El concepto de educar

El concepto de educar

Germayed

06/09/2023

    La etimología de la palabra educar viene del latín educere, lo cual quiere decir, guiar, orientar. Bajo este aspecto es necesario abordar el termino educación desde su matriz lingüística para acercarnos al significado práctico del término. Empezamos por diferenciar la educación del concepto de formación e instrucción. Educar no es lo mismo que formar; el que educa tiene por objetivo unos fines específicos circunscritos a sacar o extraer del educando, las virtudes suficientes que garanticen la construcción de una moral autónoma edificada sobre los pilares del pensamiento crítico. La educación no es posible si decae su práctica a mera instrucción, pues lo que instruye cumple con normativas sociales cuya intención está en seguir patrones de creencias y conductas acaecidos desde las instituciones culturales y políticas de la sociedad; no obstante, la orientación está vinculada hacia adentro, es decir, al conocimiento interno que como finalidad tiene anteponer al sujeto frente al otro, frente a lo socialmente normal, aceptado; por tanto, educar va en contravía de los valores transmitidos por la familia, pues la familia acentúa las éticas sociales que solapan al individuo para sobreponer a las creencias de las masas frente al sujeto

    Educar tiene como propósito crear pensamientos autónomos, alejados de los dogmas culturales de la sociedad. La sociedad tiene como finalidad amalgamar al sujeto en torno a creencias establecidas para garantizar su supervivencia a través del individuo. El sujeto aculturado piensa en relación a la sociedad de la cual surge como producto final, como transmisor de pautas de comportamiento social. El individuo educado quiebra su relación con su cultura vernácula, sustrayéndose de la sociedad para deconstruir los elementos culturales e ideológicos que hilvanan su mismidad a través su ética materna. La finalidad de construir una mismidad autónoma yace en la posibilidad de desmitificar al Yo para construir pautas morales ajenas a toda creencia social. La persona educada, a través del lenguaje, argumenta las falencias de su cultura matriz por considerar que censura al Yo autónomo, en cambio mediante sus acciones establece esquemas de conducta contraculturales que le llevan a establecer fronteras con su sociedad de origen, convirtiéndose en un disidente, en una suerte de forajido a vista de las masas. Por tanto, las personas educadas no son las que están formadas en las universidades ni aquellos que poseen títulos académicos ni diplomados, pues las universidades, las escuelas primarias y secundarias, son instituciones sociales perpetuadoras del status quo, de los sistemas de creencias sociales garantes de la censura del individuo, del desprecio a la moral autónoma. Un hombre o mujer educados, están en franca oposición en relación a las instituciones sociales, en pugna constante con el poder. 

    El poder no solo se ejerce desde el ejecutivo gubernamental, sino está instaurado como normal social a través de la cultura. La cultura es la ética del vencedor, se impone como órgano activo de lo que necesita la sociedad para funcionar a través de las creencias e ideologías que se amalgaman para otorgar estabilidad al tejido social. Las creencias son el factor cohesor más relevante en la cultura, las ideologías, en cambio, mantienen la dinámica de las creencias en constante operatividad mediante la acción mancomunada de los miembros de la sociedad. Las ideologías crean patrones de comportamiento capaces de crear y sostener estructuras sociales mediante pautas culturales de pensamiento. Por tanto, la cultura es la base de la sociedad, siendo las creencias y las ideologías la infraestructura abstracta con que se mantienen operantes las normas, reglas y prejuicios sociales, pues a través de las creencias y las ideologías, la sociedad se reconoce a sí misma y da cabida a los elementos particulares que dan sostenibilidad a su estructura. Una persona educada de -construye la infraestructura de la sociedad y con ello, explica la función de las creencias e ideologías sociales con el propósito de desarticular el aparato homogeneizador de la cultura social. Una persona educada no es útil al poder, es un declarado enemigo de la sociedad y su correspondiente cultura totalizante, dogmática.

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