El hombre que llevó a la gloria eterna a Boca Jrs y Vélez está de festejo

El hombre que llevó a la gloria eterna a Boca Jrs y Vélez está de festejo

Luana Morinico

27/04/2023

Carlos Bianchi nació un 26 de abril de 1949 y se convirtió en un referente del fútbol argentino, no solo dentro de la cancha, sino también como técnico, ganó todo lo que jugó y hoy, está cumpliendo 74 años.

En el torneo local solo vistió los colores de Vélez, su club, ese que lo vio nacer y en el cual comenzó a demostrar su cuota goleadora y sus habilidades, con el fortín fue campeón del Torneo Nacional en 1968 y el máximo goleador de la primera división en el ’70 y ’71.

Para luego emigrar a Francia y defender los colores del Reims, Paris Saint-Germain y Racing Estrasburgo. Nuevamente fue el máximo goleador, esta vez en la Ligue 1 y durante 5 temporadas, además,  sigue siendo uno de los máximos goleadores históricos de dicha liga.

A comienzos de los ‘80 volvió al club de sus amores y nuevamente fue el máximo goleador del torneo, en 1981.

En la temporada 1984/85 regresó al primer club que lo recibió en el viejo continente, Stade de Reims, con el objetivo de sacarlo de la segunda división. Aunque no pudo lograr su objetivo, fue allí donde comenzó una nueva etapa en su carrera, siendo durante unos meses entrenador y jugador del club al mismo tiempo.

Luego de entrenar a Reims y Niza, volvió a Buenos Aires para agrandar su leyenda en Vélez. Durante su primer año como técnico del club (1993) logró sacarlos campeón del torneo local (rompiendo una sequía de 25 años sin títulos para la institución) y repitió en el ’95 y ’96 (único bicampeonato de la institución en Primera División).

Pero en el ’94 tocó el cielo con las manos, levantó la tan ansiada Libertadores de América venciendo a Sao Paulo por penales en la final, y unos meses después, en Tokio, conquistó la Copa Intercontinental ganándole al Milán de Italia (2-0).

Con Boca Jrs repitió lo que parecía irrepetible, ganó todo. Llegó un día de mucho frio en el ’98, dijo “Hola, Soy Carlos Bianchi” y perdió recién en el ’99.

Dos títulos ganados en el ámbito local en sus primeros dos años en el club (Apertura ’98 y Clausura ’99, entre esos dos torneos, Bianchi alcanzó el récord de 40 partidos sin caídas), además del Apertura 2000 y Clausura 2003.

Pero donde más destacó (al igual que con Vélez) fue en el plano internacional, logrando el bicampeonato en Libertadores 2000 (el Xeneize volvía a la Copa tras seis años de ausencia) y 2001, incluso ganó una más en el 2003, donde dirigió a grandes figuras como Riquelme, Palermo, Guillermo Barros Schelotto, y Tévez.

No se detuvo ahí, sino que llevó al Xeneize a la cima del mundo, cuando se consagró campeón de la Copa Intercontinental en el 2000, al vencer al Real Madrid de los «Galácticos» (2-1) y en el 2003, al arrebatar otra vez de las manos al viejo conocido Milán (por penales tras el 1-1), el título mundial de clubes. Sin dudas Japón no es para cualquiera, sino pregúntenle a este señor.

Ganó cuatro Libertadores, tres Intercontinentales y siete torneos locales. Es el entrenador con más estrellas conseguidas en cada uno de los tres torneos.

En las siete ediciones de Libertadores que participó, disputó 24 series mano a mano y ganó 21 (las tres restantes que perdió fueron todas por penales), lo que significa que nunca perdió un mata mata en tiempo reglamentario. Se enfrentó ocho veces a equipos brasileños en duelos eliminatorios y siempre pasó.

Y, por último, pero no menos importante le ganó tres definiciones Intercontinentales a los dos máximos ganadores de la UEFA Champions League: Real Madrid (14) y Milán (7).

¿El ultimo equipo argentino campeón del mundo? Fue dirigido por Carlos Bianchi, ¿El anterior? Dirigido por Carlos Bianchi ¿Y el anterior? Sí, también dirigido por Carlos Bianchi.

Un fuera de serie que escribió su nombre en las páginas más gloriosas del fútbol y que marcó una época en la historia del fútbol argentino y mundial. El mejor técnico de todos los tiempos, gracias eternas por lo que le diste a nuestro fútbol, maestro. Podrán imitarte pero jamás igualarte.

¡Felicidades, Virrey!

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