Profiere Wonthelimar: “ ¡Marielle reivindicó mis deprecaciones en ineludibles tramos de Avignon, en Pentecostés nos sentamos escribiendo cada uno en sus manos con su nombre y el mío, pensábamos desfigurados, pensábamos en la incorruptible doctrina del sentido amor devoto, aveniente que acalla de tremulosa faz en arias de un Trastevere que nos llevaba más lejos que un incauto abrojo encarcelado en mi recordación, desternillabas la mística que difunde su tiente ad mesura al tenerte inquisitiva, y François tu padre como si estuviera aquí en brazos de Príamo y de Paris, en un pluralismo del 1300! Con inquinas, deslustres y cienciología me he aterido en vuestra necrópolis donde sigo esperando para ver si reverdecen los astrágalos sobre sus veinte grafías, el calor de tus manos ha retrasado la reminiscencia de pasión que habla entérica, hormigueando con hormonal saciedad con céfiros que se desgracian del corruptible prisma con óculos que se archivan para ti con cada ración del fractal memorial!
Caletres minan y corroen ante vuestro detrimento tras juicios de otros al verte alada Melusina, en acudir y propinadles recortes de nuestros parciales líquenes divisando los mohos que resucitan! Los espesan y deslizan en pasiones más allá del platónico tercer prurito empuñando tres tercios que norman al sol, que enteran mi celda en Chauvet en los años que temen al futuro cuando el pasado transitivo le normaba solo al verte en la evasiva catedral de Avignon, en torno al requirente astro de un Capuletto o de un Quentinnais que sabe lo que es arder en cuadernas del Mausoleo si es que es un Edén o un craso neo-edén figurado sobre mi heliocéntrico amor¡
Trans-finitos Calíxtos que finitan pudores al hacerte mi Shemash, de bruta duda cristiana medieval de tronar de esmero y fervorosa santidad que en trasmano escurrirá con hostia gálica greca, sellando el fuego del boyarda que simplón se estremece móvil sobre los astros que abren vuestros ojos del dintel y su alborada, que afrenta la prosa decidora que no debe limitarse en trementina prosa que le enhebra con la zurcida lengua temida del Anthropokairós, que se atocina con palabras y resinas hacia sus deudos pistilos en infaustas cofradías levantándose en grácil ventisca que remece su velo de móvil tiento de gálica greca forjando revivirles con citas de Marielle de día cayendo en un día que se perdía!
Descentradas paseadas fases se desocupan en los astros que se adoctrinaban medievales, aquí se hielan despertando en vuestras manos sobre neveras brillando en fervores halos que profanan más que un peor arresto que solo desluce en terminología, no en devenires pensamientos que decantan más veces que una prosa corroída por miles de indivisibles que atoxicásteis en los apegos que modelan a Marielle, cuales riesgos que se multi expiran en el cual nunca partiré sin su riesgo entre sus brazos y ocultadas eras.
Largas vigilias reiteran lo que deshice del tiempo en Arlés en las manos de un desolado Ginés que nace de mi concibiendo vuestro bruñido acento greco hereditario, cual exvoto sumergido en paredes que se deslían en agua comprimida sobre si…en siselas que se ocultan en narradas y narrativas en juicios que harán verdor en el Ginés, en sésiles y trágicas angustias impregnando lo que infierno era y que ardía en vuestra altura sin más que subiera sin oír si se perlaba infructuosa cuando cesaba su pulsar fluyendo hacia vuestro ritmo que siempre latía en vuestra corazonada mansión, y sus trabares gafes.
Huí, pero nunca me distancié, sólo mis pies azarosos se curtieron en la cornisa del cielo siempre dramatizada en la imaginación que me consolaba de una augusta y probable tragedia, lejos de vasijas y copas que se llenaban en derruidas castas condensadas de humedad, y greco gálico rocío con endebles labios anodinos que se estrujaban, el gran Valdaine fue rociado de pétalos en que fruncían las Canephores falseadas en Persephone sobrestimando voraces paternalismos que fertilizan todos los campos del mundo, tras su inquisidora pretina soportando revividos corazones en Patmos.
¡Qué agónico placer registra de bruces en la infamia al fallecer de un desafecto, lega caídos apócopes con grandilocuentes pasiones de fe al sostenerse con su sacudida ciencia en mundos que solidifican su trimestral ortodoxia, con entrañables uniones en sus vientres con el entresijo de amarte como un Dominico…caen símbolos racionales e impertérritos laterales al verles lacerados disponiéndote de fémina en un heterogéneo siglo, siéndolo y no como navaja memoria!
Ni un ciempiés lo logra, ni trancos de una oruga con cien pies más uno se atisban con místicas posturas y pasantías que hacen ser un aspirante mas no confronto a nadie sin mi Xiphos, ni sin el aleatorio zafral de poseerte lo profetizo en Valdaine o en Helleniká remedado del visionario temple que te venera, que no es vencido por incontenidos ataderos o aleatorios y ágiles encierros para partir lejanamente de ti en mecánica del pro claustro donde ningún milenio se pertenece!
La premura del brete se fortalece en el testuz de mi díscolo Bayard, el declina e inclina, se evade del rapaz para alimentarse como yo sin perderte y volverte preferida hacia una ajena suerte, sabiendo de enfriadas madrugadas que nada hablan de las mañanas que ponen grilletes a la noche socorrida por tejados, y avíos campos para migrarles de sus cadenas, toscas y tuertas cuando se levantan desde sus astas cuando van soltando grilletes y carlancas dejando comparecer un segundo en su tilde y garba compañía, cargando el abrojo con gálica y greca sílfide sin mancilla; Oh venerable greca, gálica Marielle ven a mí! ”
Marielle al oír las palabras de Wonthelimar le contesta en la fascinación de una mujer que siempre esta revivida desde que un monje dominico que se extremó del infinito:
Indica Marielle: “ Vuestra luminosidad Copérnico vibrar es en Giordano Bruno, expresa mi hipótesis que revíve a un Quentinnais desde la hora tercia, desde aquí ahora estoy internada y sin luz que enfile al extremo donde pondré a mis pies en evasiva. Raymond Braggase es aquí donde le conocí, le vi con su santo rosario en su collar y en la zarpa de Andrés Panguiette que en rezongas excomulgaban mis sentencias que son del gallo que se hace gentil en un Corso, Sardo o Romano Pretoriano en bisiesto relego hacia San Gabriel con mágica arte que excita la retentiva de San Jorge, ¿Bajo qué ciencia me moderan al unirme a ti o qué siglo nos intuirá con su propio esplendor, cuyo oscurantismo bajo su revolución enmudece a cualquiera en la oscuridad de la gruta de Dyonisius? La divinidad se posterga así misma para dejar diarios quehaceres donde a diario vuelan las Almas, no cesan yéndose con sus encanilladas tras las hadas que vuelan al purgatorio. Pero han pasado muchas sobre mí, me preguntaba donde hallarte, nunca pensé que debiera volar sobre un enjambre de avispas para alcanzar tu guarida divina plena de reglamentaria oscuridad para quien vive de contraluz, de una prenda isabelina que se desestima de mi sortija en que su natural magia originaria se aísla de nuestro cuerpo semis vivo con quebradizos soles egipcios que se redoblan donde hube de esperarte en el escaño de Pentecostés. ¿Qué esencia retardataria deseca a quien no muestra ningún signo vital ni simbólico avital en donde su tosca ciclicidad no le permite escarmenar sus cabellos de ningún vanistorio para ti? ¡ Oh que Morales grafías son referidas a mi encomio, si no es de apostasía! Que mas me atrevería a hablar por el cielo volando lejos de lunares libros de Vivencia cuales se expiden de su órbita hacia el cosmos libre de todos con Wonthelimar libre de mi confinado de Marielle! Sé que soy escoria análoga del Libri dei Viventi, acaso sayales o gabanes han de hilarse en el Parnaso para ceñirme a mí misma, y no Marielle enclaustrada en su soledad que no reciba el Viventi sopor de su paradisíaco sacrilegio al seducir supuesta hija de Hécate!, por fortuna he de adivinar con un enjambre y quedarme en las redecillas de tu caverna. Con la estrofa que se invierte en valores de retórica que enloquece de amor en la que soy conjurada, sino de Marielle ahora o en centenas de años que importunan sobre mi sayal que nunca ha de usarse para la liturgia junto a ti, si es que revivo en crisis de resucitar en brazos de San Jorge en el vitral de Avignon, en su ante brazo que atraviesa las peores criptas emocionales de mi autor.
Como he de impugnar los hostiles votos que se artigan en el puritanismo de quien solo viste sayales en los descosidos Mausoleos de Quentinnais, en estridentes hojas que se mueven electas en su adviento cuando se yergue la subclavia de Luzbel. Unánime he de atreverme por su asinidad!, moderando hilos de horror y luz argenta que nos revive en las bestias y sus encaramadas, ad líbitum en celosías donde se desprende del contubernio de nuestra tragedia. ¡Oh que impetuosa encarnación de verbo anti cristiano ha de expresarse en vuestras encarnaciones de luz y sombra inquieta en el ábside de la discantada en Avignon en la sombría acrotera penando de cobardía al no querer verme angelical, predispuesta uni-verbal para solo saber caber de que decir con tu linaje de alma y vida gemela que solo te sabe amar. Nuestras reencarnaciones son rescatadas ahora que vamos a Patmos amilanados en son de brillar al velado leguleyo Vernarth, reprendido en su moral aquiescente bajo su propia ley y gafes naciendo de su costilla que termina en la salvedad de un deslenguado diálogo. Me es prematuro decir lo que no tengo que escribir, mas las partículas lentamente caen por el haz de sus adjetivas esencias reformando exterminadas historiografías que quieren reverdecer en coloquios que sacan los ojos de quien quiera enceguecer del culto profano, abstraído en cetrinas partículas en cuatro ciencias y elementos ¿Qué sonda irresoluta y masa puede golpear tu corazón vertido en ti Wonthelimar? Sabéis cuando lleguemos al Prophytis iré tomada de vuestra mano en la mañana para adorarte e hincarnos, lidiaremos del porque nos extraviamos, porqué el Sol no me ha tintado de tanto furor llevándome calcinada en lenguas de tísica y gutural infinitud. Después de tomar la mano de la madrugada demandaré al imposible barrizal de su Áullos Kósmos fragilizado de su apertura teórica, ausentada de su unidad mas no lejos de mi vanistorio ni de sésiles pelusas de mi cabellera esperándote con el tempestuoso regreso y abrazarme! Ayia Lavra declarará la guerra al Octavo Cementerio de Messolonghi con solideces y santidades que líbran mis cadenas en un solo tridente palideciendo en su herrumbre, tratado metodológico donde se aniquila la determinación de veracidad.
¿Porqué he de dirigirme al cielo cuando quiero ofrecerme a ti, sin ningún siglo que me haya recibido con menos heridas que las que tenía ayer en vuestra septicemia indolente con milagros e incensarios remansos que árden en imprecas? Providenciando una pagana teología de suciedades humanas no retratándose bíblicas cuando vuestra pluralidad se vestía de un secular treceavo, por referidos o greco-gálicas que surgen del amor que no tiene fin ni comienzo en la autonomía de un ser incorruptible ni menos cuando llevas dulzores en su lex de lavandas, Genius Loci o realidad amplificada angelical más bien tú idea de atenerme cuando no he estado o de atraerme cuando el futuro en el portal se hace en su perfecta simetría o quien se avecina excitado en su cábala. El cuerpo ya no es inescrutable sobre obrando con poesía que constriñe mi voz desgarrada corriendo a gran velocidad para apresarse del cosmético que pinta nuestros semblantes, Selene y su alustre agraviando la puntualidad y status de ciencia en la creación. He leído el tomo VIII, vi que desfilaban lágrimas por donde nunca pensé!, por trueques que marginan una autoridad establecida con mas pueril voluntad deshice las prendas de su auto describir, Mimo o bufón está frente a mí en mi catálogo de trágica actriz con su anémico tomo señalando levantamientos en nuevas olas sobre mares que no las tenían cargadas en nuevas nubes alegóricas escépticas sobre verdades que eran ya comprendidas en la celosa nombradía. Nos incumbe navegar con nuestras lámparas que hayan de guiarnos por hexaedros oscuros ptolemaicos o mendrugos beleños que no alcanzan a ir sobre garitas de un gesto divino. ¿Cómo atreverme a final gesto de atizar contigo en facciones y premisas más allá de Apocalipsis o Penélope que se gesta en un dios, o se hace incognoscible de un plan divino imperante?
“Encargados en nuestra disidencia iremos lejos de desconocidos lastres que adscriptos se anexan en el nuevo nacimiento de nuestro feudo y su magna expectación. Ahora cuatro élitros han nacido en mi espalda que esperan revelarte categorías del vencido deletéreo, reducida a solo dos eméticas ptolemaicas, tú y yo en un juicio final que ya bien sabemos de eso sobre Eras Séptimas que nos esperan en las Espóradas Meridionales en su juicio final en la octava. ¡O Jerusalén, privo mi decano pecado por concebir sino antes al confesarlo junto a ti! , ¿Qué dualismo insurrecto hará deshacerse de mi misma y renacer indestructible de vertiginosa fruición donde se discurre la encadenada multi tentación de redención hacia ti Wonthelimar?, ya estoy aquí en éste trueno de desliz escribiendo por ti. He distado mi cabeza unida a la tuya para que no se destruya para todo pensamiento donde si bien tu eres mi diluido reino os suplicaré que me dejes en vuestra creciente vertical anticipada que ha huido de mi cuerpo, mas luego en mi conciencia de lo que preexistirá con su báculo romano entrelazándose con lustros y Syntagmas de Vernarth que vienen desde las Espóradas de Patmos. ¡Como le honro y glorifico en su meridional, mi querido sayal se ha entibiado lejos de miopes ojos, ya sintiendo vuestro hálito rostro en mi pidiendo reivindicar narradas historias después que nos separemos frente a Dios!
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