Las puertas cerradas parecen impenetrables,
si no tienes la llave jamás podrás entrar,
un día deje caer la mía,
fui tan torpe la perdí y se coló un bandido…
Luego lo mate y lo enterré lejos allá donde el sol cae color otoño,
ese color amarillo y rojiso,
desde ese día cerré la puerta y me guarde la llave en el bolsillo secreto de mi pantalón,
desde ese día le escribo al bandido ese,
aunque estoy loca por él no lo diré,
lo guardaré en secreto entre mis libros,
aunque estoy loca por el no lo diré porque ya esta muerto…
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