El aburrimiento de las tardes, me hace volver a hobbies pasados. La obsesion por los juegos la he aplacado por momentos, no sé si es por la medicación, la terapia o soy yo el que he reventado. Como buen adicto y por tanto conocedor de otros adictos solo me gustan los que te dan recompensas cada poco tiempo, los singleplayer ya tengo mi vida solitaria, los multiplayer no todos y que no haya que pensar de primeras.-“Otra vez la vagancia”-. Sí otra vez ella, pero creo que el nombre correcto es ansiedad por aburrimiento de pensar en que debería durar menos.-“Por eso elegiste los libros en tu pasado?”-. Los libros siempre me han llamado aunque empezase a leer tarde, con los libros solo encuentro ansiedad en las primeras 100 páginas, el inicio de la historia un par de horas de tabaco y café.-”Te gusta ir pregonando que lees?”-. que hija puta está siendo la presión social. Ya superé esa gilipollez, ya di por muerto hace muchos años a ese pensamiento, si es que alguna vez lo he tenido, lo aplaqué rápidamente. Vi que me hacían más bien que mal, a parte que te los lees en un día, dos o una semana; por eso me llamo adicto, recompensas rápidas y que duren poco y fáciles. Ahora mismo corto internet y me meto en un libro pero de libros no vive el humano. Tengo que añadir algo más…-”Qué te parecen las series y las peliculas.”- Me interrumpe la presión social.
Solo me gustan las de animación, en las que son reales me duele el alma, aunque no tenga que ver para nada siempre saco alguna idea lo suficientemente fuerte que se mezcla con mi pasado, acompañado me pasa menos, casi no me pasa, pero me gusta vivir solo, aislado pero a la vez mezclado con la gente. -“un café?”-.Pensé que nunca lo iba a decir. Y un cigarro o dos, lo quiero dejar pero no encuentro el momento, por ahora con pagarme el terapeuta, el señor obeso, con eso me conformo. Quiero romper con mi padre la relación: unos me dicen que me ahorre el dinero y que me lo siga pagando mi padre y otros que adelante y yo siento que lo debo dejar marchar como casi todo mi pasado. –“Cómo se mata al pasado?”-Las únicas veces que lo he conseguido han sido viviendo el presente en Alemania y Canarias y entre medias en Zaragoza aunque estaba presente el sociópata de mi padre y la ansiedad se me apoderaba pero ya era mayor y no entraba en mi cuarto cada dos por tres a ver lo que hacía o a preguntarme qué es lo que estaba haciendo, en años pasados yo solamente caminaba de un lado a otro del cuarto con la única música de mis pensamientos, a veces leía entre libros desconocidos que nunca los había elegido, cuando se levantaba de la silla del despacho ese ruido me saltaban las alertas e iba a mi silla y con una fuerza fría la levantaba y me sentaba y cuando entraba decía que ya tengo la anterior asignatura estudiada y ahora estoy con una nueva: Años y años así, otras.. ésta me parece cómicamente terrorífica…instalaba un juego en el ordenador, siempre el mismo porque era fácil de encontrar en internet, y cuando oía la puerta del ascensor apagaba el ordenador rápidamente e iba a mi cuarto veloz y paradójicamente a pies puntillas, lo dejé de hacer porque saltaba el aviso en el ordenata que se había apagado mal, maldito Windows de aquella época. –“Cómo mataste los pensamientos en canarias?”-. Hasta dónde te quieres inmiscuir presión social. Diciéndome a mí mismo que puedes ser quién quieras, que nadie te conoce, que nadie te va a juzgar, me alimenté de buenos pensamientos, me rodeé de buena gente y vi que buena gente se me acercaba. –“Y los dos años de Zaragoza”?- Me dije a mí mismo que estás tú solo y tus hobbies que no hay nadie más y que salvo pequeñas dosis no tienes por qué recurrir a la gente y al cabo del tiempo todo empezó a fluir. –“Con que te encontraste después de Alemania”?-. Mi casa era una locura, fuera otra locura y yo un enfermo que solo quería recoger cariño.-” Cómo viviste Alemania?”- Tanta pregunta y respuesta vamos a dejar al lector jodido. Corre el rumor que Pio Baroja contaba en sus libros las historias que le hubiese gustado haber vivido, no quería convertirme en eso, quería vivir mi vida. Leí en Alemania un solo libro: la metamorfosis de Kafka en la que hice dos lecturas. La primera, la crítica a la sociedad que imperaba y solo podía seguir afianzándose. La segunda, la destrucción de una persona. En mis años posteriores en Zaragoza viví la segunda. Pero no le doy vueltas a la cabeza ni me entran remordimientos salvo los puntuales sobre gente en la que has confiado y no debería haberlo hecho. Pero no me obsesiona, más bien ha sido la profundidad de hasta qué punto he estado emocionalmente inestable debido a que me afloró todo mi pasado que nunca había contado a las personas de mi alrededor que no habían vivido ese momento conmigo. Ahora entiendo, con la página del libro pasada, entiendo por qué algunos terapeutas no se quieren meter con el pasado amargo, doloroso, irascible, cómico, pavoroso, dolor y más dolor. Hay que construir un presente, creo que es la mejor terapia, por lo menos para mí. –“Qué te pasa con la gente, es miedo?, pero miedo a qué?”-. Que hijo de puta estás siendo. Ante una respuesta que no me gusta no doy otra respuesta faltante o pido explicaciones sino que analizo las variables del momento de lo que puede llegar a ocurrir y siempre me pongo en el peor de los casos….-“Pero por qué”?- Me interrumpes presión social… me interrumpes. A eso quería llegar, una vez en una situación económicamente mala que iba saltando de terapeuta en terapeuta debido al dinero y a los ingresos, que me hacía ver que no me funcionaba esa persona o que estaba poco medicado, uno de ellos me preguntó si alguna vez habían abusado de mí y lo único que pude decir es que lo único que sé porque me lo han dicho es que mi padre me pegaba cuando era bebé y que no paraba hasta que me callaba. Lo vieron una vez solo, quién me lo dijo vivía lejos y acudía una vez al año a Zaragoza. Mi respuesta cuando me lo dijo fue reírme mientras me resquebrajaba por dentro, una técnica que he usado mucho en mi vida. Las primeras personas que te enseñan a relacionarte en la vida son la familia. –“Hablando de la vida, qué esperas de ella”?-. Una parte me dice que me vaya lejos de Zaragoza a vivir cerca pero con la suficiente distancia de una urbe. Otra me dice que me vaya alrededores de Zaragoza y la otra… la otra me dice que me quede en Zaragoza capital a seguir luchando contra mí mismo contra mis demonios, cosa que ya estoy cansado de hacer.”- Cuáles son esos demonios que tú llamas en Zaragoza?”-. Esto desde luego no puede ser llamado inspiración. Esto es autocidio contra uno mismo. He aprendido que los lugares y las personas no tienen la culpa y que lo que he hecho me seguirá persiguiendo, pero los perfumes, las calles, las miradas, el pensar que tal persona puede verme, que tal persona puede reconocerme o simplemente que es lo que pensaran si me ven haciendo esto o lo otro, es lo que me persigue. Estoy cohibido hasta para dar una vuelta. Me abro solo a pocas personas. Una vez un terapeuta me dijo que era como una ostra a los 19 años y solo al tiempo lo entendí, me abro a poca gente y estando poca gente aunque a veces ni con esas, prefiero esperar a que estemos solamente dos, en grupo me entra la ansiedad. Con dos habla el proyecto del sociópata de mi padre fallido que dice que controla la situación. Pero voy creciendo y adquiriendo herramientas sociales, las que no tuve en la adolescencia e incluso con dos ya no quiero controlar me abro a la espontaneidad, que por otro lado tanta falta me hace en grupo aunque a veces haya momentos que consigo la libertad. –“libertad a qué?”-. pues que… tengo una frase que he ido desarrollando los últimos años y es que este proyecto fallido del sociópata de mi padre dice algo así como.. mi empatía termina donde empieza mi libertad. –“y eso qué quiere decir?”-. presión social eres aburrida. Me cansa la gente que cuando cuentas algo al cabo del tiempo lo cuentan como si fuese suyo o se lo hubiese contado otra persona pero no te dan el valor que tienes, no me ha pasado ni una ni dos ni tres ni cuatro… ni con una ni con dos ni con tres ni con cuatro personas… lee mis anteriores relatos. Algo más que añadir? Dos páginas de Word en dos horas y algún día querré escribir algunos libros, de qué hablaré me pregunto muchas veces.-“lo que me extraña de estas palabras es que fuesen escritas con mucha frialdad, como si hubieses conseguido una distancia entre tus recuerdos y tú”-. El sociópata de mi padre solía decirle a mi madre que esa persona del pasado no era él, que él al día siguiente se levantaba y era otra persona. Yo con matices soy su proyecto fallido, yo con matices he digerido todo esto, sin ellos o con ellos me he distanciado. No soy otra persona, soy lo que soy, como me ha dicho algún amigo: un grano en este pequeño universo, y como digo yo: un ser especial para mis adentros y los cercanos, y uno más en este mundo en el que mandan para mal y para bien los seres humanos, tristes seres donde habitan, salvo excepciones y a veces hasta hay momentos de lucidez en ellos, grandes humanos.
FIN
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