Es más fácil culpar a quien no tiene que ver, mi único pecado es escuchar una mente ingenua y muerta, colapsada por un sin número de factores que lo llevaron al deseo de encasquillarse la cien, pero fue más fácil culpar a todos los que de manera consciente e inconsciente afectaron en el proceso destructivo que dio consigo el renacer de aquel poeta, las manecillas son el aviso de la llagada del único ser que al poeta mantiene en silencio, mientras tiene la conversación más plácida y callada que se puede escuchar. Esas horas, solo con la luna brillante y tenue, paralizaron la mierda de mundo en el que el poeta persiste.
No es una blasfema que muchos esperan la muerte del poeta, solo ríen y se divierten saciados por su poco coeficiente propio, solo esperan los errores de las personas a las que ellos desean ver náufragos en sus desdichas.
Si les soltara una semana de mi existir, todos despertarían con una mente atormentada, que si no fuera yo, ya se habrían colgado más de uno.
mi arrogancia me ha llevado a enfriar mi ser, no fue algo planeado ni deseado, el destino mismo junto los errores cometidos. Transformaron en mi lo que soy ahora. Las palabras que profeso en este texto no tienen ninguna falacia más que la incredulidad de aquel ser que sin darse cuenta me presento a mi más leal compañero.
Mi ego.
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