Estamos montados en el mismo tren, vamos en el mismo camino, tu como lo que está en la cabeza y yo como un pasajero más, al final de todo el destino de llegada siempre va a ser el mismo.
los folletos en los respaldos de los asientos, dicen que es un lugar bastante paradisiaco, lleno de emoción y euforia, donde nunca es muy temprano para ser de noche, y nunca muy tarde para ser de mañana, cada que lo leía me daba a una onda de misticismo, era como si la ficción se convirtiera en lugar, éste llevaba por nombre la isla en bajada. En la parte de atrás del folleto explicaban que se le otorgó su nombre por que se encontraba en subida, solamente era una forma de engañar la mente, no tenía mucha gracia pero de algo servía. si observabas por las ventanas podías ver como los paisajes cambiaban constantemente, podía pasar un rato siendo primavera, pero de la nada la trama podría dar un giro completo y llegarías a amanecer en invierno, era hermoso mirar más allá de ese cristal y encontrarse con una postal nueva todos los días.
Hasta que un día por medio de la alta voz dijeron que había que hacer una parada, en esta tendría que abandonar el tren. fui hasta donde te encontrabas y no me recibieron, me ordenaron bajar, ya no podría continuar a bordo, lo cual fue una noticia que me impresionó, incluso me ofendió bastante, yo principalmente me negaba a tirar todo por la borda, y tú no parecías estar al tanto. pedí un informe, para saber acerca del porqué de mi situación, y cuando lo recibí mencionaba que estabas teniendo problemas siendo la cabeza del tren, ya no podías hacerlo como antes, que de vez en cuando se te borraba el mapa y mi presencia era lo que interfería con este, acabaron diciendo que desde ahora tendrías que llevar el piloto automático y si algo empeoraba recibirían indicaciones de la cabina de control.
baje en medio de la nada, quedé varado entre montañas de incertidumbre y pude divisar una neblina de temor, por alguna razón sospeche que esta sería mi postal durante un tiempo, solo me quedaba seguir las vías. honestamente muy en el fondo de mi existencia deseaba que supieras que de cierta forma siempre caminaría a tu lado, aunque ninguno de los dos cayera en cuenta.
Los siguientes días no fueron muy diferentes del primero, la incertidumbre me seguía matando y la duda me consumía, bueno seria que no hiciera un frio inmenso, ojala fuera otoño o que tan siquiera hubiera algo con vida en medio de tanto blanco y negro, pero el único organismo vivo que había en una foto antigua, eran mis ganas de seguir tus marcas, pero tu ibas tan rápido y yo tan lento, cada que respiraba mi velocidad disminuía, en este camino tan lleno de rastros tuyos mi único miedo era la soledad, y mi mayor deseo era que por favor vivieras de los días pasados, esos días en los que estaba presente, en donde las dudas no llegaban a mi mente.
Tenía que avanzar por muy cansado que estuviera, por más lento que fueran mis pies, sin importar que siguiera atorado en una cámara que se quedaba sin rollo, pero estoy enfermo de esto, me canse de probarme a mí mismo que puedo llegar con solo fuerza de voluntad, me canse de enderezarme después de caerme y asegurarme que todo esté bien, me canse de caminar contra el viento y que el dióxido de carbono sea negatividad. a veces se pierde de vista la confianza, confianza que poco a poco me abandona.
así finalmente todo el camino que recorrimos se empieza a congelar, me está pisando los talones, cada vez más se aproxima a mí, ni siquiera logré abrazar lo que ya recorriste. esa isla que se veía tan cerca ahora está tan lejos, no sirve de nada hacerme creer que esta en bajada, cuando la presión por la altura hace que pierda el oxígeno, y ahora lentamente son tus recuerdos los que se congelan a más de la mitad del camino, no pude hacer más y tampoco se me permite vivir inconscientemente como un recuerdo, por que yo los fabricaba, soy la personificación de tu pasado, soy tus momentos vividos, que están parados en el limbo de tu mente, ya no soy parte de ese vagón. ahora, aunque veas lo mismo, todos los días va a ser algo nuevo y te seguirás sorprendiendo cada mañana por el maravilloso nombre que tienes, todas las noches bajaran y por las mañanas subirán nuevos pasajeros al tren, cada uno hará lo que le corresponde en el día y no lo vas a saber, porque estoy en un coma eterno.
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