La leyenda del fénix.
Un ángel voló junto a un fénix cuya caída estaba pronta al atardecer. El
fuego acogedor de la providencia de los dioses había culminado y su
corazón se apagaría abruptamente
Mirada de inocentes reflejos, le dijo el ángel. Y prosiguió:
Te vas de este mundo sin poder retribuir todo el amor que recibisteis.
Despierta tu corazón en una alabanza y busca tras los pasos del espíritu
que los dioses te han dado, tratando de encontrar, en aquella alma que
perdisteis, el anhelo de porque elegisteis la cima de una Montaña y no
el pantano donde los seres se hunden y son tragados.
Si lees mis palabras y escuchas su melodía quiero que sepas que los
dioses tiene un gran propósito para ti pero si no luchas por tu vida está
te será arrebatada y se extinguirá.
En la tierra seres recelosos alzaron sus ojos observando el cielo y
anhelando la caída y destrucción del fénix solo por su deseo de que
aquel que había cometido el pecado de llegar a la cima compartiera el
mismo infierno que los rodeaba.
El fénix atravesó Las nubes a toda velocidad y se estrelló impactando
violentamente contra el suelo , rocas volaron y la tierra se hundió contra
su entidad rasgando su fisonomía
Luego hubo un extraño silencio , polvo y humo , piedras quemadas.
En la tierra los seres suspiraron. Al fin el coloso alado había muerto , el
tiempo siguió su curso lento para el fénix y presuroso para los demás .
Y mientras aquellos desdichados seres creaban el mito del fénix que en
su propósito de llegar y sostenerse en la cima había fracasado y esa
leyenda era pintada en las paredes de las cavernas, aconteció algo
inusual para equivocación de aquellos
El Fénix resurgió del Hades con un semblante más poderoso, agito sus
alas y tomó vuelo para regresar al nido más alto de la Montaña mientras
sus enemigos se retorcían con su perversa cara de aquella frágil y débil
humanidad que quitaba el velo de un mito olvidado y antiguo por ellos
Que aquel que osé desafiar las leyes de los dioses dejará de ser un
simple y común mortal. Y su corazón nunca, nunca se extinguirá.
Palacios Juan Pablo
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