Mi barrera. Si tenía una contigo, me daba miedo darte todo de mi, así que solo me limitaba a decirte lo que sentía, hacer lo que sentía, porque sabía que te podría querer mucho, pero quería ir despacio porque primero tenía que ver que la arena movediza era segura. Llego el sábado, ese día que te adueñaste con el paso del tiempo, pero ya da igual por que en mi mente te arrebatas todos los otros días, pero el caso es que, me dijiste que no sentías interés de mi parte, que te sentías solo y me arriesgué, fui sacando ladrillo tras ladrillo para poder entregarte todo de mí. No me arrepiento, pero la arena movediza no estaba tan firme, me hundía y me hundía. Aprendí que debemos vivir un día a la vez, pero con paciencia, amor e inteligencia. Me dijeron que no debería dar más mi cien por ciento, pero me jode la idea ¿Por qué yo debería minimizarme para complacer a otros? No hare eso, porque merezco ser yo. Pero entendí que comenzare a dar poquito a poquito, ver que puedo confiar para poder dar y recibir, saber que es algo mutuo y seguro para caminar. Así que si, ganaste la pelea contra mi barrera, pero los ojos lloros son los míos.

OPINIONES Y COMENTARIOS