Tal y lo como dijo Truman Capote; “El fracaso es el condimento que da sabor al éxito”
No existen aprendizajes y éxitos que no vayan acompañado de fracasos, el saber reconocer y aprovechar nuestros propios errores, es la clave para el triunfo y el aprendizaje, desgraciadamente, no todas las personas saben cómo superar sus propios errores. Las personas frecuentemente cometemos errores, es parte de nuestra vida y cada fracaso es una oportunidad en potencia para poder aprender y mejorar. No somos perfectos, y aunque lo sabemos, en algunos aspectos de nuestra vida nos da miedo cometer errores porque pensamos que estamos demostrando nuestra incompetencia.
Todos en algún momento de nuestra vida fracasamos, el caso está en que no todos enfrentamos esta situación del mismo modo. Sentimientos tales como: El enojo, la ira, la frustración y el miedo, son los que comúnmente nos invaden cuando nos equivocamos, pero existen personas que en lugar de lamentarse deciden aprovechar esta experiencia para obtener aprendizajes y salir adelante. El fracaso nos enseña, nos hace más sabios, más fuertes y más resistentes en la medida en que seamos capaces de darnos la oportunidad de llegar a entender un poco más acerca de la naturaleza de lo que ha ocurrido.
El fracaso bien aprovechado, puede conducirnos a realizar los ajustes necesarios con vistas a mejorar. El problema surge cuando lo etiquetamos de una manera negativa, cuando este en realidad nos puede llegar a aportar importantes conclusiones que serán lecciones que valdrán la pena aprender. Es aquí donde debemos realizarnos la siguiente pregunta.
¿Cómo influye el fracaso en el aprendizaje?
El fracaso es un indicador de que algo no estuvo bien, y nos trasmite un mensaje y ese mensaje es que; lo que hemos estado haciendo y tal como lo hemos estado haciendo no funciona o no da el resultado esperado. A veces es cuestión de revisar nuestros objetivos con respecto a nuestras capacidades, otras veces es cuestión de modificar el método que hemos utilizado para intentar alcanzar nuestros objetivos. El fracaso suele revelar que no supimos evaluar o que hemos utilizado los criterios inadecuados a la hora de evaluar. A menudo sucede que lo que es un fracaso para unos es un éxito para otros. Y eso significa que los parámetros de unos y otros son diferentes y no el resultado en sí mismo.
Sea cual sea a la conclusión que lleguemos acerca del fracaso es en esencia una mera hipótesis y en su mayor parte, es una reacción natural al desencanto y al miedo que acompaña a nuestra experiencia de fracasar. Cuando experimentamos el fracaso, debemos recordar que se trata de una cuestión de interpretaciones. No sufrimos por un hecho dado, sufrimos por la lectura que le damos a ese hecho.
Para aprender de nuestros propios fracasos es necesario dejar de culpar a las circunstancias o a
otras personas, debemos ser capaces de asumir cuanto antes, nuestros propios errores para
obtener aprendizajes y así no volver a cometerlos en el futuro y a través de este aprendizaje ir
ganando en experiencia.
La causa más frecuente y simple de nuestros errores, suele ser el desconocimiento (la poca
preparación). Entonces, cuando nos equivocamos en realidad estamos aprendiendo algo nuevo. Esto lo podemos aplicar tanto para los aspectos más sencillos como para los más complejos de nuestra vida. Cuando desconocemos algo, corremos más riesgo de equivocarnos: Tanto el tiempo, la práctica y el saber enfrentar los errores como el esfuerzo personal nos darán la oportunidad de aprender.
Uno de los mejores métodos para el aprendizaje y para alcanzar nuestros objetivos es el ensayo y error. Nos llevará tiempo y mucho esfuerzo por nuestra parte, pero será una buena manera de aprender a adaptar nuestras metas respecto a nuestras capacidades y encontrar el método adecuado para lograr alcanzar los resultados deseados.
La mejora continua y el análisis de nuestros fracasos nos brindarán una excelente posibilidad de conseguir los resultados que deseamos y nos aportarán una valiosa experiencia que nos será de gran utilidad para afrontar nuestros nuevos desafíos.
Cristian Orrego Caro
Ing. Prevención de Riesgos SNS / SERNAGEOMIN
Coach
@anti_coach
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