Una vez más, ¡ella!

Creí que la habia olvidado.

Curiosamente me mostrarón una fotografía nueva, que su amiga habia colgado en la red y, ¡ Joder! No me preguntes ¿Cómo, ni porqué? Literalmente fué como tropezar en las gradas de un tercer piso, para caer lenta y dolorosamente una vez más en su recuerdo. Y degustar, el amargo sabor de boca y el nudo en la garganta por su adiós.

Debilmente sonreí a mi amiga ; quién pantalla en mano me mostraba la fotografía. No quizé que se percatara que por dentro en mí todo volvía a destruirse ¡De nuevo! ¡Sí!

¡Una vez más ella me hacia daño!

Cuando creí que la olvidaba,

todo regresó, y con una cuarta de más.

¿Qué pensaría mi amiga, al verme tan vulnerable al fantasma de ese maldito amor?

Quizá podría sentirse culpable o diría ¡ «Rayos, ya olvidala»!

¡Como si fuese tan fácil!

¡Tanto como suena!

Créanme lo estaba intentando, y cuando al fín pude sonreír , esto borro mi sonrísa.

Siendo honesta, habría preferido no estar al tanto de sus fotografías , o públicaciones; de hecho por tal razón aisle sus estados. Me había propuesto no abrir más nuestra última conversación.

Pero bien , ¡Para algo estan los amigos! La de ella , que amablemente coloco aquella fotografía en estado y la mía, quién me dió el último empujón desde ese tercer piso.

Tras cuatros paredes puedo sentir como me asfixio;

me falta el sucio oxígeno de su ser, ese que es letal, pero me hace subsistir.

Quizá deba salir a caminar , millas y millas ; no para dejarla de pensar como la pienso ahora, ¡Tan agónicamente!

Si no, para nunca regresar.

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