“Del fuego; de la lluvia que ahoga y deja la sed intacta;

del golpe del hacha que empapa de savia el tronco;

de abejas moribundas;

de las flores que no se abrieron;

del fruto que murió en la tierra;

de larvas y hormigas,… son estos poemas.”


El árbol se quita en otoño, su pardo abrigo,

y lo extiende sobre la tierra,

como una manta sobre la madre buena.

Ella se queda en silencio,

y espera paciente a que se duerma.

Y cuando empieza a soñar con flores y abejas,

teje uno, en tierno verde, de ramas nuevas, y se lo regala en primavera.”

.

“Las hojas caen

sin golpear la tierra,

sólo acarician”

.,



I

Parezco árbol sino bate el viento.

Inmóvil,

anclado siempre a mi raíz.

Me hundo inclinado,

divagante y siniestro a veces.

Que no hizo caso a las pequeñas muertes posadas,

en la tierra que rodeaba el tronco,

en un fosal callado y gris y todo…

Cuando despierte,

cuando desperté …,

blancos acordeones, lechosos, silbaban,

rumiando hojas,

tragando savia.

Ay¡, ¡sin vuelo nunca!

¡Jamás con alas subiendo el aire!

Sólo reptando como serpientes mudas, o lentas, o muertas.

Solamente eructos de nichos verdes,

sólo alzando sus claros hocicos al cielo,

aullado mantras,

el blando coro.



II

¿Y por qué no lo naranja primero y lo verde después?

¿Y por qué caídas, no suben por el tronco,

como hormigas, asidas,

y abrigan la última rama?

Yo regué el banco del parque,

cadáver de laurel.

Le di mi sombra gris,

hace unos días.

Murmuré, las canciones que ya no cantaba,

que él pedía.

Me fui secando sin quitar mis ojos,

del destello del agua que escapaba,

que yo ofrecía.

Debajo del banco de laurel,

juega a ser luz, retosa, titila.

Mientras, yo deslumbrado, y seco y solo,

y harto de sed,

moría.

III

Un Haikus gigante se lanza al vacío, abanicos estropeados, son sus alas.

Su volar huele a encinas y su textura es de manzano.

Absorto, choca contra un árbol,

crujió la madera.

Nieves de pétalos, lloviznas rosas a granel.

Se desenreda el carretel.

Cae la madeja de hilos suaves, que guardó la mariposa, aquella vez.

Y casi con todos sus deseos de ala y vuelo,

llegó al suelo, sola, por única vez.

IV

Cuando reías y te acompañaban,

yo con el rigor de la soledad,

de oscuro luto,

encerrado en un paraguas negro,

abotonado hasta el último trozo de cuello,

escondido, detrás de unas hayas.

Mi cara seria y ojos atentos a ti,

temblaba.



V

Ese frotar de hojas, acorazonadas,

no es la brisa que registra

el alborotado verde,

buscando el fruto.

Son sus hojas entrenadas,

que en los más alejados gajos,

entre el abismo y la orilla de las ramas,

en silencio,

la esterilidad del árbol,

con su cetrino final, esconden y acallan.

&

Mis dedos en lo más lejos de mis brazos,

se mueven sin una dirección precisa.

Cansados, a ciegas, sin nada que tocar, bostezan.

Se desvanece el tacto de mis labios,

la blanda lengua a penas cala sus grietas.

La sal, languidece, opaca,

entre el abismo y mi mirada quieta.

Y en el fondo de mi cara,

mi barbilla seca.


VI

El arbusto se puso serio de vergüenza.

Cayó su única flor.

La niebla la rozó,

dejó su brillante acoso en sus pétalos.

Parecía viva.

El viento la arrastró,

y ya no lo recuerda.




VII

En mi último tiesto me marchito,

inexorablemente.

Goteos de hojas, pocas,

descienden en un corto vuelo,

se posan,

y enseguida, las barren todas.

Este viento me recuerda a un jardinero.


VIII


En el tiesto nació una flor.

Nunca supe su nombre,

tampoco ella el mío.

La cuide cuatro años.

El tiempo fue agotando el rojo de su vino.

Sus pétalos se hicieron claros,

sin aliento, casi dormidos.

Alguien los ha recogido.

Otro tiesto y la flor,

parece nueva.

IX

Mi corazón es un bonsái,

pequeño, gastado, barrido por un falso viento,

mojado por minúsculas gotas,

de una lluvia tierna, recién parida,

que aún llora cuando se pierde,

entre los riscos y oquedades oscuras.

Tajantes cortes, podan mi alma.

Mi llanto es también miope.

Ínfimas gotas, que no se aprecian, presentimiento de rocío y alba.

No hay frutos que corran por los senderos, mordidos, chupados.

Y mis flores, leves, mínimas, menguadas;

Caen de las ramas,

a sobria altura.

Y el breve tiesto que me contiene,

es sólo el pecho donde se esconde,

mi gran derrota.

Claveles. –

Remolino de encajes

montones de alas cocidas, sujetas

sólo saben huir y dar vueltas.

Se despliega su blanco en el intento.

Cuando escapan de mí

esos besos cocidos, miles

regados por mi aliento, te miro.

Mi corazón, rojo invernadero.

Las puertas abiertas

te dejarán marchar

para ver, al fin

tu última vez.

XI

Los suspiros huelen a flor guardada en un libro.

¿O … a trozos de brisas cansados de flotar?

Los míos …

Ay¡, los míos, van disfrazados de fragancia.

Cuando pasas, yo los echo a volar.

Parecen pañuelos de seda

que fingen un aroma.

XII

El sabor amargo que da una partida,

deja siempre un rastro de flores marchitas.

Sus pét dealos rotos son como fantasmas,

que un día tuvieron los rosas del alba.

Los levanta el aire, como si volaran,

y buscan de lejos toda la añoranza,

no hay rastros de verdes con los que encontraban,

la ingrávida seda de mis esperanzas.

Solamente queda la flor en un libro,

ha perdido el brillo su mágico hechizo,

vive prisionera de abrazos vacíos,

de estas hojas quietas que aplastan pistilos.

Mariposa rota, para qué quisieras,

que llegue de pronto esta primavera.

Si tus pobres alas, de oruga silvestre,

sólo son recuerdos del batir silente,

colores pactados,

fiestas de florestas,

recuerdos de amores,

con sabor a néctar.

XIII

Muestra sus ramas

el arbusto traicionero.

Una avutarda

hace su nido,

se las esconde.

Vuela él primero.


XIV

Me arraigo a mis hojas,

Me agarro a mis ramas, que un día cubrieron el sol de estribor,

lanzaban los fardos de sombras,

todas verdes y granas.

Me aferro a mi fruto.

Eran suaves, frescos, sudantes de sumo, …, del oro más viejo,

¿no? …

¿paridos después de la flor?

Ya no lo recuerdo


XV


“Se marcharon las abejas …,

casi mueren, desnutridas y de sed.

Yo ya no tengo néctar que ofrecer,

sólo poemas, otra vez.”





























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