La amistad genuina es aquella que se demuestra en los peores momentos, es cuando más se necesita hacer presencia. Generalmente se dice ser amigo, en los buenos, y bonitos momentos de la vida, sin embargo la demostración de este vínculo se hace en aquellos momentos donde la enfermedad apareció, donde las finanzas fallaron, donde quizás has perdido a un ser querido. En estos tiempos se ha perdido el verdadero sentido de lo que es la amistad.
Muchos de nosotros nos consideramos buenos amigos, tal vez porque hacemos favores, porque estamos dispuestos a ayudar, porque casi siempre estamos ahí o por cualquier situación parecida, pero ¿Será realmente que los demás nos consideran buenos amigos?
Lastimosamente nosotros condicionamos nuestro amor cuando de amigos se trata y digo condicionamos porque amar a nuestros amigos en tiempos de bonanza o en tiempos de hermosa amistad es fácil, pero amar a un amigo cuando este te fallo no lo es o cuando no está en su mejor momento.
Recuerdo escuchar una historia en la que se relataba la relación de dos amigas que habían acordado encontrarse para conversar y pasar tiempo juntas… Una de las amigas se concentró en hablar y contar todos los problemas que tenía, mientras que la otra muy amablemente se limitó a escucharle y aconsejarle en lo que pudiera. Duraron hasta altas horas de la madrugada hasta que ambas quedaron dormidas. A la mañana siguiente la amiga que no paró de hablar de sí misma y de todos sus asuntos se dio cuenta de que no había dejado tiempo para que su amiga también lo hiciera.
Al despertar, ambas debían irse al trabajo y no hubo tiempo para que su otra amiga le contara que había sido diagnosticada con cáncer y tenía poco tiempo de vida…
A veces somos muy egoístas con nuestros amigos y olvidamos dedicarle tiempo como corresponde. Estamos tan acostumbrados a recibir que a menudo nos cuesta dar de nuestro tiempo y atención a nuestros queridos amigos. Y los amigos son como cualquier fortuna que si no se administra bien puede ser despilfarrada.
Siempre tendremos luchas y ocupaciones en nuestras vidas, pero al mismo tiempo siempre será nuestra decisión elegir una parte de nuestro tiempo para nuestros amigos.
“En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en la angustia”. Este proverbio describe amigos fieles e ideales que van a estar a nuestro lado en los buenos y en los malos momentos. La implicación obvia es que nosotros también debemos ser fieles a nuestros amigos y estar allí para ellos incluso en la adversidad. No obstante para lograrlo necesitaras ser un verdadero amigo que se preocupe en saber el estado de sus amigos.
Si nunca tienes la intención de saber de tus amigos, es porque tú mismo no eres un amigo y necesitas aprender a serlo. La vida sin amigos es realmente aburrida y dolorosa. Por el contrario tener amigos le brinda calor y color a tu mundo.
Hoy en día vemos con demasiada frecuencia amigos inconstantes o circunstanciales que desaparecen cuando más son necesitados. El amor de amigos no te lleva a comportarte como un cobarde que huye cuando más se necesita, un verdadero amigo se queda contigo en los peores momentos y se alegra contigo en los mejores momentos.
Si no le das el valor correspondiente a esa fortuna de amigos que tienes, tarde o temprano se te acabará. Y lamentarás no haberlos cuidado a tiempo.
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