El programa nocturno

El programa nocturno

Margarita

21/07/2023

Yo escuchaba la radio a eso de las 9 a 11 P. M. Ya que los miércoles daban un programa de paranormales, ovnis, fantasmas, mitos, leyendas etc.


Lo que el oyente deseara contar, ya sea por llamadas telefónicas o mensajes de textos. Después de varios meses oyendo el programa de vivencias de gentes que eran o fueron vigilantes nocturnos en los hospitales, construcciones o edificios viejos todavía funcionales, habían tenido experiencias con fantasmas, presencias oscuras, puertas rosadas que aparecían en medio de la Av.


Para que aquella persona desesperada quisiera entrar y pactar con el diablo y cuentos de motorizados que oyen una moto veloz tras de ellos, al voltear y pararse en la orilla de la carretera para dejar pasar esa moto de alto rugido y veloz. No ven nada.


Guardias que custodian panteones dónde los próceres aún descansan y cuentan los sonidos de botas que caminan acercándose a ellos, caballos que corren desbocados y chocan contra las paredes cayendo como sin vida y levantándose para luego desaparecer.


El cuento del carretón llevando cadáveres de la primera pandemia mundial, no me desprendía de la radio hasta que alguien volviera a llamar al locutor y contará alguna aterradora vivencia. Con la radio encendida quería oír los cuentos, los relatos siempre y cuando él que lo contará fuera serio, sin risas, no se extendiera y contará con detalles lo vivido.


Estaba atenta y medio asustada.


Una noche de tantos miércoles esperando por el programa quería seguir oyendo, pero tenía un sueño de esos que te atrapan y con la radio encendida me medio dormía y empiezo a sentir una mano que me camina en el hombro izquierdo y me toca con los dedos para que me despierte y siga escuchando las historias narradas por las personas. Me vuelvo a dormir y vuelvo a sentir lo mismo, me despierto, veo y busco esa mano y estoy sola en el cuarto, ore a Dios y lo que allá ha sido se fue.


No es parálisis del sueño, estoy consiente que la cosa era rara y no era un sueño. Apague la radio.


La semana siguiente, ya con miedo real, me pongo a oírlo de nuevo y escuché que alguien le había escrito al locutor que había visto una mano, la semana anterior, caminando con sus dedos, cuando él estaba en su casa oyendo el programa. Ahí deje de oír la emisora, apague la radio y me prometí no volver a oír más ese programa que acapara mucha sintonía nocturna. 


Era entretenida, pero me di de cuenta que se abren portales dimensionales.

El narrador es primera persona, fue él que lo vivió, luego está conectado al teléfono, que está conectado al teléfono del locutor y los aparatos que transmiten al oyente.

Solamente hay dos tipos de personas, el que te creé y el que no, pero sin pruebas solamente se tiene la palabra de uno y lo vivido.

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