No logré contenerme, tenía tantas ganas de verte que salí como loco a buscarte. Te habías convertido en mi obsesión; ya no podía sacarte de mis pensamientos, a todo momento pensaba en ti, esperaba impaciente el momento de poder verte. Me desanimada tanto cuando no sabía nada de ti. Moría de celos al imaginarme que podrías estar con otro hombre.
Deseaba hacer tu cuerpo, y tu corazón míos; quería recorrer con mis manos tu piel suave y blanca. Morder y saborear todos los rincones de tu cuerpo. Tu mirada profunda y misteriosa me incitaba a pecar cada vez que se clavaba en la mía. No tenías ni idea de cómo me ponías al momento de tenerte frente a mí, mis piernas temblaban y mi corazón se aceleraba. Sentí que me habías hipnotizado con tu belleza. Sabía muy bien que sentías lo mismo por mí, porque tus ojos te delataban.
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