EL DEDO QUE DISPARÓ BALAS.
Solo voy a empezar diciendo lo siento. Lo siento porque me declaro culpable de mi crimen, me declaro culpable del daño causado y el dolor que hice sentir. Mis actos, mis impulsos sin importar que fueron guiados por el más puro amor, derramaron lágrimas y rompieron sueños y de eso no me siento orgulloso.
En ese mal sueño lleno de culpas y reproches hubo un momento que me marcó, fue el momento que con el mayor odio jamás visto en tus ojos, me señalaste con tu dedo y tocaste mi pecho de manera cruel, de una manera en la cual sentí que querías entrar en él y hacer daño, entrar y romper de la misma forma que yo hice contigo en tu corazón. Ese dedo, ese día disparó balas, lo sentí así, las sentí arder, las sentí también romper algo dentro de mí que no tiene remedio.
Esas balas aunque dolieron de alguna forma rebotaron y causaron más dolor, no solo en mi ni en ti, sino en todos los presentes en ese cuarto y eso enlodo más el triste momento.
Ese día disparaste balas que hicieron aterrizar mi mente de emergencia y entendí que me había convertido de forma merecida en el villano de la historia, no quise nunca serlo, y no me enorgullece serlo, no te lo merecías; pero tampoco me arrepiento de lo dicho, era un mal necesario.
Te confieso que desde ese día intento esperar con valentía mi karma, te confieso también que cuando puedo cierro mis ojos y enciendo el acelerador a fondo esperando lo peor, lo que me merezco y terminar de una vez con la espera y que la vida venga y me cobre el daño que cause de alguna manera. Sé que pasará, espero poder levantarme.
Camino los días intentando remediar de alguna forma el dolor que cause, lo repito no me arrepiento, pero que duro es ver sufrir a quien no querías causarle sufrimiento, a quien no lo merecía. Por más que intento mis actos no logran devolverme la paz y no sé si llegue ese momento. Lo espero también.
Cada bala disparada fue merecida, no morí, vivo para llevar el peso de ese momento, y espero que el tiempo mi peor enemigo, que ironía, borre de alguna manera esa triste escena del crimen de todos los presentes.
No puedo terminar sino de la misma forma. Lo siento, lo siento nuevamente , lo siento por ser yo como soy, por sentir, por amar, por ver de una forma distinta la vida la cual me llevó a cometer mi crimen, preferí fallarle a todos que fallarme a mí mismo.
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