En el rincón de mi alma, te extraño, aunque el tiempo implacable me lleva, entre el vaivén del olvido me empeño, en el mar de recuerdos que se aleja.
Es un baile sin fin, este olvidarte, entre sueños que borran tu figura, aun así, en la bruma, intento encontrarte, en la melodía vaga de la ternura.
Son susurros de ayer que se desvanecen, en el eco de un amor que se diluye, en el lienzo de la mente, desaparecen, los colores de un tiempo que huye.
Mas en la quietud de la noche, me abrazo, a los fragmentos de ti que aún perduran, en el suspiro callado, te reemplazo, con la esperanza de un mañana que perdura.
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