Por sucesión final de las tres Sagitas de Zefian, los arboles estaban por aflorar en analogías de apartados de la “V” desbocados en Hippeis que venían en expansión zaherida de culturas y costumbres del protectorado del Augrum u Oro, en tres pugnas de realidad e irrealidad de Ezpatkul; ser determinante del contexto de las curvas de arrimo en el éxito del hombre contemporáneo, considerando vectores cronológicos contractuales, haciendo mofa en sus caninos de oro e incisivos, ya que espantaba a saqueadores de tierras que brillaban en aquellas que siempre se ausentaba la vigilia del buen samaritano. El forastero pasa inadvertido por el sitial de Demiurgos que nunca han sido visitados, eran vastos litigios para encontrarles en deslucido yacimiento, desprovisto del propio Augrum que se cimentaba en coloquios al movilizar secciones en el lecho de divinidad alineada en lo libertino, Ezpatkul venía de Laodicea hacia Patmos por más de veinte días caminando en heroica gesta al sobrepasar por este largo y confuso caminar entre cojos, y deformes que presentaban sus atenciones en la cercanía de Eskihisar. ¿Qué diáspora en más de dos mil familias judías que pasaran ante los luceros de Ezpatkul al oeste de Colosas!
La trazada de los tramos empadronaban la curva apocalíptica de Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea; conformando una “V” en recula retrograda del epistolar trono de la Uve en inaugural carácter convertido en la sentencia de Ulises «No es bueno el mando de muchos, sea uno el ordenador, el Rey». Estas sentencia caían por el precipicio de cuántica de Ezpatkul junto a los Demiurgos de Vernarth, y Horcondising gestionando superficies nano-estructuradas que esgrimían rectángulos sobre la superficie que englobaba estas siete ciudades, derivándolos sobre un dadivoso bi-faz mapamundi que exponía la triangular trayectoria desde Éfeso a Laodicea, pero al revés para adosarla en la túnica del redondel, que la contiene extirpada peregrinamente del meridional cero de la esfera, ahí se asomará desde una nano-litografía de contacto apreciando los patrones de colores de cualquier superficie imantada o magnetizada. La difracción de luz hará canales bidimensionales nano-métricos en la base de su superficie cartográfica digital, Ezpatkul seguía con este sello divino de probeta para seguir la huella de energía, y científicamente llegar a la casa del aluminio, luego de ir a arrumbarse sobre arenas de Laodicea en molde molecular de su difracción lumínica concediendo y substrayendo el patrón de coloraciones de la plantilla polimérica; ayudándole aislar sustancias grasosa de lípidos con el residual hidrofílico, en gran correlación con el agua que lavará todos los excedentes del Augrum restaurador de las degradadas iglesias. Con esta causa alquímica, le bastará para ingresar con toda sapiencia por sentencia de un Ángel en Laodicea, más que un heraldo de Luz infra incorporado en fenómenos de difracción cromática para cual veía más de contables cuatro colores aborreciendo los últimos tres que no alcanzaban a racionalizarse.
Bolas del sólido radial iban fuera de sus propias esferas huyendo del gas que le aprisionaba, escapaba en heterogéneas per se de barro, y homogénea sangre no saturada en esta clarividencia de Ezpatkul. Se destilaban las iglesias en armazón del Aldehído alcohol que les esperaba anticipándose desde Patmos, se identificaban sustancias, y rangos del tracking temporal apocalíptico consolidando sus caninos canalizados al ser rebullidos por un efecto substancial e impuro, la neuroquímica de Ezpatkul era ya tutelada por neuroquímica de metempsicosis descomponiendo su multi identidad alcanzado a huir de las iglesias que se calcinaban de electrólisis en instancias que el Augrum comenzaba a depurarse del Augrum enmascarado de Ezpatkul, para concebir el rebaño de humanidad como único tesoro garantizado. Se separa el elemento del Augrum con el Aldehído, liberándose electrones de baja fiabilidad de aniones del cátodo del Oro puro capturando los cationes del alcohol del aldehído por difracción de la luz infernal que se dispensaba en la soterrada comodidad, teniendo aprisionado con su pie derecho las sierpes, y con la izquierda barrotes de oro con dragones que le pedían y suplicaban derechos y diálogo. Esto ejemplifica a Éfeso bajo una serpiente aplastada por sus pies hasta Sardes, y el dragón en Laodicea que se desvivía con la gesta de Vernarth y Ezpatkul antes de entrar al vórtice de los puentes del Dytiká de Patmos, siendo mal heridos por efectos de la cuarta Saeta de Zefian. Cierta lux Homeriana cortaba la secante del coseno que se reflejaba del domo del baptisterio de Laodicea tangibilizando en la secante del coseno seis veces más para el ábside en contemplación del Ocaso del Dytiká, naciendo de un primitivismo en centellones de acepciones que se letreaban colgados en milenios de segundos que hacían unánimemente el Angulo omega de la secante, emitiendo edictos milenarios de un vigésimo Apocalipsis con futuro terrenal Vernólatra; que se fuga emancipándose del papiro en llamas de Pérgamo, de Robespierre en el baptisterio de Sardes en connaturales léxicos atados a sílabas, en impropios honores que revelan la Lis de tristeza en el hombre ignorado, con mansa retahíla en el ocre Cinabrio tañendo sus moléculas sobre el León, y el Águila llevando la cruz del esplendor del hebreo testamentario.
Llega a Mileto, volaban sobre Ezpatkul colombas llenas de blancor mar en el bajo nivel del raudal trans-fluyendo hacia la intersección del trasto fragmentado en la cuarta saeta de Zefian, compareciendo desde Betelgeuse y ekadashi u onceavo día antes del plenilunio Sumerio, atisbando reinos Alejandrinos en Mesopotamia. Inmediatamente de las altas marejadas de pleamar, se retaban furiosos y ansiosos dislates donde el Menorah reluce en la píxide donde conviviría sobre grandes cúspides con más de mil metros sobre el perfil de San Juan Apóstol el Teólogo y Messiah de Vernarth. Los príncipes innovan dormitados en sus insomnios al abdicar del reinado, e inmolaciones que comienzan desde Mileto, para cuantos que se hallan en más abortivas acciones y gestaciones escatológicas que irán alumbrando el atajo del Mashiaj, veinte son más que veinte, Vernarth fluye de sus inexcusables seriales en doctrinas primitivas al levantar los palacetes que se sostengan en manos del poseído individuo por su ambiciosa telúrica física, ruinosa infidelidad.
Ezpatkul a pesar del pequeño corpus que le resistía, de sus versiones arcaicas inciertas costumbres sentía al pasar por Mileto, advirtió la presente novelada de una veraz garra de Gerakis e imagen atrofiada en Estratónice, viniendo en sus alares pies lívidos con su calcañar corriendo despavorida al ingresar al mar desnuda. Algunos esferográficos airones de la bóveda escapaban de la pira real de Macedonia Argéada, Mileto era desbocada por los airones en Anatolia, Ezpatkul hacía falanges triangulares con lanzas y sagitas oblicuas al arribar a Balat, se cubría sobre cavernas de sedimentos del rio Menderes, para afinidades del neolítico con Vernarth, tras las huela del Neanderthal y Cromagnon. El bronce transpiraba por manos, heno, Vigas desde el asiento del Horcondising, Anatolia conspiraba por la aborigen inclinación de un polis de Anatolia, la oscura edad de esta geografía llevaría a tropiezos del alfil con el peón enredado en la cola del caballo Kanti, para una logia confabulada ya desde los Diadocos, con su falaz monarca que fue abducido por Wonthelimar; nada menos que de la hipotenusa rendida al cateto en la percata cercha de su curvado techo que le derramaba brebajes en anatómica e intersecciones de líneas de fuga del triángulo que se asentaba en los pies cansados de Ezpatkul.
Vías de oblicuas perpetradas cometidas en convoyes soldadescos desde Mosul fueron arremolinadas con alta braveza del corcel Alikantus antes de arribar al bajo prado bosque de Lid. Si fue niño, fue Hombre, si fue Hombre, fue un ofensor de la fortaleza, si estaba con su ocio desdoblado siempre portaba su espada, nunca la dejaba, incluso sería averiado su ensueño conciliar si la deportaba de oficios cotidianos Cristianos. Vernarth, es preclaro superante viviente ente de Alejandro Magno, resucitado después del 323 a.C. Pero cuando respiraron el mismo aire glorioso ambos mirándose, empuñaron cortándose sus perfiles en filuda rémora que los dividía con 6 espadas de Oro, 6 ángulos estratégicos, y los adobados vados del morir varias veces para retar al dolor que supera toda vida en las cuerdas de oro con sangre “Hexachordia Caelestialis Mortuorum”, de la escala musical de agonía de los llanos ovejunos son presa de melodías, y vigorizadas guadañas por el convulso miedo del nigromante augur carismático, viéndose en la psyché de Anaximandro en progresivas parapsicológicas al advertir a Stratónice sobre cuerdas del devocionario cuando acudirá al ir tomándola con sus dos manos con gran impulso a plegarse en sus párpados de la intrusa Sibila conjuradora para viajar por el Néctar mínimo del Solsticio , para herir al punto apogeo más inmediato de su proeza que la rescató con Vida Eterna desde un atril brazo obeso de guerras ganadas por la Muerte que la apacigua lejos de la dinastía Argéada, en vía de oblicuas perpetradas que van acometidas en soldadescas que desde Mosul fueron arremolinados con alta braveza montando a Alikantus antes de arribar al bajo prado bosque de la Lid. “ Si fue niño…fue Hombre, si fue Hombre!, fue un ofensor de la Fortaleza, si estaba con ocio enhiesto siempre portaba su espada, nunca la dejaba enmohecida. Incluso sería averiado de su sueño conciliar si la deportaba de cotidianos oficios Cristianos ”
Por razones botánicas especulativas es que en esta perpendicular se encontraría la línea de viva naturaleza de Anaximandro con Estratónice, imantan caídas de anfibologías, y de escarmiento para lotes sobrenaturales ad expreso que se avecina en ambos atemporal congénitos de distintas y épocas, con lindes en más de tres centenas de años en el jardín botánico llamado Argéada. Mileto se auscultaba en pos de eruditas Metrópolis arenosas y desgranadas escuelas que se aligeraban de los precipicios de constitución de los tiempos fraccionados por seres demiurgos trágico-poéticos, en causas convenidas por creadores “poemicidas” más envalentonados por defender regencia de creación como acto teológico secular poético. Estratónice abjuró al mundo su virginidad de doncella entregada a la barbarie de vírgenes desposadas antes de los 17 años, en el inter tanto ella procuró ante presencia de Ezpatkul que se renueva del mundo, y no de Antíoco pues escapaba de la fiera que quería dar caza a su despojo. Se nublaban las cortinas del dominio superior, porque cuando una doncella se enamora al venial conmiseración raudamente atrae los esbirros que sangran antes de la puerta del corporal, y fatídico destino que se abre a la sangre impostora de Tierra Santa rechazada por Macabeos con sus ojos vendados e inmovilizados, tratando la virginidad de una doncella cuasi Sybilaa, cayendo en manos de Seleuco en la cámara oscura de Wonthelimar en ardientes deseos que cercenan los sesos en la oscuridad de la caverna de Chauvet bilocada en la rada de Skalá, Vernarth gemía descendencias ilotas frases que se encontraban con el pretexto de su salutíferamente compasión cómo Antíoco, iba llamándola para ir a su solemne Investidura del Himatión. Ad mostem festinamum dice Eurídice, le cantaba en atolones romanceros desde el balcón de la nada, correspondida le consumía el amor que fluía por la vena cava sufriente de Apolo. Ezpatkul miró al koelum o cielo demiurgo de su epifanía convocando a los Gerakis que se apostaban cerca de Petrobus, atrincando fuertemente sus garras y anillos ibicos para ser remitidos a Patmos por sitial de Leros. Salen expansivos con dirección del cenital norte-sur, mas luego se ladearon sus airones para re-cursarse al Aftó Equinoccial de Kaitelka, con pasional epístola.
Estratónice decía: “Respetado Vernarth; bienquisto, dilecto azafrán señor de luz me despertó entre las cenizas, pudiendo ver que podía combatir la pasión que apega mi piel a mis cetrinos huesos. He confiado esta esquela a Ezpatkul vuestro siervo demiurgo, porque mi dinastía de amor no desea convivir con la tragedia, Antíoco si más no pueda adivinar, será preeminencia ante mi sazón de ser desgarrada en pestilencias del venerable y transido amortajado valor. Los Gerakis de Ezpatkul llevan en sus pies la epístola que solo Ud. Mi señor sabrá leer, desde que el día de mi nacimiento lo he querido subrayar”
Diez veces más gris se tiñó el alternado cielo por el ceño de Antíoco, que observaba demorarse en desvarío introito al dejar las palmas de mirtos, y papiros que partían hacia el altozano del Prophytis Ilías, Antíoco presentía los mismos síntomas que se reeditaban en falta de voz y rubor del fuego hacia un vencido corazón amnésico, al latir en un corazón desmerecido de nanoescala poesía y reyerta donde las fuerza del norte, y montañas colisiona con las australes para remangar las escurriduras fuerzas de redefinir el pecado de haber nacido en un fatal comienzo azaroso en el equívoco trébol del amor. La tragedia trabaja sola, su escenario es adorado por fantasmas que tragan lastimera atmósfera en mi hombro” Volando el Geraki por la ruta de Leros en el pleno mutismo de los vientos de ultramar en una lógica conclusiva para obtener el beneplácito de la epístola que le envió Estratónice, para moralidad de seres atados al silencio de los afectos que se oscurecen en la pubescencia, y tormento del desterrado amor desgranado en miles de yerros que al confesarlo se hacen peores martirios. Los airones se empequeñecían en los dominios de Farmakosini, ya estando el Gerakis a medio camino de la isla de Patmos, algo por recorrer por el ventral Anemoi que le llevaba a solo veintiséis kilómetros para llegar donde Vernarth. En Ormos Tholou, se lía con Almas del Trouvere que venían ganando distancia para convencer a Vernarth de abandonar la supuesta sumisión de Estratónice al legado de Seleuco en privanzas de gobernanza de ella y su hijo Antíoco. El Gerakis halcón se adelanta a aprovisionarse, tajando con sus airones algunas de las fibras del Anemoi al sobrevolar a abaja altura; siendo encandilado por peces voladores que eran cortados por sus airones dejando comida fresca en su rapiño, y ávido hocico al ser rapado por su curvoso picacho en mitad del espectro Trouvere que trataba de arrebatárselo. El oportuno despabilarse del trasto alucinar logra insinuarle que aparecía el basal prototipo de isla que se hacía presente en un arcoíris de climático acervo de Pharmakousa, desde donde caían descarriadas hierbas masticadas por el aguacero de Almas Trouvere, para saquear de sus avíos pelágicos y endosarlas en su cloquera.
Librándose de cloqueras de incubación y tridente maleficio, se percató que eran gérmenes mayores volátiles que se liberaban desde el dorso de Kaitelka que le habían auxiliado, habiedo suficiente anatomía de legajo Monje Christodoulos transfundido del monasterio de San Juan Apóstol para amparos de la misma Progenitura Hexagonal. En tres millas marinas a sobrepasar el último filón de Leros, se numeraba en Brezos y Lavandas de Mar tal incubaciones del Limonium Virgastum que echaban los gérmenes del primer gradual sobre incubaciones de Kaitelka, que había enviado para auxiliarles de la espinosa maquia del ecosistema insular, sobre negral micro pastizal oceánico que se hacía adpreso al biotopo de la abollada isla que estaba unida a litros de agua empozadas en las larvas del Espectro Trouvere. Los Gerakis le reciben con las patas pobladas de racimos de Kashmar de Esmirna en excéntrica geodesia mediterránea, y lienzos planetarios de la isla del Apocalipsis por ahora durmiendo en cuentos dionisiacos, Vernarth caminaba por medianía del Prophyitis Ilías señalándole unos vericuetos del Horeb, asimilándose en trans-jordánicas orografías para bien de retroalimentar preciosos oros de Orofí que había puesto en su caballón Alikantus, más precisamente en susurros de la jáquima cerca de un piercing que había injertado de Belcebú del Gran Alejandro. Mnemosyne corría por Aleluyas de cognición en la afrenta al recordarle la presencia del raudal vital en su axón, en corpúsculos que resbalaban por concadenadas y personificaciones de titánides, roídas en el amagar de posesión inamovible de la mielina que secretaba Vernarth por su oído derecho, su corcel brincó sobre Mnemosyne, consecutivo, le arrancó las substancias blancas que retardaban tragediografías con pujante fuerza gravitacional por túbulos del axón dendrital, así en micro segundos pudo levantar su quijada más de siete milímetros para saludarla, bastaron solamente algunos agujereos de ojos enfocando el diafragma celestial, para que pudiera normalizar su lingüística hacia ella en improperio de levantar consonados atisbos de borrosas Mnemosynes, que ya cromatizan mas de cien unidades de mielina por mil setecientos metros cúbicos de sus craneales, advirtiendo evanescentes partos múltiples neuronales para dar a luz cerebros iluminados con dejadas epístolas en manos laceradas por garras del Gerakis, gracias a su instinto de apego le despertó de esta intermitencia de caída mielina que se abatía del abismo del cuerpos calloso, esgrimiéndose en sistemas nerviosos alterados con su energía basal. Nueve noches tuvo que esperar para abrir la Epístola de Stratónice después de la epistolar cita requerida, los Universos se jactaban opuestos por inercia juiciosa ante los hexámetros dactilares de la Herófila, para mas penados revivir con esperanza diligentes en sus manos, oyendo su mensaje, haciendo esta cruzada nemotécnica con albur de pasiones que se incubaba en los ojos de Vernarth, que no se apresuraba a abrir a tomar el riesgo, mientras el Gerakis revoloteaba circular junto a Petrobus sobre el bogo de su testera en son de levitarle a escasez de mielina, que se empobrecía en su sistema hematológico con parámetros al concebir ilustres gazapos, y mociones para que diluyan a tal substancia ante su abrupto e impulsivo déficit. Los alópatas espectros de Trouvere arriban con incubaciones e inyectan en el intersticio del cervical soberbias dosis de sodio de espinosas del Limonium Virgastum, para tal intensidad que expandieran sus sagradas arterias que iban levantando del basal de sus cabezas, para dilatarse finalmente del intersticio que confinaba en nodos vertebrales, supremamente abre la carta, enfoca su vista comenzando a ojear la carta de Estratónice desde el ángulo focal del segundo ojo heterocromo.
Epístola de Estratónice: “ Vernarthiano y Bienquisto nombre me lleva a ti en temporal fisura y tolondro, abjurando virginidad en legión de doncella entregada en barbaries en desposados bermejos para quien más en finura se renueva de adolescente emulsión prolactina, abriendo espacios para traer depresiones de herencias de cuales o quienes se funden en hieráticos padres e hijos aquí del disputado cérvix que anida su naturaleza, escapando de la fiera y libido del patrón criminal de dinastía, que sigue fluyendo en senil oro por desbandadas venas feroces cazando despojos, enamorándose de crías, y de su conmiseración. Raudamente atraje a los esbirros que sangran antes de la puerta corporal y fatídicodestino, abriéndose en helenicida sangre impostora de la Santa Tierra y su contradicha por Macabeos con vendados ojos inmovilizados, intimando suma virginidad de una doncella cuasi Sybilla asida en pinzas de Seleuco expirado en la cámara oscura de Wonthelimar, en ardientes deseos que cercenan sesos en oscuridad de la caverna de Chauvet bilocada en la rada de Skalá. Vernarth he llegado a ti como doble nacer gimiendo descendencias de ilotas frases que no encontraban pretextos que salutíferamente van compasivas, cómo Antíoco exhortando para ir a vuestra solemne Investidura del Himatión. Ad mostem festinamum dijo Eurídice que me cantaba en atolones romanceros desde el balcón de la nada no correspondida, pues yo me consumía del amor que fluía por vena cava del sufriente en Apolo. Ezpatkul miró al koelum o cielo demiurgo en su epifanía convocando vuestros Gerakis para que se apostaran cerca de Petrobus, atrincándome fuertemente en las garras de los Anillos Ibicos para ser remitidos a vuestra luminaria por el sitial de Leros, mis padres por nombre Demetrio y Fila, me trajeron a Roshus en la costa Periana de Macedonia, donde fui obsequiada en nupcias del regente. Soy Estratónice de Macedonia, la hija de Estratónice de Siria; mi madre, soy yo al escribir esta epístola, que a su vez tuvo una próspera, mas en posteridad cuando mi consentir se distanció del mismo tenor, mi madre fue solícitamente delegada a Seleuco, luego a mi padre Antíoco. Luego rehuí de Demetrio II, debido a su extra unión con Ftia, Hija de Olimpia II de Epiro, bastó que un eslabón de esta genealogía Seléucida se perdiera en descubierto de una morbosa dinastía y sucesiones, para que se presenten en el terraplén beleño, mas retrotraerse en Lambdas y Épsilones de entroncados apareamientos apostando a principados, y sangre fratricida maldiciéndose en campañas desde lo mismo que se cobija en sordinas, sentires en Judah por olímpicos suplicios, y Dioses inmortales amortajando sus fugaces itinerarios perecederos de vida al tiente edil de marionetas, de mortales reinados sin disposición cascabeleando del samotracio libido en centenares superiores, todos con sus ilustrados contenidos de una genealógica cautiva de semi-dioses tratando de equipararse.
“Amado Vernarthiano en Venus, ansias me hicieron volar al son de las almas de Trouvere, delinquiendo en mi larnax lagrimas que han tendido una primaveral tarde, que solo vi en contenidas afecciones pudiendo caminar por Roshus junto a mi madre en descargo de esencias saturadas que truncan desembarazo en la tolva de Épsilon, subtendiendo líneas y diámetros hacia extremos del encorvado arco o líneas quebradas, pudiendo referenciarme al arbotante del circunferencial comprendido entre los lados del ángulo de mi asmático pesar…! al retirar mi mano de esta esquela vi que reinaba la Haya en su mínima punta que hizo estilar la pizca tinta que me hacía princesa de vuestras líneas, de caracteres que se moldeaban en tan proactivos cifrares literales. Bella y caritativa es la hermosa donna que nace floreada para nupcias del índigo blancor angelical “Deus Meus Captivus” en tu propósito pude ser regente Estratónice del deambular y honrar por los palaciegos pasillos de mi madre evadiendo intencionales y razones de victoria a buen honor nuestro, de nombres auditados y recalcados “Ejércitos Victoriosos” que en su substantivo significado de patronímicos nuestros después de la victoria de Ipsos. Como Argéadas el rey cedió al príncipe lo que súbditos reciben de replicadas dinastías en retiradas, y someras batientes marejadas del temperamento que iba ligando liras entre otras de Corinto, patrocinando condescendencias en los dominios de Persia. Mucho más que enésimo ultraje en las bandas de tolerancia y del saber, yo pude descontar los años que se avienen. Pasado por nuestras inconfesas alcurnias llegando a nuestros sarcófagos en la buena nueva al alzar el bastidor, y levantar a mi madre en vuestra tragedia por tres que se triplican, sabiendo que aluden a San Juan Apóstol por sobre los gandules que babean en hijastras costras de partidas bocas, y bofeteadas monárquicas que nos han unido tras su telón, en trabazón seguida, re-continuadas garantías de culto pro Seleuquismo o Antioquismo desvanecidos en breviarios Diadocos sepultados, adyacentes ibídem de mega nupciales u olímpicas descendencias, en los deudos del Orfismo trans-generacional sucedáneo! Vernarth dadme un poco a probar del pozo, requiero un nuevo aliado territorial en vuestros edredones hacia nuevas cabezas tildadas en su Hegemonía otoñal ”
“En el intento de sacar una daga y ponerla al sereno de la noche, ya me asombraba en la lectura del mariposear de Los Gerakis, que propinaban el berrinche de otros Gerakis con las almas de Trouvere raptando la mitad de mi carta que había cortado para ti Vernarth con lagrimas cloradas de sólido hacían la tragantona de los airones que se intimaban en bastardeadas alegorías, conteniendo embriaguez desenvainada en los unísonos ecos del bronce asentado en su tronadora ley, haciendo caer juntos al Gerakis y Almas Trouveres prorrumpidos en unas micénicas tinajas de vino, la cólera dispuso lechos en cada uno para varoniles actos en alegoría olímpica Patmiana, desmintiendo reacciones de quien se hace proveedor de riquezas de tragedia en inmateriales ambientes que discuten no tenerla si solo se encalla a lógicas narraciones del contentado bozo del consentido de Demóstenes. Tersas sagitas me hieren con sus puntiagudas aberturas, ponzoñosas en pistilos de otrora campañas y escudos Áspis Koilé, valiendo de confundirle contra colmenas de su reina madre y zángano, tolerando y cediendo a sus menesterosos herederos con necio amaño al ponderar y heredarle un reinado procreado bárbaro.
Ahora somos esclavos y herederos barbaros en irresolutos conflictos de progenitores privados de amatoria vida por progenies que ennoblecen cruzadas que lapidan alianzas patrimoniales por alianzas ascendientes, que nunca debieron prosperar en el amargo brindis de Estratónice que estaba inquietada en el sufragado sarcófago, avunculado en verdadero madrinazgo del hijo de un naciente Zeus. Todos estamos divididos como linaje, no hay desde donde se pueda reunir más sucesores desmembrados de Macedónicos politeístas tras centrales esfuerzos de reinar sin corona. Lo mismo del afecto que reina sin sentido impartido del decadente esfuerzo que empeora al resucitar la aristocracia que yace en los vermes, y el sacrosanto helminto en nuestro Alejandro Magno, antecediendo intercesiones de Reales Dinastías desposadas ante vuestra ilustrísima, en el nuevo reino del Señor que no se ha entronizado en negras trepidas de nuestras mal logradas particiones, pro humores que transcurren desde acoples y vendas de quien se dice ser abate de preliminar Vernarthiano. Vernarth, culmino para el auspicio de cabal conjetura y agravios subsecuentes para solicitar de vuestra oficiosidad en posteriores reclamos que induzcan desenvainar irascibles truenos de quien solo desea hacernos despertar de su apostasia, solos e insubstanciales tapando lodosos acopios de gracia que se establecen tapiados es reinados en todo honor de encanto de oír la voz verdadera del Mashiaj, con todo su solemne título pudiendo, ayudando a los liberados de la escena del Cáucaso, y en edictos que anulan sus denostadas crónicas como humanos seres de su castrada historia. Antes de ser leída aquesta carta añada de Estratónice como me llamo, voy al corriente de su lectura profiriendo: “El campo de señal ha sido profetizado, se ha condensado la Hegemónica energía de Alejandro Magno señalando que el cuerpo enfermo de Antíoco; mi padre, es suplantado por el de él para suceder todos los trances y bretes que se asumen después de azarosa partida en Babilonia, por tanto ha de llevar todo profetizado corolario en muerte de mi abuelo Seleuco en manos de Ptolomeo Ceraunos, queriendo ataviar la irrevocable intromisión acaecida en Judah en parte de cuadrillas de Diadocos decantando el efecto de su descendencia, por ende en su espiritual tramo de energética residual masa estática que finirá al desencadenarse en su hijo. Ya todo estará consumado en el cuerpo patógeno de Antíoco, del amor por mi madre donde fuere abducida, poseída por represalia de Alejandro Magno por probas y éticas demandas insubordinadas”
Anchurosa Poielípsis se generaba con las Almas de Trouvere habiendo de aspirar a esferas donde se pueda replicar el dúctil estado de la ceremoniosa Energeia, unívoca en la ingenua acción como primera práctica modulada de inclinaciones y léxicas motricidad, donde ellas mueren dentro de sus temores no consiguiendo esperanzar convaleciendo de sus heridas profanadas en congruentes conceptos Energeia, como arbitrario neologismo para mover lo que no es auto-desplazable, Vernarth después de presenciar el entreacto de Estratónice decide correr a pies descalzos por los que destierran sus necesidades en parental escala de gama, sucedido por la necesidad de Energeia hacia el sentido impúdico de arrobarse en posibilidades, de sustancial sobrenatural que le transportaron en la Epístola inclusive sus manos deseándola en naturalidad de causas, y emocional en la cinética del destino de principios de un movimiento que dialoga por un espín de giro; alambicando en partículas de excentricidad temporal con desplazamiento hacia sí mismo en sinónima estática, proporcionando los angulares intrínsecos para que se asocien a rotación del tiempo y demanda Epistolar, a fin de que una ligera cuántica pueda relacionar la enérgica emocional espiritual con propia disociada relación en espacios de apariencia; donde si haya de creerse que hay momentos de proporcionados de sesgo en la moviente arraigada emocional con memorias lineales y laicismo en el eje mental helénico. Todo es propio en coordenadas del especular aduciéndose y duplicándose en magistral Poielípsis o generación develada de emociones relativistas, por esto Vernarth importuna lo travieso a esta precognición metafísica aludiendo a partículas que generan disímiles inclinaciones en lapsos hasta llegar al umbral desde cuando Estratónice parcialmente fraccionaba su origen burdo-espiritual en la estacionaria diversidad de meditadas fases que no transcurrirán, mas si en polimatía de su exteriorizado umbral, masa emocional de la exenta materia apasionada que concierne con su estridente origen de impalpable Macedónico. A partir de este momento, la intuición corresponde al angular refuerzo de “Poielípsis”de este modo se hace presente la coordenada de las Almas de Trouvere tal pseudas imágenes de los Diadocos implicando movimientos radiales magnetizados, que radicaran en las esferas de valor físico en atavíos de los Gerakis y Petrobus que se esmeraban del sentido de energeia del neologismo del Épsilon, al no restringirse como lo afirma Aristóteles indagando el ente hacia un mono-sentido en este causal de tal alfa que dice lo paradójico, demostrando diversidad de ópticas, ante esta diatriba Vernarth desde su naturalidad decide potenciar las Almas que van siendo parte de ambos tópicos según Vernarth, para alivianar sus potencialidades de actos que se aprehenden en luz de genialidad que cohabita con ambas. Lo que nos justipreció del desdoblar de su entidad, lo entregará por inteligencia divina para no reducir la libre potestad del Épsilon que se extractaba en acogedora presencia de Estratónice aún retraída en la atmósfera Voielípsis postulada de una (sustituta escala de emociones relativistas de Vernarth). Son pocos los segundos que se pueden extender mas desde un selectivo argüir de tendencias en pliegos que podrían atribuirse a dimensiones del período de las almas de Trouvere, careciendo de quietud en simulados ambientes biológicos como si deliberaran naturalidad de una expresión de quien no filosofa si algo tiene que desprenderse o asirse de la creación, para privilegiar lo natural re-arguyendo afección al profesarlo, si es que queda tiempo para expresarlo tal así se intuye lo que agencia la virtud de farfullar simultáneamente en lo laborioso, y que no progresa. La dinámica de esta Poielípsis es ataviar el Voielípsis a manera de aditamento análogo de causalidad cuántica y cristiandad atemporal, puesto que avala un conjugado mix deificado por Santo Tomas de Aquino enfilándose hacia el puntal de mega absorción de ideales Aristotélicos Cristianos. Las almas de Trouvere serán residentes de mecánica espiritual indeterminada para deponer los efectos de incrédula versatilidad en ellas mismas, en profundidades sub-acuáticas que conviven con la geológica estructural de la caverna de San Juan Apóstol, más que sub-terrenal concomitancia bajo el mismo axial de coordenada que se sustenta geológica,s decir; convivirán mientras se instituya el Mandragoron del Duoverso y Voielípsis, a mas a trescientos ocho metros de antípoda en la basa submarina del Prophytis Ilías.
La Línea antitética es de constatable germinar de aquellos sucesos verticales del zócalo asentados por las Almas de Trouvere, conteniendo la germinable fécula del crecimiento del ergonométrico estribo de la Saeta de Zefian, desde la elevación cero hasta las 308 metros sobre nivel del Egeo conformando una mega bilocación extra parapsicológica, que gestará la uniforme numeración cronológica, y vertical con representación cristiana pitagórica post-cristiana en coronación de Carlo Magno mencionada con reales visiones del Apóstol Santiago con la versada apología de Pitágoras como entidad supra divina, avizorándole del depositario escenográfico, fragmentar de tres componentes en este arranque de magna helénica en la hidrográfica cuenca terrenal geológica residencial de las Almas de Trouvere. El tapizado de la Pithya Herófila embiste la sub-tendiente del arbotante que se sostenía de oquedades de volcanes de Patmos, indicando la avenencia con las Almas de Trouvere por su desorientada disonancia cognitiva que iba generando prototipos que rastreaban sus piedras formulando sonidos acuarianos en la tonalidad dominante por el minúsculo maquinal de luz, distante en la inconmensurabilidad que se evadía de su eclipsada en la nota mayor resplandeciente que se hacía monárquica por la hipotenusa del rectángulo en tres ángulos subdominantes. Esto acarrea la taumaturgia de Pythiais; la madre de Pitágoras junto a la Poielípsis de Vernarth Hellenic forjando cantos de recordación dada la escasa luz natural que solo nacía de unas de las almas de Trouvere llamadas Poielípsis, en ciertos relatos en los oraculares Délficos. La Poielípsis queda de este modo ex-capsulada de taumaturgia en banales deseos que la harían inmortal para una hipotenusa que la hace tangible del don de oración poética, impeliendo su axioma por fecundación de escamados recelos de mortalidad reiterada en el pendón del riesgo, Estratónice así bien lo señala:
“ Estratónice camina con el cendal que debiera ser traslucido por Santiago de Compostela. Como racconto geométrico e intra sempiterno, sobajeando temores que patinan por el burato del dogma arquitrabe donde ninguna filosofía puede mirar más a lo alto si no le es permitido, propio de un vegetar o libertades que reverdecen en temores que no hacen luz en la vida eterna, quizá de un mismo Matematikoi que duda una base, para que Ad finitas se enteren límites sin límites llevándole a Pitágoras al suelo esposado de Crotona. Siempre quien es ignorado del poderío lingüístico urde rebobinar las esferas que todavía traman ángulos cruzados sitiándose en tanteos que considerar de pretérito no renovable. El alma de Poielípsis adoptaba una concepción pitagórica en cabestros de lívidas legiones de Orfeo, cual si fuera su consagrado hipogeo donde estaba la postura de la cota para rebullir al terraplén que se fusionará con la saeta de Zefian, esta licuefacción debiera purificar todo almacenamiento de cognitivas circunscritas de aquellos ancestrales, haciéndose encarnativas en cristianos que transmigran de necesidad de osmosis en la unidad universal, como música atonal que transmigrará de las moléculas grandiosas a distancias siderales anteponiéndose de una misma replica en la otra eurítmica, en periodos trigonométricos de residuales vivificando de números fraccionados como almas de un mismo numeral que finalmente perecen en sus dígitos pitagóricos, tal vez en ángulos de las Falanges de Vernarth o instante oblicuo crucial que dormita en una elegía, floreciendo en aquellos seres que no Viven! Ya sub-tratadas, solo serán almas cansadas de tenerse así misma vivas de su morbilidad en disociado causal de inmortalidad que se distanciará de prohibidas abstinencias de liberatorios ejercicios de cualquier conteo que cavila en la venidera etimología de la Vita Pythagorae, del diván de goces del servir a su doctrina que se salva así mismo, y que salvará al Messiah para quienes en el alma no les queda sacrificio del cordero que apacienta, ni peana que por delante va en los siglos, apacentando lo que nadie fue capaz. La segunda triada del oráculo de Apolo con las Almas de Trouvere revelan a Carlos Magno ser su predilecto para el protectorado de Compostela, su espiritual regencia convite en Carlomagno desde Aquisgrán de 33 años consecutivos en disputa a espadas, manifestando que aguerridos sajones nunca cumplían los tratado en rendiciones firmadas. Carlomagno se puso en varias ocasiones al frente de su ejército para luchar con su espada contra el peligro sajón, confiando también con sus tropas a los condes cuando otros asuntos requerían su presencia externa, en el segundo cóncavo erial la ascendente recta de los Trouvere iba coronando a Carlomagno como emperador de Roma y Francos, predicho por el Apóstol Santiago en defensivos pontificios bregues y defensorías de la Cristiandad. En este paradigma figura el trasminar occiso del mundo inasible, uniéndose desde aquí en la nervadura de Poielípsis, en aras de épocas que sobrevinieron del mutismo anonimato que auguraba vincularles, para saber dentro de su interminable movimiento intrínsecamente orgánico, también como el diligente cosmos activo en el descubrimiento de la Ruta Jacobea, anhelando ser una mejor comarca que el Dodecaneso, fusionado por doce apóstoles, y ahora el hermano del hijo de Zebedeo; Santiago hermano de San Juan Apóstol ennoblecido al 778 d.C., estribándole a Hispania. En cruenta y constante lidia del Sóter Carlo Magno cuando sitiaba a los sajones, se introdujo en Hispania atravesando los Pirineos como anticipo de la mencionada Ruta Jacobea, todo arreciaba de este modo atestiguando avasalladas plazas en fueros de los Trouveres, eran soldados de elite Pitagóricos que se habían bilocado en esta era Cristiana antecedidos por esta pérfida Vasca en los bosques subsistiendo separados aquí mismo de los progenitores de los Trouvers, que señalaban ser los más fuertes para perseguirles hasta Pamplona con Carlo Magno. Todos escapaban del Islam, no pocos cristianos se resentían por esta afrenta en la dinámica que traslucirá los Cantares de la Gesta Francesa, para adentrarse a la Ruta Jacobea del camino a Santiago de Compostela, cuando el Códice Calixtino en su libro IV o Historia Turpini cuenta la aparición del Apóstol Santiago a Carlomagno en sus sueños señalándole la Vía Láctea como manera de encontrar su sepulcro, y que debe de librarse de los sarracenos para poder venerar sus reliquias con medallones y esmaltes que se expedían en la cripta del Apóstol en Compostela. Las almas de Trouvere son seres que gozaron de corta vida en los Pirineos, con la fortuna a originar un libertador en herencias post-cristianas mecanizadas por citatoria de la antigüedad Pitagórica, detrás de un desteñido añil, y hematíes para vestirle de gasa en figura de Fe libertada detrás de los que debieron vestirla como un Codex Calixtinus. Cinco acápites se elevaban por la línea recta del impulso piramidal de los Trouveres, tal base litúrgica hace los honores del apéndice espacio multidimensional, con antífonas para el culto de Carlo Magno en el subyacente Patmos. Santiago fue lacerado en Tierra Santa lejos de su Hermano apóstol San Juan, mas venia a reunirse junto a los Trouveres que venían desde los escarpados Pirineos, Santiago pasó el Estrecho de Gibraltar y llegó a Padrón que está a unos 20 kilómetros al oeste de Santiago de Compostela; allí unos ángeles lo llevaron al sitio donde descansa activamente, en una barca llegó tal vez Eurídice, siempre por el mediterráneo llegando ahora a Patmos, todavía adquirente de la iconografía que procura la tentativa del hallazgo de Carlomagno, un codex que uniría a cristianos como Pitágoras, Aristóteles unidos en la reliquia de contribuyentes transformados por tres fluviales marítimos concerniente al beligerante episodio predicho para decir que todos los camino conducen a Patmos, como Locus Sanctus de todos los pastores que sanan a sus ovejas de las que no son de otras que se ven pobladas de almas blancas para bien de otros. Así las almas de Trouvere desde los Pirineos se revelaban como predecesores del allanamiento de los cascarones a 308 metros bajo el Prophytis Ilías, con anuencias de Estratónice que estaría llegando a Macedonia donde el pasar de siglos, les hablaría de la Ruta Jacobea instruida de sus confrontes concordancias con airones de los Trouvere amparados por un rectángulo de tres ángulos subdominantes Pitagóricos en las disipadas tinieblas del áureo ambages astrológico de Theoskepasti en el meridiano de Kímolos.
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