo para ese día, algo sencillo y práctico. Eso gustará mucho y me hará bien socializar genuinamente.

Pero no habrá fiesta, será solo una pequeña reunión.

Tristemente este mes también cumple mi abuelo paterno, pero un año de haber fallecido. Respeto y honro su memoria, porque lo quise mucho y en verdad deseo que su alma esté en paz. 

Admito que él sí que supo vivir su vida al máximo, no de la manera más inteligente posible, pero no cabe duda que la disfrutó. Con al menos 24 hijos reconocidos, más de cincuenta nietos y varios bisnietos, construyó un legado extenso. Tal vez adivinó que una parte de sus nietos se rehusaría a tener hijos o a tener solo uno y por eso trató de cubrir la cuota de procreasión de todos. No sé, es que me parece exagerado tener tantos hijos. Yo ni siquiera puedo pensar en tener uno. Me abruma la idea.

Como sea, mi abuela también cumplirá años, pero de vida, 83 años de pura sabiduría. Para ese dia espero poder comprarle una torta de zanahoria con glaseado de queso. Es la más deliciosa que haya probado y todos en la familia parecen compartir mi opinión, y digo «espero» porque esas tortas son algo costosas y para final de mes, es un poco dificil rendir el sueldo. Sin embargo, lo voy a hacer; porque quiero sacarle muchas sonrisas y hacer de su cumpleaños algo divertido. No sabemos cuanto tiempo nos queda con ella, pero sabemos que es poco asi que debemos disfrutarla al máximo.

Yo también quiero disfrutarme a mi misma al máximo, mi juventud, mi vida. Quiero envejecer y contarle a quien sea que permanezca a mi lado, que tuve varias crisis económicas y emocionales a lo largo de mi vida, pero que eso no impidió que fuera feliz… A mi manera. Creo que eso sería la parte mas satisfactoria del final de mi historia. Terminar sin remordimientos, sin arrepentimientos y sin deberle a la vida ninguna sonrisa. 

En algunas semanas debería poder salir de este bucle depresivo en el que me encuentro por culpa de mi empleo y una vez logre hacerlo, procuraré pagar las deudas que tengo conmigo misma. 

Supongo que es un buen momento para empezar a reconstruirme. 

Hoy leí una cita «Dios dijo: serás feliz, pero primero te haré fuerte», y pensé que quizá él quería a una terminator, una gladiadora o algo así y luego me enojé conmigo misma, porque cargo una cruz muy liviana a diferencia de otras personas, personas que lo han perdido todo, que no tienen nada y que tal vez lo unico que las motiva sea la fe o la esperanza. Como las que estan en medio-oriente sufriendo un terrible y absurdo genocidio. Entonces me siento afortunada y culpable al mismo tiempo. Porque no tengo ningun motivo para quejarme, todo lo contrario. Tengo el poder de cambiar lo que no me gusta, solamente que no sé como hacerlo. 

Un paso a la vez… 

Creo que hoy domingo puedo empezar haciendo algo que me hace muy feliz: comprarme una hamburgesa y comerla sentada en la banca de algún parque.

Luego me arrepentiré por hacerlo. Ya me conozco. La comida chatarra suele caerme mal y mañana es dia de trabajo. No obstante, esos veinte minutos de felicidad valen la pena. 

¡Será una hamburguesa entonces! 

05/11/2023