El dia de hoy en realidad fue algo crítico.
Ayer apenas estaba contenta por haber conseguido un aumento y hoy vuelvo al mismo estado en el que he me encontrado desde hace 39 días. Si, estoy sufriendo y si lo pienso bien, ni siquiera disfruté la noticia que ganaré 200 dolares más de lo que actualmente gano.
Puede ser una miserableza para algunos, pero lo cierto es que en el mundo en el que yo vivo, es una riqueza y fue precisamente esa sensación de solvencia y poder (porque el dinero te hace sentir poderoso), la culpable de mi despertar ambicioso. La ambición de querer ganar más de lo que ya ganaba.
Y a qué precio…
Vendí mi estabilidad y salud mental. Vendí mi tranquilidad y mi alegría. Vendí mi alma y ahora mi espíritu se desgana cada vez más. Me marchito, me quiebro. Me acabo.
No sé que hacer, no quiero defraudar a otros, a aquellos que han puesto su fe en mi y me han asignado esta ardua e importante tarea y lo más improtante, no quiero ser una cobarde y salir huyendo de esta adversidad.
Pero tampoco puedo quedarme. He resistido, he intentado, he luchado… Dios sabe que he dado todo de mi en cada batalla. LLevo 39 dias batallando, una crisis tras otra, un problema tras otro. No paro, no me detengo y es que no tengo tiempo, ya ni quejarme puedo por falta de tiempo ¡Es increíble!
Quiero llorar, pero mis ojos están tan cansados que no me salen las lágrimas. El deseo de terminar y encontrar algo que me alivie, que me haga sentir paz, me motiva y me anima a seguir enviando mas y más curriculum online de forma diaria y constante para poder encontrar lo que sea que me salve de esto.
Voy camino a la autodestrucción. Y es mi culpa.
Hoy entiendo que no todo puede ser dinero en la vida, que algunas cosas es mejor no tocarlas, mejor dejarlas quietas. Dejar que alguien más se arriesgue y se estrelle así mismo.
Y es mi culpa, no dejo de repetirmelo. Debi escuchar a mi predecesora antes de tomar este puesto, debí saberlo en cuanto ella renunció por crisis de estrés. Yo debí imaginármelo. Debí ser más inteligente y menos soberbia, menos ambiciosa. Debí ser paciente y esperar aquella oportunidad que llegó una semana después de haber firmado. Algo tarde, pero aun así… Debí tomarla.
Ahora es demasiado tarde. Demasiado tarde para todo. No puedo renunciar, no tengo dinero, no tengo más empleos, no tengo más entradas económicas. Tampoco ahorros, ni una carrera apetecida que me abra las difíciles puertas en el mercado laboral.
Todo es tan dificil, en este país todo es tan difícil. Conseguir empleo, mantenerlo, mantenerte viva, mantener a tu familia… Proveerlos, proveerte.
Ser felíz.
La mentalidad es un estado emocional donde se refleja tu fortaleza. Tu actitud depende de tu mentalidad y la mia no podria estar peor. No me he acostado a dormir cuando ya estoy negativamente pensando en que mañana será otro dia más de trabajo. Otra guerra que tendré que ganar, porque las batallas son las horas que paso luchando para salir adelante.
Desde que tomé el cargo, todos los dias son horribles y no encuetro la forma de cambiar eso. Al contrario, cada vez se vuelve peor.
Sentada aqui tratando de desahogarme y encontrar trabajo al mismo tiempo en mi laptop. Es tan triste, tan deprimente, pero ya no me importa si gano menos o más. Yo solo quiero recuperar mi paz mental.
Por supuesto que quiero salir de la pobreza, por supuesto que quiero mejorar las condiciones de vida de mi familia y la mia propia. Por supuesto que quiero vivir sin tener que contar centavos, descartando aquellas cosas menos urgentes para que el sueldo pueda rendir hasta el próximo pago.
Por supuesto que quiero más. Pero ahora, sé lo importante que es tener salud mental y quiero recuperar eso. Recuperar aquello que dejé ir por ambición.
Seguiré intentando. Trabajando hasta que me sangre la vida, pero no me rendiré en mi lucha por encontrar nuevas oportunidades ni en el afán de hacer la cosas bien a partir de ahora, o más bien, como siempre lo he hecho, en cada trabajo, en cada labor, dar más del 120%. Doy todo y más, pero sigue sin ser suficiente.
La promesa del aumento sigue, y me da el valor para enfrentar las adversidades, pero la incertidumbre de cuando me lo pagaran, me desmotiva y es que esta empresa no siempre cumple lo que promete. Aun así yo decidí creer y arriesgarme, ahora debo afrontar las consecuencias de mis decisiones y encontrar una solución a esto.
Bueno, por ahora solo queda luchar un poco más…
26/10/2023
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