Si llegara a tener un perro le pondría por nombre «Tokio», en tributo a la nación de Japón. Un país tan admirable para mí, aunque nunca he ido, siempre he tenido el sueño de caminar por sus calles impecables. Disfrutar de su gastronomía exótica, aun con lo extraño que parezca sentarse descalzo de rodillas para comer un rollo de arroz con salmón crudo, y en la mano, unos palitos de cubierto, guardando estrictamente un silencio sepulcral mientras se ingieren los alimentos. Los bosques milenarios y su gente tan meticulosa, excéntrica y mística. Ni hablar de sus luchadores de sumo, las geishas y sus danzas.Tokio, en todo caso, tendría que ser un perro de raza japonesa, no habría mucho sentido tener un pastor alemán llamado Tokio, de hecho creo que no obedecería a mis órdenes de un: «tokio siéntate» «tokio come» tokio ataca». Para como son los pastores alemanes de estructurados, seguramente no se andan con medias tintas, no permitirían jamás que se les intervenga en su acervo alemán, si es que realmente son originarios de Alemania, eso no lo se a ciencia cierta. De verdad no tengo una idea muy clara de cual raza de perro podría estar mas acorde con el nombre Tokio. Aunque siento que ya quiero a Tokio, imaginándome moviendo su cola, saltando y dando vueltas de la alegría por mi presencia en casa. Tokio y yo felices, lamiendo mis pies, jugando con él en casa con un hueso de plástico, correteandolo por toda la sala. Tokio mi mejor amigo, aún cuando tenga que lidiar con la rutina de sacarlo a pasear para que se desestrese del encierro, y haga también sus necesidades fisiológicas, recoger su caca y meterla en una bolsa para no tener que pagar una maldita multa al gobierno, tener que preparar el alimento que sea el más adecuado para su salud. Pero dentro de todo que sea un perro gracioso y divertido, que haga muecas, y tuerza el torso como señal de empatía, que no sea un perro aburrido y mal encarado como hay muchos por ahí amedrentando a cualquiera que pasa por la calle pelando los colmillos babosos y ladridos que aturden los oídos de cualquiera. ! Vamos ! que sea un perro simpático y educado, y si fuera necesario le pondria un entrenador para que lo eduque, le enseñe los buenos modales y pueda obedecer a mis órdenes. Con la esperanza de que no sea un perro rabioso, que se la pase ladrando como loco, o chillando por las noches interrumpiendo el sueño de los vecinos, como esos perros que rescatan de la calle, que hacen exactamente lo mismo. Sí, que tenga al lado a alguien que lo entrene, que esté preparado para resguardar la casa, un perro multifucional, que tenga el coraje de defenderme de algún malhechor que pretenda hacerme daño. Así quiero que sea tokio un perro fuerte y valiente, en todo caso tendria que ser un perro grande, no pequeño, no importa que me reciba moviendo la cola, y que se esté revolcando innecesariamente por la alfombra del lobby, nada de esas mariconadas. Aunque viendolo fríamente no descartaria la probabilidad de precindir de la idea de tener un perro en casa, primero porque si va ser un perro pequeño se que aunque tendré todo su cariño y afecto amistoso no podrá intimidar a los maliantes y cuidar de la casa, si acaso, saldrá despavorido con alaridos tipicos de los perros pequeños, y para rematar se pierda por el vecindario y después tendría yo que estar pegando carteles por los postes de la calles con su foto ofreciendo dinero por su rescate. Y si es un perro grande no seria factible en mi caso por el asunto de que mi casa es una cajita de fósforo, ese tipo de animales necesitan su espacio para poder desarrollarse físicamente, tenerlo en casa seria mas bien un gran problema, y yo con los que tengo creo que son suficientes, seria como hacerse cargo de un niño muy grande. Creo que mejor me busco un gato, si bien es cierto que los gatos no son nada amigables y tampoco les interesaría cuidar de una casa ya que no es su naturaleza, le quedaría perfecto el nombre Tokio, tampoco es que hay mucha diferencia entre razas de gatos, todos al final tienen mas o menos el mismo aspecto felino. Además un gato no anda ladrando como los perros que ladran por cualquier estupidez, no tendré tampoco la necesidad de sacarlo a pasear, si ellos ni siquiera les gusta andar con sus dueños, que animales tan arrogantes y egocentristas. Pero si bien es cierto que la confianza del gato no es su mayor cualidad es lo que precisamente lo hace estar siempre al asecho, son cazadores furtivos, algo que me beneficiaria muchísimo por si tuviera que lidiar con ratones e insectos en mi pequeña casa. Y estoy siempre con la ilusión de que Tokio mi futuro gato llene mis espectativas, que se destaque como un buen protector de hogar, y si algún dia se le antoja huir o cambiar de domicilio procuraré tener bajo la manga la opción de comprar un animal mucho mejor que lo pueda reemplazar, que podría ser sin duda alguna uno mas peligroso y vigoroso como un tigre siberiano por ejemplo, aunque ahí si tendría que ingeniarmelas para buscar un nombre adecuado y que coincida con mis convicciones culturales, quien sabe si un tigre siberiano sea el animal indicado para aquello que tanto estoy anhelando, no lo se.
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