25/06/2023
Me siento perdida, sin rumbo ni dirección, mi mundo se ha venido abajo. Trato de lidiar con el dolor, pero es más fuerte que yo y me he rendido, pero para ser sincera, me da igual si soy vencida, pues a nadie le importa si estoy bien o mal mientras sea buena con ellos, mientras los entienda y no los juzgue. Pero, ¿yo sí puedo ser juzgada por permitirme sentir?
Estoy cansada de este mundo y lo único que quiero es un descanso indefinido, dormir eternamente y no ser nunca más una molestia o una carga para nadie, ya no quiero sentir, ojalá pudiera olvidar.
Creo que mi hija ha llegado a mi vida a salvarme porque si no fuera por ella, hubiera tomado la decisión hace tiempo y para estas alturas ya nadie me recordaría y eso estaría bien. Pero veo su mirada y me da una razón para seguir en este mundo de mierda, este mundo donde nadie es sincero con nadie, nadie sabe lo que quiere, solo existe por existir y si en el proceso lastiman a alguien para ellos está bien, nadie se hace responsable ni se queda hasta el final. Todos se van, porque es más fácil huir y desechar lo que ya no te sirve que quedarte a repararlo e intentarlo hasta el final.
Pero, ¿qué puedo exigir del resto?, si yo también soy igual, una mentirosa, que no es capaz de decir lo que verdaderamente siente por miedo a ser juzgada. No puedo pedir sinceridad si yo soy como ellos, cruel, mala, sin derecho a ser feliz. Ya no tengo un propósito personal más que existir, resistir y tratar de que los demás no noten que me estoy hundiendo, ahogando cada vez más.
Tiempo atrás quise pedir ayuda, pedía ayuda a gritos, a veces literalmente les decía: “ayúdame, no estoy bien”. Pero no escuchaban o no querían escuchar. Ahora ya no quiero nada, no quiero salir de esto, nadie puede ayudarme porque nadie puede entender lo que siento, cada acción que hacen los demás siento que es para no hacerme sentir mal, pero no porque lo sienten de verdad, solo por obligación.
Es interesante ver como una sola mentira puede poner en duda todas las verdades, lo que antes sonaba bonito en los labios de esa persona, ahora solo suenan a mentira. Ya no puedo distinguir qué es verdad y qué es mentira. Pero para ser justa, a una parte de mí ya no le importa. Todos mienten, incluso yo.
He decidido fingir como ellos, ponerme la máscara para siempre, hacerles creer que todo está bien, porque acabo de entender que nunca seré feliz y ya no sé si quiero serlo, ya no quiero intentarlo. Solo existiré para ver crecer a mi hija y prepararla para este mundo horrible, no quiero que ella sea débil como yo, quiero que ella se salve, que luche y consiga lo que anhela. Así que, la única manera de sobrevivir es haciéndoles creer que todo está bien y sí, lo estará, pero para ellos, no para mí.
A pesar de todo, ellos me siguen importando, los sigo protegiendo, pero esta vez los protegeré de mí, de mi dolor. Me permitiré llorar solo cuando esté sola y a oscuras, solo ahí podré desahogarme, cuando nadie me vea. Me volveré tan buena fingiendo que todos preguntarán cómo hice para sanarme tan rápido. No sabrán que solo estoy muriendo, que cada día me siento más marchita y deseando morir a cada instante. Nunca lo sabrán.
Todo se siente muy diferente, como ver la vida en blanco y negro, todo se siente mal. Quisiera no tener a nadie bajo mi cargo para quedarme en la cama mirando el techo o simplemente dormir hasta morir de inanición, pero la pequeña que me llama mamá y dice que me ama todos los días, depende de mí y espera a que juegue con ella, lo hago y pongo mi mejor sonrisa para que no se dé cuenta que estoy rota por dentro. A veces pienso que ella es demasiado buena para mí y por un segundo pienso que algo debí hacer bien para merecerla y solo por un instante pienso que tal vez todo podría cambiar, mejorar, estar bien, hasta que los pensamientos malos vuelven a asecharme y a decirme que no merezco ni un poquito de felicidad.
Ser madre es una bendición, es lo que dicen todos y lo es, pero también es muy duro porque todos creen que tienes que olvidarte de tus sentimientos y priorizar los sentimientos de la personita que está a tu cargo, y sí, eso es ser buena madre. No puedes pensar en el suicidio porque todos dicen, piensa en tu hija, el resto no importa, ella te necesita. Pero, ¿y qué hay de lo que tú sientes? ¿está mal desear por un momento morir? ¿está mal dejarse llevar por el dolor solo un momento y derrumbarse? Después de todo solo somos seres humanos.
Y el embarazo, ni se diga. La etapa más maravillosa de toda mujer, donde todo debería ser de color rosa, para mí está siendo una mierda. Nunca pensé que podría llegar a sentirme así. Tal vez solo soy yo, tal vez solo sea él, quizá seamos ambos. Yo solo sé que cada día me siento más distanciada de él, del padre de mi bebé, del amor de mi vida, mi mejor amigo, mi compañero, con el que visualizaba una vida entera a su lado, y aún lo visualizo solo que ya no lo siento cerca de mí. Sé que se esfuerza porque todo vuelva a ser como antes, lo intenta, pero él ya no está, su corazón se ha ido, no sé si con alguien más o simplemente se fue al vacío, pero ya no me ama. Lo escucho cansado, triste, cuando deberíamos estar más unidos que nunca y aunque me muero por hablar con él todo el día, cuando me llama solo siento ansiedad por no saber cómo está o lo que siente realmente.
Me llama solo por compromiso porque sabe que sufro, solo que no se imagina cuánto. Así que me saluda muy amablemente, aparentando tranquilidad y me pregunta si ya almorcé, si estoy bien, si ya cené, si dormí bien y a todas sus preguntas, mis respuestas son un sí, estoy bien, aunque no siempre sean verdad, pero quiero que él esté bien, aunque yo esté llorando mientras le hablo deseando poder abrazarlo y gritarle MIRAMEE, AQUII ESTOY, NO NOS PERDAMOS, SOMOS MARAVILLOSOS JUNTOS, pero solo me quedo en silencio y él también, a veces me dice que me ama o simplemente se despide y corta. Yo me quedo ahí con el teléfono en la mano preguntándome en qué estará pensando o qué estará sintiendo. Ese es mi verdadero problema, pienso demasiado las cosas, pero mi mente simplemente no se calla. Así que me pongo los audífonos para escuchar música y subo el volumen todo lo que da para que esas voces no me alcancen y me hagan sentir peor de lo que ya me siento.
El tema de una relación a distancia es una reverenda porquería, ya no está hecha para esta sociedad desleal, el que menos piensa, relación de lejos es de pendejos, ahora lo entiendo, pero quisiera que no fuera así. Otros solo piensan que una relación a distancia solo es para valientes, que es una prueba más para demostrar el amor que se tiene la pareja, pero simplemente no es sencillo. Independientemente de lo que el mundo piense, las relaciones a distancia no están hechas para mí, yo necesito de contacto físico para sentir amor, llámale inseguridad o como quieras, pero es mi forma de sentirme amada. Y esto de tenerlo siempre lejos, me afecta demasiado emocionalmente, sobre todo en mi estado, donde no sé si estoy viendo las cosas sobre exageradamente grises producto de las hormonas del embarazo o es que todo está realmente mal. Sólo sé que por primera vez estoy tocando fondo.
Hay momentos donde quisiera refugiarme en mi madre, decirle todo lo que me ocurre, lo que pienso y siento pero ella ha sufrido de manera diferente en la vida y no me entendería, o me diría lo que el resto: “tienes una nenita por la cual tienes que ser fuerte”. Y solucionado el tema, son cosas que ya sé, sé que tengo que ser fuerte y lo seré, pero también quiero tener el derecho de sentirme mal sin que alguien me vea como una debilucha exagerada. A veces dicen, ya estás grande, eres mayor, eres mamá y no tienes tiempo para sentirte mal porque hay personas que dependen de ti. ¿A caso hay una edad en específico para sentir depresión o alguna etapa en especial? Simplemente el monstruo viene y se apodera de ti.
Sé que no estaré así para siempre, que es mi dolor el que me hace escribir tantas cosas, y que ese monstruo que me visita a diario en algún momento se irá. Pero le tengo miedo a un monstruo más poderoso que siento que se avecina, EL POSPARTO.
OPINIONES Y COMENTARIOS