Declaración metodológica de mi muerte.

Declaración metodológica de mi muerte.

Autor: Fredys Bravo Ortiz.

Cuando yo muera le pido a mi familia no dejarse llevar por un entorno de tristeza, de llanto y mucho menos de soledad. Ya el sufrimiento lo he vivido aquí demasiado tiempo, por eso en ese estado de fallecimiento iré a reposar de todo lo que viví y sufrí aquí, entonces, cuando mi día de partida llegue, sea de la forma que sea, cuando mi vida se aleje de mi cuerpo, pido que no haya ningún acto de preparación de funeral o de velorio y esas cosas que algún día aculturaron aquí durante los periodos de conquista y colonia.

De la misma forma le pido a mis compañeros o amistades que no hagan viajes repentinos e innecesario a mi casa, que no dejen sus labores por algo que ya no tiene lógica, ni mucho menos que recojan limosnas o cualquier tipo de donación que vaya dirigida a mi familia para la mortuoria y esas cosas. No manden coronas decoradas con flores que ya no necesitaré, no es necesario, no manden tampoco notas o tarjetas de condolencia para cumplir un protocolo, puesto aquí necesité mucho y no hubo ayuda nunca de ninguna índole cuando estuve en muchos apuros, exceptuando a algunos pocos que nunca me dieron la espalda, por eso no traer ni mandar nada, eso ya en mi viaje no lo necesitaré.

Le pido a mi padre, a mi madre y a mi esposa que no hagan gastos en mi despojo humano, pues ya no necesitaré de eso, les pido que no compren una caja para meter mi cuerpo sin vida, que no permitan que ese horrible objeto de madera negro o de cualquier otro color genere miedo en la mente de mis hijos, que eso no llegue a la que un día en vida fue mi casa, puesto estoy seguro que marcará para siempre sus pensamientos. Es mejor que mi cuerpo sea cremado y si alguno de mis órganos sirve para algo, puede ser donado.

Pido también que no se haga ningún tipo de ritual en mi nombre, pues no es necesario, ya no servirá de nada que alguien quiera brindarle compañía a mi cadáver y a mi familia, porque mientras estuve vivo no hubo gestos de acercamiento para compartir experiencias y esas cosas. Mi muerte es el fin de lo que fui, es el final de mi existencia, es el desaparecer de esta tierra, significa que, quien nunca estuvo en los momentos de mi vida o aquel que estuvo y no valoró mi personalidad, es mejor que en esos momentos de partida no venga a hacer actos ceremoniales o formales, pues ya no servirá de nada, y tratar de demostrar eso que nunca pasó o fue, es algo que ya no tiene fundamento alguno.

Lo único que pido para estos momentos de finalización de una vida, es decir, de mi vida, es que estas letras y todas las que he escrito puedan ser compartidas en los perfiles del que quiera, no importa si fuimos conocidos, amigos o compañeros. Las pueden compartir como un gesto de despedida honesto y ético para una persona que siempre se preocupó por avanzar, por querer derrotar a la pobreza, por querer hacer algo diferente, por querer lograr dejar huellas y por amar lo que le rodeaba. No quiero que mi muerte sea un evento triste, no quiero que ese instante sea una justificación aprovechada como alimento de la hipocresía de muchos, más bien quiero que mis familiares más cercanos se alegren por mi descanso, que muy bien merecido que lo tengo por tanta lucha. No es justo que ellos se sumerjan en el dolor y en el luto, esto último, cosa que fue sembrada por la aculturación europea como actos o protocolos sociales hipócritas para despedir a un ser humano en su partida definitiva.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS